Y tú: ¿cómo das ejemplo?

Con mucha frecuencia criticamos a los adultos porque hacen cosas que no nos gustan, pero, ¿no hacemos lo mismo que criticamos? Para tener el derecho de criticar hay que ser conscientes de lo que hacemos y de lo que no.

Es difícil recibir, por ejemplo, críticas todo el tiempo por parte de los adultos cuando a veces ellos no saben lo que está sucediendo en nuestras vidas. Pueda ser que lo supongan, pero no lo saben con certeza. Sin embargo, ¿acaso se lo decimos? ¿O nos conformamos con hacer mala cara y portarnos como histéricos? A veces, basta con dar ejemplo para que los demás, incluso los mayores, vean que están haciendo cosas que nos lastiman.

“Con nuestro comportamiento estamos enviando a los demás un gran mensaje. A lo largo de la historia, grandes líderes han optado por eso, por hablar menos y hacer más. Por dar ejemplo de cómo quieren vivir”, señala el psicólogo Camilo Cifuentes.

Y es verdad. Tratar como queremos que nos traten es una norma simple de convivencia que podría hacernos ser mucho más felices. Claro, cada momento tiene su característica especial, pero esta simple premisa, aplicada a cada situación, puede hacernos observar todo bajo una nueva luz.

“Para el mundo de los adultos, las palabras a veces adquieren menos relevancia. En el caso de los jóvenes las palabras son muy importantes, pero al ver el ejemplo de los adultos, las cosas tienden a confundirse. Es por eso que portarnos bien, en lugar de prometer a los padres que nos portaremos bien y después fracasar, será más importante”, explica la psicóloga Carolina Dulcey.

Cuando seamos adultos, comunicarnos con los demás será muy importante y utilizar las palabras y promesas para lograr nuestros objetivos será algo muy común y tal vez eficaz. Pero ser coherente y dar ejemplo con respecto al comportamiento que queremos recibir de los demás, hablará por nosotros mucho más que todo un tratado.

Así, sin importar lo que los demás hagan, ¡a dar ejemplo!

Con nuestros padres

El psicólogo Camilo Cifuentes señala que el trato con los padres en la adolescencia está siendo muy controvertido en la actualidad.

“Antes cada uno tenía su rol muy claro, los padres mandaban y los jóvenes obedecían y a veces, se rebelaban. Hoy, son los jóvenes los que tienen en sus manos establecer un rol más equitativo, donde al expresar lo que sienten y hacer las cosas bien enseñarán realmente grandes lecciones a los padres”.

El experto explica, de igual manera, que los padres están pasando por momentos muy tensos, equiparándose emocionalmente a lo que viven los jóvenes.

“La adolescencia siempre ha sido difícil por los cambios hormonales y ahora, ser padre lo es también por las grandes exigencias de la vida exitosa que llevamos. Los jóvenes de hoy tienen más oportunidad, debido a la información, de hacer cambios en sus vidas:

1 Sorprende a tus padres: a veces los padres creen que siendo toscos forman un carácter fuerte en los adolescentes, así que si tus padres están siendo así contigo y eso te duele, prueba a brindarles tú un abrazo, a escribirles un corto mensaje por correo electrónico o texto, o decirles una palabra cariñosa sin que menos lo esperen.

2 Demuestra confianza: por naturaleza los padres desconfían de la adolescencia. Si tus padres te tienen desconfianza, demuéstrales, sin pelear con ello ni sentirte ofendido, que pueden confiar en ti. Cumple con los horarios de llegada y las cosas que te encomiendan. Haciéndolo, te harás valer por ti mismo más que cualquier promesa.

3 No pataletas: las pataletas y discusiones a los gritos son una constante en el trato entre padres e hijos en la adolescencia. ¿Qué tal si un día de estos, en medio de una discusión, evitas gritar desaforadamente por lo que crees injusto y mejor lo escribes? Cuando tus padres se tranquilicen entonces les entregas el papel. Es una buena forma de dar ejemplo a los padres de cómo manejar una situación donde ninguna de las partes parece comprenderse.

4 Busca tiempo con ellos. El tiempo es quizá lo que los padres menos dedican a sus hijos. El tiempo de calidad es la premisa hoy día, así que cuando lleguen tus padres del trabajo, observa si no están muy cansados o estresados y hazles la propuesta de practicar un juego de mesa o de video. Ese es un buen ejemplo de lo mucho que tú quieres compartir tiempo con ellos.

5 Deja las críticas: intenta por una vez no criticar lo que hacen y que te parece mal o injusto. Diles, mejor, lo que te gustaría que hicieran. Es tu forma de mostrarles que sus críticas te duelen, que lo mejor sería que te dijeran cómo podrías hacerlo mejor.

Con los compañeros

1. No critiques: esa es la mejor manera de dejar claro que a ti tampoco te gustan las críticas.

2. Ofrece tu ayuda: aunque no la acepten, dejas el ejemplo de lo importante que es estar ahí para cuando te necesitan o tú los necesitas.

3. Escucha: si tu amigo o amiga te cuenta sus problemas, deja el ego a un lado y atiende con paciencia.

4. Comparte: tus conocimientos, tu lonchera e, incluso, tu tiempo con tus amigos y compañeros.

Tips para mejorar tu relación con tus padres

1 Obedece: Aunque lo que te pidan pueda parecer injusto, hazlo. Puedes manifestar tu inconformismo, pero hazlo.

2 Cumple: si prometes que llegarás a determinada hora, cúmplelo. Después puedes negociar con tus padres.

3 “Guarda las garras”: si a todo lo que te dicen contestas mal… ¿entonces cómo quieres que las cosas mejoren?

4 Di lo que piensas: pero bien dicho, de buena manera.

5 Tus padres también son personas: no son de piedra y si los tratas mal, los lastimas.

Mensaje para los padres 

Lilian Mora Psicóloga

“El ejemplo es algo que los adultos hemos olvidado. Un niño o niña no olvida una promesa, pero cuando llegan a la adolescencia los mayores les han fallado tantas veces, que los jóvenes se dan cuenta de que decir una cosa y hacer otra es lo más común del mundo. Entonces, cuando usted como padre impone una regla en su casa y el joven no la cumple, piense cuántas veces le prometió que llegaría temprano y no lo hizo. Incluso, piense cuántas veces prometió que lo castigaría por portarse mal y no lo hizo. A partir de allí, los padres deben esperar el comportamiento de sus hijos. Los gritamos, pero no queremos que nos griten. Somos perezosos para compartir tiempo con ellos, pero queremos que nos cuenten todo. Si no somos consecuentes, veremos eso mismo en nuestros hijos e hijas toda la vida”.

Camilo Cifuentes Psicólogo 

1. Dejan que completen su frase antes de interrumpirlos. No te gusta cuando ellos hacen lo mismo que tu.

2. Si no estás de acuerdo, expresa tus argumentos con calma.

3. No desafíes su autoridad: da ejemplo de que sabes cuál es tu lugar.

4. Dirígete con respeto: así les mostrarás que deben dirigirse a ti también con respeto.

Credito
BELKYS P. ESTEBAN

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