¡No asumas los malos retos!

Hay situaciones en las que podemos estar dispuestos a ceder para encajar con un grupo de amigos. Pero, ¿tenemos que hacerlo siempre? ¿Tenemos que pasar las pruebas para pertenecer a ese grupo? ¿Vale la pena?

La cobardía y la gallardía son palabras de cuentos de hadas. En muchas ocasiones se usan para presionar a otra persona a hacer algo que nada tiene que ver con ser valiente o con ser débil. Algunos chicos y chicas, incluso, las usan para que tú te conviertas en alguien que no eres y para que hagas cosas que no van contigo.

“Hay que saber distinguir entre la presión social y la necesidad de encajar. Usar determinada ropa para encajar en un grupo no necesariamente implica que un adolescente va a seguir todas las disposiciones del mismo”, señala la psicóloga Kimberly Rey.

La especialista señala, además, que la presión de grupo no se da solo en los adolescentes y que a diario los padres y hermanos mayores demuestran su necesidad de pertenecer a un grupo y para encajar en él hacen concesiones.

“Lo que se debe determinar es qué tipo de presión se ejerce y si las razones del joven para imitar a los integrantes del grupo se deben a esta presión a su forma de adaptarse y encajar”.

La especialista señala como ejemplo, cuando los trabajadores en una oficina van a tomar café a las tres de la tarde y cómo al llegar una persona nueva al lugar existe determinada presión por incluirla en las actividades diarias.

“Lo que pasa con algunos adolescentes es que para probarse comienzan a retar a otros o a hacer retos con otros: el que más bebe, el que más parejas tiene, el que más bromas pesadas ejecuta”, explica la especialista, y concluye que “algunos lo hacen una vez porque creen que esa es su iniciación en el grupo y ya no tendrán que probarse más. Y eso es posible. Sin embargo, si un integrante del grupo se manifiesta débil, siempre será el blanco de estos retos”.

Fuera de control

La profesional explica el caso de Sara, una adolescente de 20 años que está siendo tratada por anorexia. La situación se le fue de las manos cuando Sara aceptó el reto de perder los kilos “de más” que sus amigas veían en ella. La ansiedad por pertenecer al grupo y sus propios dilemas de autoestima desembocaron en un grave trastorno alimenticio.

La psicóloga recomienda a los adolescentes lidiar con la presión social y este tipo de retos manteniéndose ocupados y perteneciendo a algún grupo positivo, como los deportivos o artísticos. Sin embargo, deja claridad en que la presión y los retos están en todas partes y que la clave está en desarrollar una consciencia de quién se es.

“En los deportes, en el arte, en la vida diaria hay retos y presiones. El mundo funciona así. Pero la idea es saber cuáles retos estamos dispuestos a aceptar y cuáles no. Los retos que vale la pena aceptar son aquellos que nos impulsan a ser mejores personas”, puntualiza Rey.

Hay cosas en la vida por las que vale la pena retarse, pero beber hasta el cansancio o hacer daño a otros o a ti mismo para demostrar que vales la pena realmente no tiene sentido alguno: no vale la pena.

Para los padres

Cómo fomentar criterio en nuestros hijos

Gigliola NÚñez

disciplinaconamor.com

1. Sentirse amado: El amor es fundamental para la vida. Los hijos necesitan sentirse amados por lo que son y no por lo que hacen.

2. Respeto: Educar en la generación del respeto es fundamental para que nuestros hijos aprendan a respetarse a sí mismos y a los demás.

3. Confiar en sus capacidades: Brindarles oportunidades dentro del hogar para que conozcan sus capacidades y de esta manera se sientan valientes de afrontar los desafíos - retos que se les presentan en la vida.

4. Participación y expresión dentro de la familia: Que la familia sea el espacio en donde nuestros hijos puedan expresarse y proponer sus ideas sin recibir juicios o críticas.

5. Errores como oportunidades de aprendizajes: Nadie es perfecto, por eso cuando dentro de la familia el hecho de cometer un error no se emplea para la burla o crítica sino para construir, permite que los niños aprendan a asumirlos y a levantarse frente a ellos.

6. Poder de decisión: Es importante que nuestros hijos conozcan el poder que tienen ellos sobre sus vidas y que sus decisiones los afectan de manera positiva o negativa.

7. Consciencia de sus logros: Los hijos en ocasiones no son conscientes de sus logros, es por esto que se hace de suma importancia que los adultos los invitemos a que ellos aprecien las cosas que logran por sí mismos en la vida.

Camilo Cifuentes

Psicólogo

“Un estudio de la Universidad de Universidad de Oregón, en Estados Unidos, en 2011, señala que contrario a lo que pensamos, es en la adolescencia donde los jóvenes aprenden a defenderse de la presión social. Es decir que la recomendación para los padres es fomentar en la infancia y la preadolescencia la capacidad para tomar decisiones y a los jóvenes recomendar que fortalezcan la seguridad en sí mismos a la hora de asumir un papel en la sociedad, ya sea como estudiante, como amigo, como hijo, como pareja.

“Es importante darnos cuenta de que las decisiones son buenas para afirmar nuestro carácter y que si hacemos siempre lo que otros quieren nunca será suficiente para satisfacerlos”, afirma.

Y explica que “así que lo mejor es mostrarnos tal como somos y con esa premisa buscar amigos parecidos que nos acepten sin pedir algo a cambio. Responder a las expectativas de otros nos ubicará siempre en situaciones en las que será muy difícil ser feliz”.

Credito
BELKYS PAOLA ESTEBAN

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