Aunque al religioso le habían imputado cargos por el delito de acto sexual violento agravado, en el juicio, las autoridades no pudieron encontrar a la supuesta víctima ni a su familia. 

El abogado defensor, Gustavo Osorio, aseguró que todo se había tratado de una venganza del joven, al parecer, porque el sacerdote no le habría querido pagar un dinero.

Hoy el muchacho estaría en Canadá y antes de salir del país, a través de un abogado, habría firmado un documento ante el Consulado, admitiendo que había mentido. 

En septiembre de 2017, el jovencito, que para la época tenía 16 años, dijo a las autoridades que Monroy le había tocado sus genitales.