Sexo: Pregunte sin miedo

Llega la adolescencia y para muchos se convierte en una etapa de dudas, preguntas, suposiciones, decisiones (en ocasiones apresuradas) y, a veces, en un mismísimo dolor de cabeza porque es una etapa en la que es normal sentir tanto desconocimiento.

Las rumbas, los paseos, los amigos, la rebeldía, el amor, el pudor y… ¡el sexo!

Así es, el sexo, algo que en oportunidades no cabe en la cabeza de mamás y papás, y que a veces es un tema que en voz baja usted toca con sus amigos, pero que al final de cuentas es un aspecto en la vida del ser humano para el que, aunque usted quiera o no, hay que estar preparados, bien sea porque decide iniciar una vida sexual o porque, aunque no lo haga, es fundamental y es un derecho que se informe sobre el mismo.

A lo mejor, usted puede pensar que tiene todo bajo control, que sabe mucho sobre sexualidad, que conoce a la perfección su cuerpo y sus emociones, o mejor, que el día que llegara a necesitar información sobre este tema lo último que haría sería consultarlo con alguien distinto a sus amigos más cercanos y que, además de esto, acudiría a medios como el Internet para enterarse.

Sin embargo, no olvide que mientras usted sepa más y entienda sobre las opciones anticonceptivas confiables y efectivas, así como de los aspectos que rodean su sexualidad, mejores oportunidades tendrá de evitar un embarazo no planeado, una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) y, en general, de tomar conciencia y tener una buena salud sexual que le permita tomar elecciones informadas sobre la misma.

LA VOZ DEL EXPERTO

María Claudia Caballero
Jefa Sección Salud División Bienestar Universitario – Uis - Doctora en Sexualidad
-¿Qué debieran entender los adolescentes y jóvenes con respecto a la iniciación de la vida sexual? Las cosas que debo entender o hacer alrededor de esto son:

Primero, reconocer mi cuerpo, entender qué es lo que estoy empezando a sentir. Entender mis emociones antes de pretender compartir mi cuerpo con otra persona. Preguntar y resolver las dudas con respecto a lo que acarrea o implica iniciar una vida sexual. Por ejemplo, conocer el tema de ciclo menstrual y reproductivo, saber qué es eso del amor y los afectos… el proyecto de vida ¿Qué significa eso?

Segundo, si tomo la decisión de compartir mi cuerpo debo pensar que ésta será una experiencia fundamental en mi vida, primero porque puede ser traumática, romántica, linda o triste, si me llegase a encontrar con una persona que sólo quería usarme, por ejemplo, y esas cosas marcan; y segundo, porque a partir de lo que signifique para mí, tendré una actitud positiva o negativa de ahí en adelante en mi vida sexual. Ambas cosas tienen que ver con tener la capacidad de entenderse emocional y físicamente para no resultar lastimado. La relación sexual no es sólo un encuentro de pene y vagina, es un encuentro de los valores y las emociones de las personas.

Debo pensar también si estoy preparado para afrontar un embarazo, los riesgos de contraer una enfermedad de transmisión sexual e incluso de soportar la pérdida de mi virginidad.

Además, hay que tener en cuenta que antes de los 17 años el organismo de las adolescentes no ha terminado de desarrollarse en términos de la vagina, por esto es una etapa en la que son muy vulnerables a que contraigan, entre otras cosas, el Virus del Papiloma Humano, VPH, ETS o que terminen enfrentando un embarazo no deseado, y aquí hay que hacer énfasis en que la adolescente no está preparada para ser formadora de otro ser humano, y mucho menos cabe pensar que teniendo un hijo se hará o la hará, junto a su pareja, más adulta.

Y muy importante… preguntarse: ¿Estoy realmente preparado o preparada, formado o capacitada, tengo las herramientas para afrontar los riesgos que no tengo la capacidad de resolver? Evidentemente en la etapa de la adolescencia y el inicio de la juventud es probable que esa madurez emocional y física no la tengan.

Credito
ANGÉLICA MARÍA MORENO MEDINA

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