El mayo del 2021 se presentó un siniestro en la finca El Tesoro del barrio La Gaviota de Ibagué. Las lluvias de varias horas provocaron un derrumbe que ocasionó la muerte de un niño de 6 años, además de la pérdida de varias viviendas.

“Cuando hice la foto no sabía que el niño había fallecido. Se había desplomado una casa y fuimos hasta el sitio, entonces nos dijeron que lo habían encontrado y que ya venían bajando con él. En su momento lo primero fue la impresión de ver la escena, pero tocaba tomarla sí o sí”, afirmó Hélmer Parra.

Y agregó: “Con el tiempo uno se va curtiendo de esas situaciones, pero sigue provocando sensibilidad. Uno está en su labor y hay una responsabilidad ahí, tomar las imágenes es nuestro deber y eso hice”.

En el 2002 seis policías y dos civiles fueron asesinados por el frente 21 de las Farc en una emboscada en Coyaima, en el sur del Tolima. Hélmer Parra recuerda esta foto porque, dice, es un ejemplo de las épocas más cruentas del conflicto armado en el departamento.

“Desde finales de la década de los 90 las tomas guerrilleras se agudizaron en todo el país, pero en el Tolima fueron especialmente cruentas. En esa foto se ven los ataúdes de seis policías que estaban sirviendo a la patria y fueron asesinados”, asevera.

Los cuerpos de los policías fueron traídos a la capital del Tolima y luego fueron llevados a diferentes partes del país. El hecho conmocionó a muchos sectores de la sociedad tolimense, pues la mayoría de ellos eran oriundos del departamento. Durante varios años más se repetirían estas tomas en diferentes municipios del departamento.

Durante más de 17 horas el frente 21 de las Farc arrasó con Playa Rica, jurisdicción municipal de San Antonio. Era el año 2001 y la situación de orden público pasaba por una de sus peores etapas.

El periódico EL NUEVO DÍA realizó registros de tomas en Ataco, Villarrica, Anzoátegui, en Santa Isabel, en Rovira, Venadillo, en el sector rural de Ibagué, entre otras más.

“Nos enteramos a la madrugada del ataque y comenzamos a hacer planes para ir a buscar la información. Cuando llegamos solo estaban los destrozos. Era algo difícil llegar hasta ellas por el tema de seguridad. Esperábamos hasta que las autoridades hicieran un barrido de seguridad, pero siempre fuimos los primeros en llegar”, comentó Hélmer Parra.

Esos trabajos fueron replicados por medios nacionales, pues a algunos de estos lugares el Periódico de los Tolimenses fue el único que pudo llegar.

El trabajo de los reporteros gráficos es, además de registrar los hechos más trascendentales, contar en sus fotos el día a día de la ciudad, las rutinas de sus personas. 

En el caso de esta foto, tomada en el asentamiento La Miel de Ibagué, se ve lo consuetudinario de los habitantes de la Ciudad Musical.

“Es la foto de una niña descendiente de las personas que llegaron desplazadas de Pelaya, en el Cesar. Representa a una generación de niños ya ibaguereños porque nacieron en esta ciudad. Además, es una foto estéticamente muy bonita, que refleja la imagen sencilla de una niña jugando”, dice Hélmer Parra.

Una buena foto puede contar muchas cosas. En este caso, según Hélmer Parra, esta fotografía refleja la segregación que hay en la ciudad, todo disfrazado en una postal curiosa que esconde una tragedia detrás.

“Todos los días hacemos recorridos tomando fotos. Esta foto es muy significativa por su composición: podemos ver una línea que separa en dos la foto. Debajo el hombre acostado, encima las personas que los ven a la distancia. y habla de la exclusión que hay dentro de todas las ciudades”, finaliza Hélmer Parra.

En el 2013, en Cajamarca se vivía una fuerte tensión por cuenta de la intención de la empresa AngloGold Ashanti de llevar a cabo el proyecto minero de La Colosa. Las pungas habían subido de tono e, incluso, se estaban realizando estigmatizaciones en contra de la población que se oponía.

“Esa reunión se realizó con todas las partes reunidas. El vicepresidente de AngloGold sostenía el teléfono cuando recibió el mensaje de Ivan Malaver, que entonces era el jefe de comunicaciones: ‘Identificaron en el público de los opositores a varios guerrilleros de Anaime’ decía el mensaje que fotografié”, contó Jorge Cuéllar.

La imagen se hizo noticia nacional y fue registrada por todos los medios, siempre replicando la fotografía y sirvió a los señalados para realizar una denuncia pública: “Le sirvió a las personas para que les quitaran esa estigmatización que había sobre ellos. Al otro día vinieron varios de ellos y nos agradecieron por haber develado la realidad que lo que pasaba”.

En septiembre del año 2009 el coronel Joaquín Aldana, excomandante operativo de la Policía en el Tolima, mató a su esposa Erika Yeneris Gutiérrez. El crimen cobró relevancia nacional e internacional por el cargo del homicida y por lo macabro de su actuar.

El periódico EL NUEVO DÍA estuvo presente cuando encontraron el cuerpo de la mujer, en el kilómetro 15 entre Ibagué y Alvarado.

“Esa foto confirmaba la muerte de la mujer y ahí estuvimos. También asistimos a las audiencias en contra del coronel Aldana y tomamos las fotos que replicaron medios nacionales e internacionales”, contó Jorge Cuéllar.

La pandemia afectó a las personas de forma diferenciada. Unos pudieron cumplir con las restricciones más tranquilamente que otros. La pobreza y necesidades que las cifras enfrían se pudieron ver con más claridad en las calles y su rebusque constante.

“Esa foto la hice en una de las tantas salidas que hacemos. Es muy expresiva porque muestra los esfuerzos que las personas tienen que hacer para sobrevivir. No se sabe si quien la acompaña es su hija o un familiar, pero sí transmite mucha fatiga”, comentó Jorge Cuéllar.

Y agregó: “Da tristeza ver una imagen de esa, pero sensibiliza. En esta pandemia muchas personas se quebraron y a otros se les desmejoraron muchísimo las condiciones de vida. Esa foto refleja mucho eso”. 

El 29 de marzo del 2009 un incendio destruyó más de media manzana en el centro histórico de Ibagué. Entre las calles 12 y 13 con carrera tercera y calle 13 entre carreras 3 y 4 se declaró en estado de emergencia dado el debilitamiento de las estructuras.

“Llegué en la madrugada al sitio del incendio y subí a varios edificios aledaños buscando el mejor ángulo. Fue algo peligroso, porque el fuego era agresivo. Sobre las 8:00 a.m. comenzaron a llegar los empleados de esa papelería tan famosa llamada la Feria Escolar. Fue duro mirar sus rostros y ver en ellos la impotencia y la tristeza de empleados y de los dueños al ver convertido en cenizas el trabajo de muchos años”, contó Jorge Cuéllar.

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