¡Todo para última hora!

A veces las horas parecen tan cortas que no alcanzan para que los jóvenes hagan todo lo que deben y quieren hacer; pero con una buena organización ¡el tiempo alcanzará para todo!

“¡Adri, ¿llevaste la tarea?!” Esta es la frase más pronunciada en la casa de María Isabel, una ejecutiva de cuentas de 35 años. Su hija Adriana tiene 13 años y una habilidad increíble para olvidar sus tareas y para hacerlas en último momento, lo que le ocasiona problemas escolares.

“Varias veces en la semana tengo que llevarle al colegio las cosas que se le olvidan, o nos quedamos incluso hasta las 11:00 p.m. terminando una tarea que olvidó contarme que tenía y con la cual necesita ayuda”.


Entonces la mamá al salir de su oficina debe correr a comprar los elementos para hacer la tarea que hace falta, luchar contra los trancones, tratar de tomar la vía más rápida, llegar a casa a trabajar en la tarea con su hija, acostarla tarde, con las implicaciones que esto tiene para la levantada temprano al colegio.


María Isabel es madre soltera y debe multiplicarse para ayudar a su hija con las tareas. “Es muy difícil para mí estar pendiente de todo, así que procuro que sea lo más independiente posible, pero Adri no ha aprendido a planificar su tiempo y sufrimos por eso”.


Ariel Méndez, coaching experto en Juventud, explica en uno de sus 7 hábitos para jóvenes exitosos que poner primero lo primero “ayuda a los jóvenes a priorizar y administrar su tiempo de manera que se enfocan en terminar las cosas más importantes en sus vidas. Poner primero lo primero significa también aprender a superar los miedos y ser fuertes en tiempos difíciles. Es vivir la vida según lo que más importa”.


David, un ingeniero de sistemas de 40 años, explica que su hijo Jorge, de 15, pasa gran parte de la tarde en internet y que cumple con sus obligaciones a última hora. “Y eso significa que muchas veces hace las cosas mal o estresado y por eso no piensa bien.


Ahora llega el turno de papá, que llama cada hora a su hijo para saber dónde está y si hizo las tareas. A él le toca reunirse con su hijo en casa para hacerle las preguntas pertinentes y corroborar que su hijo sí hizo todo bien.


La clave es la organización, dice la psicóloga Carolina Dulcey. “Es importante que los jóvenes vean que aunque parece estricto, tener un horario organizado para cada cosa hará que el tiempo alcance más y no tengan que estar corriendo para terminar sus tareas o se sientan frustrados porque no pueden hacer lo que quieren hacer”.


Dulcey señala también que la disciplina para ajustarse a este horario es otro factor importante para evitar dejarlo todo para última hora.


LISTA


¿Cómo debe ser el horario?
1
El horario debe ser real, no hay que poner cosas que no se pueden hacer.

2
El horario debe ser semanal, ya que todas las semanas no son iguales, algunas habrá exámenes, otras vacaciones, etc.

3
Hay que dedicar todas las semanas un rato a elaborar el horario de la semana siguiente.

4
Se puede colgar en la pared o llevarlo en la agenda.

5
 Si algún día no se cumple totalmente no pasa nada, el tiempo se puede recuperar en otro momento.

LA VOZ DEL EXPERTO

PAULA CAMPOS
Psicóloga
Magíster en Problemáticas Sociales Infanto Juveniles
“La disciplina es un ejercicio, un entrenamiento diario. Su misión es la formación de buenos hábitos y reglas personales que permiten alcanzar el desarrollo máximo de las potencialidades humanas.

Este ejercicio se debe realizar a diario, de manera constante. Es un entrenamiento mental que requiere de todo nuestro trabajo y compromiso. El poder desarrollarlo en la adolescencia temprana permite llegar a la adultez de mejor manera, afrontando los cambios y los compromisos que el crecimiento conlleva, de manera positiva.


Enseñar el verdadero valor del tiempo, hacer las cosas sin pausa, pero sin prisa; desarrollar la paciencia para alcanzar los deseos y las metas, aprender a revisar las cosas dos veces. Tener una actitud de permanente evaluación con todo lo que se emprende, planeando las actividades con tiempo para evitar imprevistos y desarrollar las tareas prestando atención y concentración, son algunos de los ejemplos para la ejercitación de la disciplina.


Sanciones y castigos físicos no son parte del entrenamiento de la disciplina. Estos refuerzos negativos sólo sirven para mantener la visión errónea que la sociedad tiene respecto al valor disciplinar. Los métodos para alcanzarla son otros, entre los que se destaca la importancia de: El rol de los padres es ser guías para sus hijos”.


LISTA

¿Cuánto tiempo para estudiar?
1
Al menos 2 horas diarias, independientemente de las horas en clase.

2
 Hay que olvidarse de los saltos -un poco por la mañana, otro por la noche, etc-, porque resultará más difícil concentrarse. Pero tampoco es conveniente que se haga todo de un tirón.

3
 Tener claro que si no existe la costumbre de repasar, no se puede empezar a estudiar una o dos horas seguidas, porque el aburrimiento llegará pronto. Es mejor empezar poquito a poco, primero 20 minutos, al día siguiente 30 y así respectivamente.

LA VOZ DEL EXPERTO
Carolina dulcey
Psicóloga
“Dejar todo para último minuto no es sólo una cualidad de los jóvenes, sino una característica de nuestra cultura latina. Es una sensación que tienen las personas y que se siente de dos maneras: la primera, es vivir libre sin responsabilidades y sólo encargarse de ellas cuando ya es imposible evitarlas y dos, una falta de organización cerebral que a lo largo de los años puede ir agravándose o superándose.

Lo primero que se debe hacer, sobre todo en el caso de los jóvenes, es ayudarlos ahora con los dispositivos tecnológicos: enviarles una alerta al Facebook, recomendarles utilizar la aplicación de calendario en su blackberry y en general, convertir los dispositivos electrónicos en aliados para enseñarles a organizar el tiempo. Sin embargo, algo clave para tener en cuenta es la disciplina. La falta de disciplina es otra característica que podría aplicarse a muchas personas en nuestra sociedad y consiste en tomar un proyecto y abandonarlo o dejarlo a la mitad y solo retomarlo cuando no existe otra alternativa, lo que decanta en que las cosas terminen no saliendo bien.

La disciplina no es difícil de formar en los niños, pero sí en los adolescentes. Es importante asociar, ya en esta etapa, la disciplina con la consecución de beneficios: si puedes cumplir adecuadamente con esto, obtendrás un beneficio. Más adelante comprenderán que si trabajan duro, ordenadamente y con disciplina, obtendrán sus objetivos”.

Credito
BELKYS P. ESTEBAN

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