El Dip regresó a los colegios

Utilizado para diferentes labores cotidianas, el diclorometano es una sustancia química susceptible de ser consumida por los jóvenes. Los efectos en el organismo podrían incluso producir la muerte súbita del adicto.

La curiosidad, la búsqueda de placer, la necesidad de ser tenido en cuenta dentro de un grupo, la fácil adquisición y uso está llevando a los jóvenes nuevamente a la inhalación de sustancias químicas, una adicción conocida como la “Cocaína de los 90”. En esta edición se pretende alertar a los padres de familia sobre el diclorometano, DIP, o cloruro de metileno, para que eviten que sus hijos se sumerjan en estas tendencias.
    
La sustancia
El diclorometano es utilizado como solvente industrial y doméstico, para eliminar pintura, desengrasar muebles, limpiar las partes de la cpu de un computador, en la fabricación y revelado de cinta fotográfica y remover manchas del cuero, entre otros. Este líquido, por su olor y características volátiles, puede encontrarse incluso en algunos aerosoles y pesticidas.

Debido a su bajo costo (entre cinco mil y 10 mil pesos en frascos de muestra de perfume) y a estar autorizado para la venta, favorece que sea comercializado abiertamente en droguerías, aumentando las posibilidades de riesgo de consumo por parte de los jóvenes.

Las formas de consumo
El empleo de este producto puede hacerse en cualquier lugar y es fácil de esconder, por ello los familiares del consumidor no lo detectan fácilmente haciendo que en algunas ocasiones se resistan a creer que él mismo lo esté manipulando.

Entre las alternativas más comunes de consumo están colocar el producto en una bolsa de plástico e inhalar por la boca o la nariz, impregnar un trapo (cuello, mangas de la camisa o pañuelo) y aspirar profundamente. Luego de inhalar, la euforia producida por el dip dura hasta cinco segundos, creando dependencia constante ante la necesidad de experimentar nuevas sensaciones.

“Se creía erradicado en Ibagué, pero hemos visitado colegios que están registrando casos y nos están invitando para que les dictemos talleres tanto a los padres de familia como a los mismos docentes. La última campaña de prevención que se hizo en la ciudad fue en el 2007 en 34 colegios públicos y privados, con el apoyo de la Personería; sabemos que el dip no se puede tipificar como droga porque no hay una estructura jurídica para contrarrestar el consumo”, señaló Abraham Moisés Cybulkiewicz, director de la fundación El Camino Colombia.
Efectos en el
inhalador

De acuerdo con algunos estudios, la inhalación de sustancias puede iniciar entre los ocho y nueve años de edad llegando hasta la adultez; no obstante, Cybulkiewicz sostuvo que en la ciudad las edades en donde más se está presentando oscilan entre los 12 y 17 años.

Quienes consumen diclorometano, o conocido entre los jóvenes como dip, presentan efectos similares a la embriaguez como visión borrosa, sensación de bienestar, somnolencia, hablar confusamente, desorientación, dolor de cabeza, náuseas y debilidad; así mismo, puede ocasionar depresión, temblores, enrojecimiento de fosas nasales, alucinaciones, irritación pulmonar y de la piel, conjuntivitis, mirada vidriosa, gastritis, pérdida del apetito, cambio en el ritmo cardiaco, aliento con olor a químicos, manchas en nariz, boca, manos y prendas de vestir, y convulsiones, que podrían desencadenar en la muerte súbita.

El consumo crónico de esta sustancia química, al igual que otras, deja daños irreversibles en el organismo como mal equilibrio, incoordinación, mala memoria, estados depresivos, infartos cerebrales, epilepsias, afectaciones en los riñones, el hígado, bronquios, problemas de ceguera y sordera.

En cuanto al ámbito familiar y educativo, los casos de inhalación se registran en todos los estratos sociales, además incide en las alteraciones de la conducta y estados de ánimo, la falta de comunicación, el bajo rendimiento, el ausentismo,  problemas disciplinarios, poco interés en la superación tanto personal como académica y va hasta el descuido en la higiene corporal.

¿Cómo prevenir?
Hablar sobre el tema en familia ayudará a generar confianza, y luego se podrá dar a conocer los riesgos y los efectos para la salud; igualmente se recomienda tratar dicha problemática en las aulas con los profesores y padres en reuniones.

“El consumo se da por la falta de atención y afecto. Es importante que los padres le dediquen tiempo a sus hijos, que se preparen y documenten para poder explicarles, porque muchas veces a los jóvenes les ofrecen (estos químicos) y los padres o no tienen tiempo o ignoran los riesgos (que estos traen); en las reuniones que se hacen en los colegios se nota la baja asistencia de los padres; hay algunos comprometidos, pero lo que normalmente se observa es que son las mamás las que acuden”, finalizó Cybulkiewicz.

LA VOZ
De acuerdo con lo manifestado por Cybulkiewicz, el secretario de Salud de Ibagué, Juan Manuel Mosquera, aseguró que en la ciudad existe un comité municipal de sustancias psicoactivas conformado por más de 20 participantes (con Policía, Fiscalía, varias ONG, el Sena, Icbf, las secretarías de despacho y representantes de los jóvenes) que fue reactivado desde hace cuatro años y se está trabajando por edades.

“Para prevenir el consumo del cigarrillo se está orientando capacitaciones desde el Cuarto grado de primaria y las sustancias psicoactivas desde el grado Sexto en adelante. Hemos estado trabajando con las instituciones educativas oficiales desde el ámbito de la salud, nutrición, autoestima; así mismo, estamos fortaleciendo la personalidad de los jóvenes y los factores protectores, cómo reaccionar y sobre todo que generen proyectos de vida, puesto que ello disminuye el riesgo del consumo, del suicidio y otras situaciones”.

Igualmente, Mosquera indicó que se está realizando una encuesta a 30 mil personas entre los siete y 59 años para establecer el tipo de drogas que se están consumiendo, qué tanto porcentaje de la población está susceptible y de esta manera compararlo con el informe que existe en el ámbito nacional acerca de estas temáticas. Además se ha venido desarrollando el proyecto “Saber vivir, saber beber, consumo seguro” en conjunto con Asobares, la Policía de Carreteras y otras entidades para sensibilizar a las personas sobre la responsabilidad que asumen cuando toman y conducen.

“En cuanto al dip, sabemos que se está registrando en el bachillerato, en colegios públicos y privados; por ello cada día estamos trabajando con grupos de estudiantes desde los grados menores porque la situación es precoz; sin embargo, no es responsabilidad directa del Estado, de la Secretaría ni de la Alcaldía. Nosotros somos multiplicadores, la población es receptora, pero la responsabilidad empieza por casa, que haya padres de familia comprometidos con la formación de sus hijos”, dijo.    

Al igual que el diclorometano, más de mil productos que pueden ser inhalados están disponibles en el mercado e incluso los hay en las viviendas; este producto no generará intoxicación siempre y cuando se utilice de manera adecuada y en los elementos para los cuales fue concebido.

Credito
Doris Rojas

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