Inconformismo en el comercio por vendedores informales

Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA
Los ciudadanos de a pie cada vez más molestos por el poco espacio por donde pueden transitar, alegan que se evade el distanciamiento social y muchos vendedores hasta olvidan el uso de tapabocas.
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Ni durante el gobierno de Luis H. se vio la carrera Tercera tan desordenada y llena de vendedores informales, que incluso, ya ni siquiera dan paso a los conductores que laboran en las oficinas ubicadas en los edificios de esta calle peatonal.

Desde el milenio pasado Ibagué luchó contra los informales, y el problema siempre se situó en la calle 14 entre carreras Segunda y Tercera. En 1994, durante el primer gobierno de Rubén Darío Rodríguez Góngora, se construyó el Multicentro Comercial Chapinero, y así se logró habilitar la calle.

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Con el paso de los gobiernos, y algunas veces con el afán de ganar votos de las clases populares, se permitió el asentamiento de informales y poco a poco algunas familias empezaron a tener el monopolio de los puestos invisibles.

Con la peatonalización de la Tercera, durante el gobierno de Jorge Tulio Rodríguez Díaz, se sumaron más ambulantes, y ya no solamente se tomaron la otrora ‘Calle Bonita’, sino que empezaron a tomarse la remodelada avenida.

Se intentó reubicar a los vendedores con la construcción del Centro Comercial Andrés López de Galarza, pero su ubicación y mal adecuación de los locales fue rechazado y prefirieron continuar en la calle, y sin pagar impuestos ni arriendos. 

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En 2015, con la pavimentación de las calles 12 y 13 entre carreras Segunda y Cuarta, los ambulantes tuvieron que salir de la zona mientras estas se intervenían, y duraron varios años desocupadas y libres para la libre circulación peatonal.

Pero durante el mandato de Andrés Fabián Hurtado Barrera, el problema ya parece que se le salió de las manos, pues por la vía se volvió normal ver la plaza de mercado, viveros, ropa, calzado, calcetines, vidrios templados para celular, cartillas para colorear, entre otros productos de belleza y canasta familiar.

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Incluso, durante esta época de pandemia, en la que se pedía distanciamiento social, no aglomeraciones, e incluso hubo pico y cédula en la ciudad, esta calle siempre estuvo llena y los transeúntes denuncian a diario el riesgo que corren al no tener por dónde transitar de manera libre.

Los comerciantes también se quejan, pues sus ventas cada vez caen más, los informales tapan en muchas ocasiones los ingresos a los almacenes, y debido a que estos no pagan impuestos ni arriendo, venden más barato y quienes están en la formalidad no tienen ni apoyo gubernamental, y en cambio sí les exigen los pagos oportunos.

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DATO

Esta redacción se comunicó con el secretario de Gobierno Carlos Andrés Portela Calderón, quien aunque vio los mensajes, no se refirió ante el problema que aqueja a varios ciudadanos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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