Papás: tengo que contarles algo

¿Alguna vez has intentado hablar con tus papás sobre algo importante, pero no supiste cómo? ¿O alguna vez has tratado de hablar sobre algo en específico, pero te diste cuenta de que no era el momento adecuado? Hablar con los papás puede ser fácil si se sabe cómo hacerlo.

Jorge es un ingeniero de 45 años que quiere hablar de sexo con su hija adolescente, Diana, de 15. Jorge no quiere ser agresivo, descubrió que Diana tiene un novio y antes que prohibirle que lo vea, quiere hablar con ella para saber qué tanto sabe su hija sobre relaciones sexuales y métodos de planificación.

Jorge pasó casi una semana buscando el momento oportuno para hablar con su hija, hasta que un sábado de descanso, ella lo invitó a caminar y lo confrontó:

-Papá, Luis y yo estamos teniendo relaciones, pero me estoy cuidando. Quiero que confíes en mí y me des permiso de ir con él de viaje.


El impacto dejó a Jorge de una pieza. “Le negué el permiso para el viaje porque consideré que aún no estaba lista para ir con un chico que conocía desde hacía seis meses y que ya estaba en la universidad. Al principio no me agradó, pero no reaccioné mal, la escuché y al final agradecí que hubiera hablado conmigo”.


Otro caso es el de José, quien afrontó un problema con graves repercusiones, el cual debía hablar con sus padres. “Había quedado PFU de la Universidad. No quería afrontarlo, pero no me quedaba otra alternativa. Un día mi mamá me increpó y me enfurecí y le solté la verdad, así como así. Fue un gran disgusto para mis padres”. 


D’Arcy Lyness, psicólogo especializado en la adolescencia originario de Pensilvana, Estados Unidos, dice que los adolescentes ya desarrollan habilidades para resolver problemas y la facultad de tomar decisiones responsables. Otra de las claves es hablar puntualmente sobre los temas, no dar muchas vueltas y evaluar las posibles reacciones de los padres ante lo que se les dirá.

LA VOZ DEL EXPERTO
Hablar temas delicados
Camilo Cifuentes

Psicólogo juvenil
Si un profesor u otro adulto golpeó al joven, si detuvieron a un amigo por robar o si el mejor amigo intentó suicidarse. Si una chica está embarazada, si quiere empezar su vida sexual, si va a ser papá. No quiere estudiar más, perdió un semestre, gastó el dinero. Para hablar de temas graves para los padres y también para el joven, hay algunas claves que hay que tener en cuenta para que los resultados de la conversación sean satisfactorios: 

1. Pensar en lo que se dirá y dejar en claro en la mente cuál es la principal preocupación, así como cuál es el problema. Puede servir escribir en un cuaderno las ideas principales.


2. Escribir las tres cosas más importantes que se comunicarán a los papás y, además de esto, pensar en cómo podrían reaccionar los padres ante lo que dirás.


3. Indicar con claridad que hay algo importante de qué hablar y que se desea un momento especial para hacerlo. Decirles: “Tengo que hablarles sobre algo importante” en vez de:  “Cuando tengan un momento, me gustaría hablar con ustedes”. Porque si es urgente hay que hablarlo pronto, no cuando haya un momento.


4. Elegir un buen momento para hablar, evitar hacerlo cuando estén ocupados.


5. Escribirlo. Si definitivamente el joven se    siente incapaz de decirlo, entonces podría escribir una carta o algo así y mostrarla a sus padres cuando esté frente a ellos.

LA VOZ DEL EXPERTO
Cómo discutir con los padres
Carolina Dulcey

Psicologa
Si los padres respetan el punto de vista de los hijos, a pesar de que se opongan a los suyos, la conversación podrá ser más fluida. Por lo mismo, si los jóvenes aprenden a discutir, entonces la conversación se realizará en mejores términos:

* No personalizar: Si surge molestia con los papás hay que intentar recordar que lo que provoca este disgusto son las ideas de los papás, no los papás en sí, por lo tanto no hay que irse contra ellos enumerando sus defectos.

* No despreciar las ideas y creencias de los papás: en vez de decir: “Eso es una estupidez”, se puede decir: “No estoy de acuerdo porque...”

* Es mejor utilizar frases que empiecen por “Yo” para comunicar sentimientos y opiniones, así como lo que se quiere o necesita. Las frases que empiezan con “tú” pueden parecer que buscan el enfrentamiento. Por ejemplo, decirle a mamá o a  papá: “Siempre tienes que recordarme mis tareas domésticas los miércoles, cuando sabes que tengo muchos deberes” es muy distinto a decirle: “Me siento presionado porque esta tarde tengo muchos deberes. ¿Pasa algo si lo dejo para mañana?”


* Escuchar el otro punto de vista: así será más probable que los padres u otros adultos escuchen el tuyo.

Credito
BELKYS P. ESTEBAN

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