Primer B.L.H. en Colombia

En 1991 Loreney regresó a Ibagué luego de ser la pionera del área de pediatría en el Hospital San Rafael del Espinal junto a su esposo y también pediatra Pablo López. En el 1996, Loreney trabajaba para la entonces Clínica Manuel Elkin Patarroyo. Allí inició su interés por la lactancia materna como prevención y promoción de la salud de la primera infancia.

“Durante mi formación no había ningún entrenamiento o especialización acerca de la lactancia materna, no tenía la importancia que merece. Cuando en el ejercicio de mi carrera había madres que tenían problemas con la lactancia, yo simplemente hacía lo que me enseñaron, dar una fórmula láctea.

No tenía ni idea de cómo apoyarlas. Cuando llega todo el interés de lactancia materna en el país, empiezo a estudiar y me doy cuenta que es mucho lo que se puede hacer para que las mujeres y en especial los bebés tengan una lactancia exitosa”, dice Loreney luego de recordar cómo empezó a germinar la primera semilla del BLH en el Tolima.

Ya en el 2003, tras recibir varias capacitaciones, talleres y entrenamientos, Loreney supo de la existencia de los bancos de leche humana en Brasil, pionera en el mundo, a través del doctor Jairo Osorno.
“En ese mismo año había un simposio en Ecuador sobre la lactancia, nutrición y bancos de leche humana. Fui muy afortunada porque puede tener un encuentro exclusivo con el coordinador de la Red Global de BLH, el doctor Joao Aprigio Guerra de Almeida” ese fue un gran primer acercamiento a la constitución de un BLH en la región, dice Loreney.

Como ella trabajaba en el Manuel Elkin Patarroyo del Seguro Social, pensó construir el BLH para esa clínica. Sin embargo, en ese momento se dio un cambio de 180 grados en el país. Se acabaron los seguros sociales y empiezan las Empresas Sociales del Estado, ahora el hospital se llamaba Policarpa Salavarrieta.

En el 2005 Loreney trabajaba para el Federico Lleras Acosta en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal. El doctor Ricardo Rivas Arenas era el subgerente del hospital. Él se interesó en que el hospital se certificara como Institución Amiga de la Mujer y la Infancia (IAMI). Es ahí, en ese momento, que Loreney junto a su grupo de trabajo lograría dicha certificación y, en paralelo, comienza el proyecto de banco de leche humana en el hospital.

“Entre el 2005 y 2006 se pasa el proyecto a la gerencia, allí se interesaron en el tema. Incluso, fuimos hasta la embajada de Brasil a solicitar apoyo. Todos estos proyectos de BLH trabajan mediante convenios de cooperación internacional, y Colombia no lo tenía”.

Hasta el 2007 el Ministerio de Salud firmó el convenio y llamó al hospital para notificarle la noticia. Luego de varias capacitaciones para el personal de la unidad neonatal, conseguir los equipos necesarios y superar las brechas de la ley, en el año 2011 se logró constituir en el Tolima el primer Banco de Leche Humana en Colombia. El momento oficial en el que ofrece sus servicios al público fue en junio de 2012.

Apoyo familiar

Para Loreney, en el contexto colombiano, la familia debe cumplir el rol de apoyar a la madre que trabaja:

“Sin un grupo de apoyo familiar, es muy difícil que una mujer pueda llevar una vida separada del trabajo. Es difícil mantener ese equilibrio entre la familia, el trabajo, lo lúdico y lo espiritual. Muchas veces hacemos el sacrificio de romper el equilibrio para cumplir con nuestras metas”.

Gracias al apoyo de sus padres, de su esposo Pablo que la ha apoyado en todas sus locuras como ella misma lo dice, de sus dos hijas que han comprendido la importancia de su labor y de Nelly, la empleada de servicio desde hace más de 30 años de la familia, Loreney pudo ser hija, esposa, madre y una profesional de la salud mientras promovía la importancia de la leche materna en la región.



Destacado

En junio de 2012, el Hospital Federico Lleras Acosta abre las puertas del primer Banco de Leche Humana (BLH) en Colombia. Desde entonces, el BLH del Tolima ha sido el ejemplo a seguir de los otros 13 que existen hoy en día en el país.

Destacado 

Luego de cuidar de otros niños desde la edad de 11 años por motivación de su madre, en Loreney nació la pasión de velar por la protección de la primera infancia.
 

Lo más gratificante para mí ha sido el apoyo de mi familia, esto ha sido indispensable. Tener al lado personas que creen en ti, que te apoyan y que en medio de todo también se han sacrificado