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Ramírez señaló que la dupla vacunación-reactivación, permitirá que las empresas puedan retomar plenamente actividades, pero también que el sector informal pueda trabajar con garantías y migrar gradualmente hacia la formalidad.
Asimismo, destacó las potencialidades de la población informal para que la capital tolimense recupere su liderazgo en sectores como las confecciones, uno de los priorizados en la primera fase de este programa, que cobija a cerca de 4 mil micronegocios, incluidos mantenimiento de vehículos automotores y comercio al por menor.
Para ello, sostuvo, que se brindará capacitación y financiación, volcando la oferta institucional del Estado a los territorios. Una de las fórmulas de este piloto, para avanzar en el propósito de la formalización, es la asociatividad.
“Tenemos que pensar en que, a través de una cooperativa o una organización de economía colaborativa, junten esfuerzos y elaboren un plan de negocios. Nuestra meta es darles la posibilidad de tener unos sitios fijos en la calle, con buen resguardo y, progresivamente, ir generando un ahorro, un fondo de reserva”, manifestó Ramírez.
Y agregó: “La calle es un tránsito, tiene que ser algo temporal y si, poco a poco, nos vamos formalizando, también tenemos que ver cómo vamos educando nuestras finanzas, para ir contribuyendo a nuestra seguridad social, pensando en la vejez, cuando ya no tengamos la energía para pasar 12 horas al aire libre trabajando”.
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