¡Desátese!

¡No siga enredado! Es hora de liberar ese ‘candado’ que lo mantiene amarrado y que no le permite ser feliz.

A muchos nos es preciso liberarnos de ciertas cargas que de manera inexplicable hemos asumido como propias, a pesar de que no nos corresponden.   

Además de los apegos, los malos hábitos, las relaciones tóxicas y esas tareas que hacemos demás, también llevamos ‘maletas’ que otros han descargado en nuestros hombros.

Hoy le quiero proponer la posibilidad de hacer el ejercicio mental de intentar ponerse ‘fuera de su propia vida’, para analizarse de una manera objetiva.

La idea es que se vea como si se tratara de una persona que actúa como un simple observador externo.

Haga una pausa en su agitado mundo, busque un momento de tranquilidad y experimente con todos sus sentidos esas sensaciones o emociones que percibe a su alrededor. El asumir conscientemente lo que le está ocurriendo le ayudará a ver su realidad de una forma más clara.

Si lo hace se dará cuenta de que está asumiendo muchas responsabilidades que no tendría por qué cumplir. El desempeñar tareas ajenas frena su capacidad de progreso y afecta su estabilidad.

También hago referencia a ataduras que usted mismo se ha inventado. Hablo de cosas que no le aportan ningún beneficio y que, en cambio, sí lo atan a personas, costumbres, actitudes negativas y otras situaciones absurdas.

Comprenda que puede estar aferrado a un pasado nada enriquecedor, a una relación muy tormentosa, a un puesto laboral que lo tiene enclaustrado o incluso a un hogar que hoy está hecho trizas por la rutina y por la indiferencia.

Tales lunares negros entorpecen y frenan su crecimiento. Y todo eso es, de manera precisa, lo que no le permite ser feliz.

Tal vez siente miedo de perder personas o cosas materiales que, de manera errada, considera vitales para su existencia.

Si no detecta esos nudos, si no averigua qué es lo que le causa tanto enredo en su vida y no llama las cosas que le pasan por sus nombres, difícilmente podrá desatarse.

Dé ese primer paso y sea consciente de que aferrarse es la consecuencia de diferentes decisiones que ha ido tomando en el pasado y que, de alguna forma, lo han hecho llenarse de demasiada basura.

¿Por qué no emprender un reto distinto y elegir el camino de la liberación de esa cárcel que usted se ha construido?

Si le resulta difícil hacerlo, le sugiero que ore y le solicite a a Dios que le dé la debida habilidad para ‘desenmarañar’ todo ese caos en el que se encuentra. De esta forma, su camino se verá libre de obstáculos.

Credito
EUCLIDES KILÔ ARDILA

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