Impuestos, un ‘lastre’ para la competitividad empresarial

El debate por el nivel de tributación de las empresas en el país se abre sobre dos rumbos. El primero depende de la carga de gravámenes que debe pagar la organización y, el segundo punto en la agenda es el poco control y la baja eficiencia en contra de la evasión de impuestos. Empresas explican cuáles son los efectos de los impuestos sobre las dinámicas competitivas en sus sectores.

La carga tributaria sobre las empresas se ha convertido, durante los últimos años, un tema fundamental en la agenda económica de Colombia, y no es para menos, pues la flexibilización o endurecimiento de los impuestos sobre las organizaciones tiene un impacto directo sobre el grado de competitividad.

En Colombia, según cálculos del gremio industrial, las empresas tienen que pagar una tasa efectiva de tributación del 68% sobre el total de sus utilidades. Porcentaje que llevado sólo al ámbito del sector manufacturero nacional alcanza el 77,2% y que, excluyendo el pago de parafiscales y aportes a la seguridad social, bordea los 64,9 puntos porcentuales.

Así las cosas, el panorama es más diverso de lo que parece. Sobre todo si se tiene en cuenta que el aporte por gravámenes obligatorios no representa más del 17% del Producto Interno Bruto del país y la tasa de evasión de impuestos de renta llega al 25%, y en el caso del IVA alcanza los 20 pp.

Aunque el país ha avanzado en su ambiente competitivo para los negocios, muestra de ello es el reporte Doing Business del Banco Mundial, en el que Colombia escaló nueve puestos en un año y se ubicó como el de mejor clima empresarial; la discusión en temas tributarios sigue viva.

Sobre todo porque, dentro de ese mismo estudio, sólo en el indicador de pago de impuestos el país perdió siete puestos en comparación con la muestra del año pasado.

El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, aseguró recientemente que sólo 3.500 empresas en el país pagan el 99% del total de los impuestos recaudados. Esta es una cifra muy baja si se tiene en cuenta que en Colombia hay aproximadamente medio millón de compañías.

Según reportó el BM, Colombia mostró grandes debilidades tributarias en el costo de los impuestos laborales y gravámenes adicionales a los tradicionales, quedando por debajo del promedio de A.L. y la Ocde.

Uno de los ejemplos

Santander, por mencionar un departamento, ofrece un panorama 7 en temas tributarios para las empresas. Según el último informe del Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, la región ocupó el puesto 11 entre 22 departamentos en el índice de carga tributaria para las empresas, esto dentro del Índice Departamental de Competitividad.

Por el otro lado, cabe recordarlo, está Tolima, que se sostuvo en el puesto 17, con una medición de 3.7.

De acuerdo con el informe del CPC, de los 10 pilares que se miden con el Índice, como lo publicó EL NUEVO DÍA en su momento, Tolima se ubicó en los 10 primeros puestos en tres pilares: Eficiencia de los mercados (puesto siete), Infraestructura (puesto 10), Educación básica y media (puesto 10).

Pero volviendo a Santander, para el director ejecutivo de la Comisión Regional de Competitividad, Augusto Martínez, esa región está en un rango “sostenible en términos tributarios, pero pensar en aumentar aún más esa escala si desestimularía la inversión. Hasta ahora hemos visto que los productores están creciendo, pero la ecuación para darle forma a nuevos tributos debe ser muy cautelosa porque afectará directamente la competitividad”.

No obstante, afirma que, de presentarse un escenario positivo en los diálogos de paz, tanto los empresarios como la ciudadanía en general deben estar dispuestos a comprometerse tributariamente con el proceso de posconflicto y ahí se verán nuevos impuestos.

El ‘ojo’ del huracán

Si bien la ‘radiografía’ tributaria está clara para los gremios y el mismo Gobierno. La que es cada vez más inminente reforma tributaria ‘levanta callos’ en diferentes sectores.

Uno de los más enfáticos en buscar otro tipo de soluciones diferentes a la reforma es Analdex, que desde su presidencia asegura que la ‘pelea’ en una reforma justa para los empresarios debe darse en metas contra la evasión, la informalidad y el contrabando.

Para Javier Díaz, presidente de Analdex y vicepresidente del Consejo Gremial, Colombia “ya está en el techo de la carga tributaria, y dentro de una economía abierta no tiene sentido seguir aumentando los impuestos para las empresas. Le hemos dicho al Gobierno que estos movimientos tributarios no atraen inversión”.

La recomendación que se ha hecho desde el sector empresarial colombiano es que no se castigue al patrimonio, es decir, que no se genere el impuesto a la riqueza, que plantea el Gobierno, sin embargo “los empresarios están dispuestos a un aumento en el gravamen de renta o por el Cree, pero no sobre las utilidades”.

La industria

Según los últimos reportes de la Andi, el sector que más tributa es el industrial. Para el presidente de Comertex, Adolfo Botero, esta es una situación “más que preocupante, porque tributariamente estamos en la época feudal y el Gobierno sigue sin entender que, entre más impuestos ponga, pues mayor va a ser la evasión y la informalidad”.

El empresario añadió además, que este es un tema transversal si se quiere competir en un modelo económico abierto. Así mismo, las posibles reformas laborales también tendrán un impacto fuerte sobre las ‘cuentas’ de las empresas productoras. “La excusa del Gobierno para llenar el hueco fiscal que tiene no debe sustentarse en la idea de afectar la competitividad de las empresas. Hay que entender que los industriales no somos los ‘malos’ en esto y que también le aportamos al crecimiento de la economía del país”, señala Adolfo Botero.

Un estudio ‘de la casa’

El más reciente “llamado de atención” en términos tributarios lo dio el Consejo Privado de Competitividad que, dentro del Informe Nacional de Competitividad 2014 - 2015, mostró las relaciones entre la tasa de evasión que supera, en los últimos años el 20%, frente a casos como el de Uruguay, donde el porcentaje no es mayor a 13 puntos.

Esta alta tasa de evasión explica además el bajo recaudo en el país, que para 2011 sólo alcanzó el 25% del total. Así mismo, en 2013, según datos de la Dian, sólo el 38% de las sociedades en el país reportaron su declaración de renta.

Los comerciantes

Tanto para el sector comercial como para el industrial hay un sobrecosto que no se asume como impuestos, pero que se debe tener en cuenta y es el costo final del transporte, pues sobre ese valor ya está incluida la carga tributaria de ese sector complementario.

“El panorama para nosotros es muy complejo y no es que seamos desconsiderados o creamos que no hayan cosas que ajustar tributariamente, pero el Gobierno está buscando dinero a toda costa y está jugando con la vida de muchas empresas”, asevera el presidente de la comercializadora Rayco, Rafael Ardila.

El empresario asegura, además, que la preocupación del sector comercial está muy atada a los demás ‘movimientos’ del Gobierno, en términos laborales y no solo en tributación.

Credito
DAVID ORTIZ CASTAÑO

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