¿Está usted saludable financieramente?

Un estudio de la firma Skandia asegura que las personas más saludables financieramente son aquellas que mejor planean sus finanzas personales.

De acuerdo con el informe de la entidad, dedicada a la administración de pensiones y cesantías, en la teoría financiera el primer precepto de una persona que se preocupa por su salud financiera es que ejecuta una planeación adecuada de sus finanzas personales.

 

“Haciendo una analogía con el trabajo, las personas más eficientes son aquellas que hacen una planeación adecuada de sus tareas, asignando tiempos y priorizando procesos y tareas de acuerdo con el impacto y el avance de los mismos. En este sentido las personas más saludables financieramente son aquellas que mejor planean sus finanzas personales”.

 

Precisamente, señalan, la planeación financiera da foco, dirección y significado a cada una de las decisiones que sean tomadas a lo largo de la vida. “Se debe partir de un diagnóstico de la situación actual y, con base en esas metas, determinar prioridades, establecer un plan de inversión y monitorearlo sistemáticamente, afirma Catalina Tobón, directora de Economía de Skandia.

 


Los pasos Existen seis pasos básicos para lograr una buena planeación financiera: identificar claramente sus ingresos, controlar los gastos y crear un presupuesto, disminuir el nivel de endeudamiento, definir objetivos (establecerles un plazo y prioridad), crear una disciplina de ahorro (un fondo por el equivalente a seis meses de ingresos, por lo menos) y asesorarse bien, es decir buscar una persona experta con el conocimiento del entorno, con capacidad de estructurar un plan que permita alcanzar sus objetivos.

 

Una vez alcanzados estos pasos, aseguran los expertos de Skandia, la persona ha logrado una disciplina de ahorro y podrá definir sus objetivos, dividirlos entre corto, mediano y largo plazos y crear planes específicos para proteger a sus seres queridos, asegurar la educación de sus hijos, establecer un plan de retiro y aprender a invertir en el mercado de capitales.

 

De acuerdo con la teoría financiera, el proceso de planeación financiera y consolidación patrimonial inicia con la For­mación y Creación de capital, luego se da la etapa de crecimiento y aumento patrimonial; seguida de esta debe venir la etapa de preservación de capital y, por último, la de transferencia ­patrimonial a las nuevas generaciones.

 

“Para esto es necesario que las personas desarrollen hábitos de ahorro adecuado e inviertan su capital en productos y servicios financieros, que les brinden la seguridad y la rentabilidad necesarias para construir un capital semilla, crecerlo, preservarlo y consolidar un patrimonio que garantice su calidad de vida, la de su familia y la de las futuras generaciones”, precisaron los expertos.

 

Para saber si usted va por buen camino en su proceso de consolidación patrimonial, a continuación le ofrecemos algunas preguntas que usted debería plantearse y algunos tips de respuestas para saber en qué aspectos debe mejorar. La primera pregunta que usted debe plantearse es qué porcentaje de su ingreso asigna al ahorro. Una persona saludable financieramente debería empezar con un mínimo de 10 por ciento de su ingreso y un nivel ideal consistiría en asignar cerca de 30 por ciento de su ingreso mensual para ahorro.

 

Otra pregunta es qué porcentaje mensual dedica al pago de su hipoteca en caso de tenerla: una persona saludable financieramente no debería asignar más del 30 por ciento de sus ingresos en este rubro. Lo ideal es que asigne entre el 10 y el 20 por ciento de sus ingresos. 

 

Qué porcentaje de sus ingresos mensuales se dedica a gastos fijos como manutención, educación, salud, entretenimiento e impuestos, entre otros, es otro cuestionamiento clave. Una persona saludable financieramente debería asignar máximo 30 por ciento de sus ingresos a este rubro. También debería preguntarse qué porcentaje de su ingreso mensual dedica al pago de su deuda corriente (tarjetas de crédito, créditos, rotativos, etc.); una persona saludable financieramente no debería asignar más del 30 por ciento.

 

De hecho lo ideal es que la persona asignara cerca del 10 por ciento de sus ingresos mensuales al pago de intereses corrientes. Otro factor clave es su respaldo patrimonial para hacer frente a eventualidades. De esta forma, una pregunta frente a este tema es ¿Con qué patrimonio líquido cuento para cubrir eventualidades? Una persona saludable financieramente debería contar con un mínimo idealmente para cubrir seis meses de ingresos mensuales. Ahora, si la persona tiene hijos debería tener mínimo 10 meses de ingresos de ahorros líquidos.

 

Otra pregunta importante es ¿Tengo asegurada a mi familia en caso de muerte o invalidez? Una persona saludable financieramente debería tener asegurada a su familia con un mínimo de sus ingresos mensuales por cinco años. De esta forma, la persona idealmente debe cotizar a pensión obligatoria con el fin de garantizar un flujo mensual a su familia, además de buscar un producto de ahorro complementario para garantizar la tranquilidad a futuro de su familia.

 

La última pregunta estaría relacionada con el monto del patrimonio no líquido. Alguien saludable financieramente debería contar con un patrimonio no líquido, como una casa o un carro, como mínimo, por el valor de sus ingresos de un año. Con estas preguntas y respuestas ideales puede saber si va o no por un buen camino. Si usted cumple relativamente bien con las condiciones descritas anteriormente, es una persona saludable financieramente.  

 

Si no cumple con muchas de las respuestas descritas anteriormente, no se preocupe: nunca es tarde para empezar y es momento de realizar una planeación financiera.

Credito
COLPRENSA

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