Inclusión social para una vida digna y en paz

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Forjar entre todos las condiciones para construir la equidad, la justicia y el desarrollo social que Ibagué necesita será una prioridad en mi gobierno. El ser humano debe estar en el centro de la administración pública.

El primer gran eje en materia de inclusión social es la educación, transversal al desarrollo social de cualquier comunidad. En ese sentido seguiremos apostándole a la jornada única. Ibagué no hacía una importante inversión en sus colegios públicos hace 35 años.

Nuestro compromiso es terminar la ejecución de manera eficaz y transparente de los 38 colegios proyectados. El gobierno que termina tiene 10 en construcción. Nosotros los terminaremos y ampliaremos el número de colegios adecuados o construidos para la jornada única.

La inversión total de jornada única con todos sus componentes supera los 330 mil millones de pesos, la inversión históricamente más alta en el sector.

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“Cuando usted tiene instituciones educativas bien dotadas, con seguridad le puede brindar garantías y hacer más atractiva la educación para los jóvenes, buenas bibliotecas, laboratorios bien dotados, salas de sistemas, escenarios deportivos, baterías sanitarias adecuadas y comedores, hacen parte de nuestro compromiso, señala el candidato a la Alcaldía de Ibagué por el MAIS y AICO, José Alberto Girón.

Implementar la jornada única en todos los colegios de Ibagué es necesario. Para lograrlo debemos tener, entre otras cosas, un programa de alimentación escolar eficiente. Hoy se dan cerca de 36 mil raciones día, en mi gobierno las llevaremos, gradualmente, a 50 mil raciones diarias.

Además implementar las acciones recreo deportivas, artísticas y musicales en las tardes es parte fundamental de la apuesta por la jornada única.

Un segundo gran eje es la calidad educativa. Allí  debemos tener en cuenta la calidad en la formación de quien enseña, como también de las personas que hacen parte de la estructura administrativa y directiva del centro educativo.

Esto lo haremos a través de especializaciones y maestrías para el cuerpo docente, apalancadas con recursos del Estado en convenio con las universidades. El compromiso con el docente que reciba su maestría o especialización consiste en que éste deberá permanecer de 3 a 5 años en la institución educativa trasmitiendo esos conocimientos, generando líneas de investigación, innovación y emprendimiento.

Para alcanzar altos estándares de calidad debemos actualizar los Proyectos Educativos Institucionales (PEI) solo así estos nos permitirá generar procesos de emprendimientos e innovación, apoyados en herramientas tecnológicas como salas multiactivas, de pensamiento, que transformen desde adentro la educación.

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A la pertinencia en los contenidos y la calidad en la educación debemos sumarle diversas estrategias para que los estudiantes permanezcan en el sistema educativo y no abandonen su formación.

No podemos olvidarnos también que debemos apostarle al bilingüismo. El manejo de otro idioma les dará grandes posibilidades laborales y competencias a nuestros jóvenes. Desde preescolar hasta el último grado.

Articularemos la educación de nivel técnico al tecnológico. Ese es un gran reto. De 5 mil jóvenes que se gradúan de los colegios públicos solo 900 ingresan a la universidad por diversos factores socioeconómicos. Fortaleceremos la articulación  de la educación media con la superior. En todas las instituciones educativas deberá lograrse un grado técnico.

La catedra obligatoria de cultura ciudadana en los colegios de la ciudad nos permitirá formar a jóvenes en valores ciudadanos y democráticos, para que desarrollen un sentido de pertenencia por su territorio y sus valores inmateriales, que finalmente serán motores que forjarán su identidad y les permitirá mejorar la convivencia y desarrollar competencias en el relacionamiento social y la competitividad.

Por una salud humanizada

Para brindar un servicio de salud eficiente debemos fortalecer la Unidad de Salud de Ibagué USI. Fortaleceremos el modelo de atención integral en salud MIAS, que nos permite trabajar en prevención y promoción de la salud.

Si la USI tiene los recursos para establecer los programas de salud en la población en materia de promoción y prevención, tendremos el impacto que se requiere en los 187 mil usuarios que tiene el sistema del régimen subsidiado en Ibagué.

Las fortaleceremos en infraestructura, dotación y personal para que puedan atender a esa población con eficiencia, sin dilapidar los recursos públicos. Como ya contamos con la caracterización de la población por comuna y la condición de salud que presentan, así podremos focalizar los recursos y atender adecuadamente.

Partiendo de este conocimiento que ya tenemos implementaremos el programa de Modelo Integral de Atención en Salud (MIAS), que nos permita trabajar en la prevención y así pasar de una medicina curativa a una preventiva.

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De acuerdo con recientes estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) un paciente en medicina curativa del régimen subsidiado tiene un costo anual de 24 millones de pesos. Si logramos pasarlo al preventivo con el programa del Médico en casa y del Vigía de la salud, el costo anual pasaría a 4 millones de pesos anuales por paciente, lo que indica un ahorro de 20 millones de pesos. Esto solo lo lograremos haciendo buen uso de esa caracterización para focalizar los recursos.

La política pública para atender la problemática del consumo de sustancias psicoactivas no puede ser solo represiva, hay que trabajar en el ser humano, en disminuir las causas de riesgo, brindándoles garantías para su desarrollo apoyados en un plan integral.

Reconocimiento de la diversidad étnica

En cuanto a la diversidad étnica debemos reconocer que estamos en deuda con las comunidades indígenas y demás grupos étnicos. Un compromiso con ellos consiste en construir un sitio que sirva de punto de encuentro para que las comunidades indígenas realicen sus rituales ancestrales. Atendiendo su ya viejo reclamo ese sitio se construirá en Toche.

Un serio punto de partida para el debido reconocimiento de la diversidad étnica en el municipio de Ibagué lo constituye el diseño y puesta en marcha de un censo y caracterización. Debemos trabajar en él. Tenemos avances pero debemos consolidar ese proceso para identificarlos, reconocerlos, y así trabajar para enfocar las políticas públicas para cada etnia.

Estamos dispuestos a construir juntos una mejor convivencia y las garantías para hacer respetar sus derechos. También acompañaremos sus iniciativas ambientales, de seguridad alimentaria y recreo deportivas, apoyaremos sus eventos conmemorativos, garantizaremos su acceso a las tecnologías de la información y la comunicación.

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Debemos trabajar con ellos para preservar su lengua, sus costumbres, su memoria, su patrimonio inmaterial, a través del diseño de un plan en etnoeducación capacitando docentes para actividades extracurriculares, en programas productivos para su sostenimiento alimentario y en la consolidación de un grupo diferenciado para el acceso a la vivienda digna.

Terminar los escenarios deportivos, fortalecer los parques Biosaludables e infantiles, es fundamental para el desarrollo humano y la integración de las comunidades. Que no sea un lujo. No podemos estratificar la inclusión social. Es un derecho y un deber del Estado garantizarlo.

Finalmente es un imperativo para la ciudad construir un Centro Administrativo Municipal (CAMI) para todos, donde interactúe el gobernante con los ciudadanos y donde la infraestructura sea amigable. Todo debe estar y funcionar en un solo sitio y no en distintos lugares como sucede ahora. Hacerlo transformará la manera de administrar la función pública en Ibagué.

 

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