Empezar a veces cuesta y más cuando se trata de algo que no se acostumbra hacer, pero si el reto es tomarle cariño a la lectura, no es necesario coger una enciclopedia o un extenso libro de historia. Una alternativa es iniciar con revistas, textos cortos, cuentos o noticias que encontrará a través de periódicos o internet. Luego continuar con libros breves, novelas e historias con un lenguaje fácil y sobre todo que sea de su interés.

Al darle continuidad a esta práctica y finalizar su primer libro, lo más probable es que se sienta motivado para continuar aprendiendo y conociendo novedosas historias reales e irreales, por lo tanto el siguiente paso es buscar otro libro con las mismas características para que continúe motivado con esta importante labor.

Así como hay gustos para todo, en la literatura es igual, las librerías y bibliotecas están cargadas de distintos contenidos y con sus primeros textos sabrá cuál es el estilo literario que lo atrapa.

Leer es una importante práctica que hace a las personas más sabias y por eso no se debe dejar de lado por pereza o desmotivación.

Anímese a encontrar el autor, el género literario y la temática que más le llame la atención.

Pobre y mediocre: la lectura de los primÍparos

Según una reciente investigación de la Red de Lectura y Escritura en Educación Superior, en la que participaron investigadores de la Universidad de La Sabana, los estudiantes de primer año de universidad no saben escribir un ensayo, tienen una mala ortografía y carecen de competencias en compresión de lectura.

El estudio asegura que en la educación media los alumnos no desarrollan las habilidades lingüísticas necesarias que les permiten tener un conocimiento básico en el manejo de la lengua española, razón por la cual no pueden desarrollar textos de mayor nivel académico como son los que se leen y escriben en la universidad.

¿Y en lectoescritura?

“En 2015 presentaron la prueba de Lectoescritura alrededor de 1.305 estudiantes, de los cuales 664 no la aprobaron. Estos bajos niveles de lectoescritura tienen un impacto directo en el desempeño de los estudiantes durante el desarrollo de las materias”, señala Patricia Díaz Bastos, directora de la Oficina de Orientación Estudiantil y Egresados de la Fundación Universitaria del Área Andina.

Tips para que no quede solo en el intento

1.El joven debería aprovecharse de esto para incentivar su cerebro a leer diariamente.

2.Poner los libros sobre la mesita de noche y llevarlo siempre en el morral es una buena estrategia para no olvidarse de esta tarea.

3.Visite librerías y pida ayuda para que le enseñen el género que más le agrade.

4.Las bibliotecas no pasan de moda, pida algunos en su colegio y universidad y detalle su contenido. 

5.Anualmente en la ciudad se realizan diferentes actividades que incentivan la lectura, asista a estos eventos y aprópiese de este hábito. 

6.Busque el espacio, el momento y la hora que más le favorezca para no aborrecer la lectura.

7.No tenga pereza de leer diferentes contenidos que se suben a la web, en los medios impresos o en la calle. Es un buen comienzo si inicia por acá.

8.Después del desayuno, el almuerzo o la cena podrían ser sus horas apropiadas para leer. 

9.Propóngase a leer una cantidad fija de horas por día.

10.Si empezando dejó de leer uno, dos o tres días, retome este hábito de inmediato antes de que lo pierda. 

Universia menciona cuatro consejos para hacer de la lectura un hábito:

1 Cortos o poco extensos: Los libros cortos serán sus mejores aliados cuando inicie con esta rutina.

2 Remplazar los libros por los artefactos electrónicos: después de asistir a sus clases, la gran mayoría de jóvenes dedican sus espacios libres a ver televisión, a sus tabletas, celulares o computadores. Es bueno buscar en la lectura la diversión.

3 Antes de ir a la cama: Después de tomar la cena y estar en su habitación, puede buscar un lugar iluminado para empezar una lectura corta o larga, todo depende del interés que le ponga.

4 Evite el aburrimiento: Cuando los padres proponen un viaje por carretera, pasará varias horas sentado, lleve unos cuentos, novelas o libros para que aproveche el tiempo.

La voz del experto 

Mariano Lozano, Profesor del Departamento de Lengua de la Universidad de La Sabana 

“El estudiante por lo general es muy descuidado con la ortografía, especialmente con la puntuación y acentuación; en el bachillerato, en clase de español o literatura, poco se les enseña respecto al manejo de normas ortográficas. Otro problema que influye en las falencias de los alumnos consiste en la deficiencia de las políticas institucionales para el desarrollo de procesos de lectura y escritura desde la educación media en Colombia. Efectivamente se hacen procesos de lectura y escritura, porque se tienen establecidos en los programas, pero hace falta una política que determine una competencia como tal”.