¡Libérate del estrés!

Si lo que te tiene estresado no tiene nada que ver con las tareas, pero sí con tus compañeros de colegio o profesores, es mejor que lo hables con alguien. Si te produce ansiedad ir al colegio o a la universidad y si realmente te pone mal pensar en entrar al salón de clases sin alguna razón aparente, es posible que necesites ayuda de un profesional.

¿Cómo es posible que los adultos digan que la vida adolescente es fácil? ¡Estás totalmente estresado (a) y no sabes qué hacer! Lo ves todo como un túnel sin salida y las cosas parecen más oscuras que una de esas películas de Harry Potter que tu hermano (a) mayor ve. Pues calma. Sí, suena fácil, pero es lo mejor. Tómate un momento, respira profundo, no pienses que eso solo lo hacen los adultos.

La vida del colegio, la universidad, la relación de pareja, los amigos y amigas y claro, lo que tus padres esperan de ti, así como el rendimiento en tus diferentes actividades extracurriculares te tienen al borde de un ataque de nervios. La irritabilidad te gana y solo tienes ganas de gritarle hasta a tu pobre perro o gato que andan por ahí con total tranquilidad. ¡Pues aprende un poco de ellos!

Cuando el estrés te gane y no sepas ni por dónde comenzar a resolver una tarea o un problema, entonces es momento de que te “eches” en el suelo, mires al techo y pienses: ¿qué tal si nado un rato? Negocia con tus padres y sé sincero (a) con ellos: sientes que no puedes más y necesitas un relax. No tengas miedo de decirlo, la vida es agitada y de aquí en adelante, mucho más.

Come bien, trata de tomarte un día para dormir lo suficiente si has estado trasnochando -¡y cambia ese hábito!- y haz algo de ejercicio. Verás que las cosas toman otro color y las soluciones a tus problemas serán más claras. Habrás liberado el estrés.

Aprende a adaptarte 

Existen personas que son capaces de manejar bien el estrés y es bueno que lo vayas aprendiendo, porque a lo largo de la vida se te presentarán muchas situaciones como esta. Hay algunas claves para que mejores la forma como te adaptas al estrés, a los cambios y a la presión:

1.Piensa en los retos como parte de la vida: no creas que los cambios son solo para los adultos. Al contrario, tu vida como adolescente está llena de cambios y es por eso que recibirlos con la mente positiva es la mejor manera de asumirlos. No los veas como un castigo, piensa en que hay que asumirlos y que habrá muchos a lo largo de tu vida.

2.Piensa en los problemas como algo temporal: nada dura para siempre y eso incluye a los problemas. ¡Pero estos pueden tardar en resolverse si no actúas! Piensa que los problemas tienen solución y que si trabajas en encontrarla, los habrás solucionado.

3. Cree que serás capaz de alcanzar tus metas si tienes fe en ti mismo (a): a veces el panorama parece oscuro, pero a veces las cosas toman su tiempo. Sigue trabajando y verás que alcanzarás lo que te propones.

4. Construye lazos de amistad y fortalécelos con tu familia: tener a tu lado personas que te apoyan es muy importante. Procura que la relación con tus padres sea cercana y buena y que tus amigos, no importa que sean pocos, te escuchen y te animen.

5. Busca ayuda: si los cambios y los compromisos están llevándote a un nivel que no sabes cómo manejar, busca ayuda en personas de confianza. Habla con tus padres y diles que realmente un tutor te vendría bien o hablar con alguien que pueda comprenderte.

6. Participa en actividades que te relajen: es importante que practiques un deporte, te unas a un grupo de danza, leas, veas películas que te relajen. Todo esto ayuda a que te sientas mejor cada día. Y si prefieres estar solo o sola: ¡ordenar tu cuarto es genial para que olvides por un rato las razones de tu estrés!

Cómo pueden ayudar los padres

Lo primero que los padres pueden hacer es pensar si están siendo causantes de alguna manera de ese estrés. Es una reflexión personal, así que no vale la pena mentirse. Sea honesto consigo mismo y piense si está poniendo expectativas irrealistas en su hijo o hija.

La mayoría de adolescentes padece estrés debido al colegio: a las tareas, a las relaciones con sus compañeros o profesores. Las actividades curriculares usualmente liberan estrés, pero si es algo que el adolescente no disfruta, entonces puede provocarlo.

Si la fuente de estrés son las tareas, consiga un tutor. Si el problema son los compañeros, afronte la realidad: tiene que cambiar de colegio o hacer cita con un psicólogo. Si el tema es la mala relación con los profesores, hable con las directivas del plantel. Si el problema es el número de actividades extracurriculares que realiza, propóngale dejar por un tiempo alguna.

Si el tema son los malos hábitos: que se levanta tarde, es disperso y no termina nada, no se lleva bien con los demás, es mejor tomar medidas. Con la ayuda de un terapeuta podrá resolverlo. En la adolescencia, la comunicación entre padres e hijos es más difícil. No tenga miedo en aceptar que no puede solo y busque acompañamiento profesional.

Credito
BELKYS P. ESTEBAN

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