‘Ñapa’, ‘biche’, ‘mamona’, ‘tatequieto’, ‘zaperoco’, ‘querido’, ‘rebusque’, ‘dígame’ entre otras son las palabras que el instituto definió en más de 1500 expresiones con 4500 ejemplos. “Este diccionario se caracteriza por tener un vocabulario frecuente, cotidiano, tan rico y variado como el país mismo”, manifestó Carmen Millán, directora de Caro y Cuervo.

El nuevo diccionario de colombianismos fue publicado en 1993, producto de una investigación extranjera y desde allí hasta la fecha ha perdido unas palabras y ha ganado otras cuantas. “Esto es una nueva expedición al patrimonio lingüístico de Colombia, ha sido un proyecto largo y costoso que ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura para identificar diez regiones con acentos particulares”, añadió Millán.

Entre 2015 y 2018 el instituto realizó un trabajo de corresponsalía en el que siguió el registro de las raíces en la lengua de los departamentos. De acuerdo con esto, la región del Caribe es la que más contribuye a colombianismos con departamentos como el Atlántico, San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Bolívar, Cesar, Córdoba, la Guajira, Magdalena y Sucre.

La segunda región es la del Pacífico, seguido del Antioqueño-Caldense y en su orden Santandereano, Caucano o Valluno, Cundiboyacense, Nariñense, Tolimense -Huilense, Llanero y Amazónico.

“Esto nos da una cantidad de aportes, el grupo léxico más grande es el de la gastronomía y eso es muy bonito porque Colombia es un país de regiones y eso se refleja en su comida, en los sabores y colores, recetas que han pasado de generación de generación”, indicó la directora.

Para Millán, “los colombianismos sirven para leer, para gozarse la vida y sus traducciones, así mismo para conocer nuestra cultura y entender las raíces que enriquecen nuestro vocabulario y despiertan los sentidos”.