Mis amigos se van

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Perder a un amigo en la etapa de escolaridad no es fácil desde el punto de vista psicosocial para los jóvenes, según lo explican los expertos. Aunque actualmente los avances tecnológicos y la existencia de las redes sociales permite que el contacto no se aleje de manera definitiva, esa pérdida afectiva genera un estado de depresión en los menores.

Pese a que el ser humano es social por naturaleza, es durante la época escolar que los niños, jóvenes y adolescentes afianzan sus relaciones interpersonales.

Por ello, las amistades que nacen en esta etapa de la vida consolidan en gran parte el desarrollo de la personalidad de los menores.

Sin embargo, afrontar de manera repentina la separación de alguno de sus amigos implica para ellos una serie de nuevos retos y desafíos emocionales en los cuales el apoyo de la familia y los docentes juega un papel importante para superar el duelo.

Isabel estudió toda la etapa del colegio junto a sus amigas María Camila y Tania. La mayor parte del tiempo estaban juntas, hacían los trabajos en grupo, se aconsejaban y compartían en la casa de la una o la otra. Muy pocas veces estaban alejadas entre ellas.

“Cuando no estábamos juntas, hablábamos por teléfono o por Messenger, que era lo que existía en esa época. Yo no sé de qué tanto hablábamos, pero siempre lo hacíamos”, comenta una de ellas.

Pese a la cercanía de las jóvenes y al cariño que se tenían, la separación de las tres amigas llegó por motivos académicos.

La falta de universidades presenciales para la época en su municipio, hizo que sus compañeras se mudaran a Bogotá. Mientras tanto, Isabel decidió probar suerte en Bucaramanga.

Aunque las tres entendían que dicha situación hacía parte de la vida y de sus planes para ser profesionales, el cambio fue difícil.

“Los primeros meses fueron tenaces. No soy de muchos amigos y es difícil para mí. Cuando ya estaba radicada en Bucaramanga no tenía amigos y no suelo darle confianza tan rápido a las personas. Además, llevaba estudiando con ellas desde muy pequeña y estábamos acostumbradas a compartir muchas cosas”.

Luego de la separación, las amigas acordaron seguir en contacto en la medida de lo posible. Sin embargo, las nuevas responsabilidades de cada una les dificultaba la comunicación.

“Ya estando lejos era difícil hablar todo el tiempo, porque cada una tenía sus obligaciones universitarias, entonces nos hacía mucha falta tener a quien contarle las cosas o con quien desahogarse. Después, con el tiempo, nos acostumbramos y la vida universitaria requiere mayor atención, entonces surgen otras prioridades y otras amistades. Pero nunca que reemplacen una amistad de tanto tiempo”.

Aunque intentaron mantener el contacto, las nuevas prioridades generaron un cambio en la relación. Pero ello no significó el fin de su amistad.

“Ahora, nos vemos a veces una vez al año, y tratamos de contarnos las cosas más importantes, y estar presentes en los momentos más especiales, y aprendimos a manejar la distancia. La amistad sigue intacta”.

Para el psicólogo Carlos Mauricio Peñalosa es importante que los jóvenes cuenten con el acompañamiento de los padres o docentes.

En los casos en los cuales la pérdida no sea superada o el menor se niegue a reintegrarse a otro grupo social, se hace necesario el apoyo de expertos en terapia infantil.

“Como estos chicos se vuelven retraídos y se aíslan, van a ser susceptibles al matoneo por parte de otros compañeros.

“O puede que pase lo contrario y el joven cambie sus hábitos para poder ser aceptado en un nuevo grupo.

“Hay que tener cuidado para que no caiga en relaciones que lo puedan afectar”, recalcó el psicólogo.

Peñalosa concretó que en casos extremos, “los jóvenes que no pueden afrontar esa pérdida entran a una terapia para superar ese duelo”.

 

Cambios en el comportamiento de los jóvenes

1 Se aleja del grupo y no participa de las actividades cotidianas.

2 Su rendimiento escolar se ve afectado de manera significativa.

3 No se relaciona con nuevos compañeros del colegio.

4 Entra en un estado de depresión y negación.

5 Se pueden volver agresivos o retraídos.

La voz del experto

CARLOS MAURICIO PEÑALOSA, psicólogo.

En este tipo de situaciones en las que se generan rupturas sentimentales, es fundamental que los adultos, tanto los familiares como los docentes, le brinden un acompañamiento a los jóvenes para motivarlos a la reintegración de nuevos grupos sociales.

El psicólogo Carlos Mauricio Peñalosa, explicó este fenómeno.

“Para los adolescentes el colegio se convierte en una ‘casa de amigos’ en la que empieza a fortalecer esos lazos psicosociales con los demás. A pesar de que durante muchos años estuvieron juntos, deben entender que cada uno debe seguir su camino. En ese momento hay una ruptura emocional para ese muchacho”, indicó el experto.

Además, señaló que este tipo de choques emocionales no se dan solo cuando la separación se da de manera inesperada, sino cuando se finaliza la etapa escolar para dar paso a la vida universitaria.

“Cuando se llega al grado once, una de las estrategias que tienen en las instituciones para preparar a los jóvenes para esa ruptura que se da, es el llamado ‘prom’. También, durante todo el año realizan una serie de actividades con las que van rompiendo ese apego. No quiere decir que no continúen con su amistad después, solo que será diferente”.

Independiente de cómo se dé esa separación, Peñalosa explicó que lo importante es darle la atención necesaria al joven.

“Lo más importante es actuar para que el adolescente entienda que esa pérdida no le impide reintegrarse a un nuevo núcleo social. Y acá las redes sociales juegan un papel importante para mantener esos vínculos.

“El acompañamiento de los padres es fundamental para evitar que el adolescente se retraiga o cree nuevas amistades que no sean beneficiosas”.

Preguntas y respuestas

JOSÉ TRINIDAD CÁRDENAS, docente.

 Uno de los papeles fundamentales en la ruptura emocional que sufren los jóvenes cuando alguno de sus amigos se aleja, la cumplen los docentes. Sobre el tema se refirió José Trinidad Cárdenas, profesor con más de once años de experiencia.

¿A qué factores se le atribuye la deserción escolar?

No es un secreto que la dinámica que se presenta en los colegios en la entrada y salida de estudiantes en un colegio es el reflejo de la inestabilidad de las familias en una sociedad. Ya sea por trabajo por economía o cualquier otro factor.

¿Qué cambia en la conducta de los jóvenes cuando ven partir a sus amigos?

Cuando un estudiante es muy cercano al que se va, existe desmotivación en toda aventura o proyecto, nosotros como seres sociables necesitamos de esa cercanía. Por eso es necesario generar espacios no solo de academia sino de juego y otros ámbitos que se traduzca en un entorno donde se pueda construir una nueva amistad o afianzar las que ya existen.

¿Cómo afecta esa separación el ámbito académico de los jóvenes?

En la academia es evidente que nuestro estado de ánimo y la motivación son directamente proporcionales a los resultados en los procesos propuestos. Así que cuando hay una ausencia de un compañero o incluso de un profesor, puede existir desmotivación que se traducirá en el desgano para realizar actividades en el aula.

¿Cómo el docente entra a mediar en estas situaciones de duelo para los jóvenes?

El profesor tiene la oportunidad de sensibilizar, de generar conciencia de que hay hechos que se deben asumir y de proponer que en estos casos lo más valioso es la fortaleza con la que se pueden enfrentar y superar dichas situaciones. Los profesores no podemos evitar que esto ocurra pero podemos apoyar a los jóvenes.

Credito
VALESCA ALVARADO RÍOS

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