Las ‘señales’ que envía la inflación a mitad de 2015

Desde finales de 2014, el país se enfrenta a un escenario de aumento de precios que, si bien todavía no preocupa a los agentes de mercado, definirá los movimientos en la política monetaria hasta final de año.

El panorama inflacionario del país es un gran cuadro compuesto que, depende desde dónde se le mire, tiene múltiples interpretaciones.

La cifra base de la que parten todos los análisis en el camino es el 4.42% que alcanzó el IPC a 12 meses, a junio de 2015.

Con ese dato, los analistas desfragmentan lo que ocurre en el país en materia de precios.

A primera vista, el incremento es notable. Un año atrás, la inflación para ese periodo del año acumulaba cerca de 2.5%.

El Índice de Precios al Consumidor, IPC, reportado por el Dane para junio es el nivel más elevado para un primer semestre del año, desde 2008.

Los alimentos cedieron

Durante el inicio del año, lo que más preocupaba para los analistas era el acelerado crecimiento en los precios de los alimentos.

Desde mayo, y posteriormente en junio, este rubro mostró desaceleración. Para el grupo de investigaciones económicas de Serfinco, la “devolución de los precios de alimentos fue mayor a la esperada (-0.21%) y seguirán cayendo paulatinamente, para ceder totalmente a final de año”.

Con esto se disipa una de las causas que más presión podía imprimir a la Junta Directiva del Banco de la República, que, de seguir en escalada, habría tenido que pensar más seriamente en aumentar su tasa repo.

Pero en el tema no hay que cantar victoria. Las amenazas que se divisan para los alimentos no son pocas. Para nombrar dos: la devaluación y ‘El Niño’.

La afectación del intenso verano sobre el precio de ciertos cultivos que necesitan grandes cantidades de agua impactaría en las muestras tomadas de julio y agosto.

Adicionalmente, alimentos como los cereales que vienen al país importados y los insumos para industrias como la avícola, que también deben ser comprados afuera, pueden hacer más caros los productos finales, y esto se podría ver reflejado en un repunte del segmento.

El efecto de la demanda interna

Dentro del análisis que vale la pena tener en cuenta sobre la inflación, está la composición de la dinámica de la demanda interna, claro está, en medio de un proceso de desaceleración.

Ante una reducción en la demanda, los precios tenderían a moderarse, según los centros de análisis económico del país, hacia la meta base del Banco de la República.

Esto podría brindar un escenario más flexible al Emisor.

Sin embargo este comportamiento tendrá mucho que ver con todo lo que suceda en el segmento de transables.

Transmisión de la devaluación

Uno de los puntos que más preocupaban a los economistas era la transmisión de la devaluación del peso en un escenario como el actual y cómo esto podría afectar de manera nociva los datos inflacionarios.

Desde el departamento de Investigaciones Económicas de Bancolombia, consideran que la “depreciación cambiaria no se ha trasladado completamente al índice de precios, básicamente porque los bienes transables registraron un aumento mensual (mayo - junio) de 0.48%, dato que sumó 12 puntos básicos a la inflación. Pero si se tiene en cuenta la variación 12 meses de ese segmento de productos y servicios, el alza fue de 4.17%, es decir que “se refleja que un 15% del aumento del tipo cambiario se ha trasladado a los precios de este grupo”.

Este dato es muy relevante, si se tiene en cuenta que la depreciación cambiaria a junio es cercana al 28% anual.

Ahora bien, lo que reporta Fabián García, analista macroeconómico del Bbva Research, es interesante, pues asegura que el traspaso de la devaluación se ve en una medida más que importante por el alza en el precio de los alimentos. Sólo ese segmento representó el 0.23% de la inflación de 0.48% en los transables durante junio.

Los posibles escenarios

L os centros de investigaciones económicas del país confluyen en que la inflación en Colombia se ubicará por debajo de 4%, incluso que estaría sobre 3.8%, con lo que darían las cuentas al Emisor.

Ahora bien, no hay que descuidar próximas alzas que cierren la puerta a nuevos movimientos en la política monetaria nacional.

Economistas ven la posibilidad de que el Banco de la República, al tener señales concretas de desaceleración inflacionaria, podría reducir su tasa de intervención, con lo que dinamizaría la demanda.

Habrá entonces que prestar especial atención en los próximos meses a lo que suceda con el precio del dólar, su transmisión en los transables y cómo se desarrolla la inflación de alimentos.

De estos factores se formará la guía básica para que los empresarios y los agentes de mercado denoten o descarten riesgo en el país.

Los transables y la inflación básica

El grupo de los transables mostró en la muestra de junio un aporte a la inflación total de 11 puntos básicos, pues tuvo un incremento de 0.71% frente al mismo mes de 2014.

El segmento de transporte participó de manera clave en este comportamiento.

Pero tal vez el grupo de gasto más relevante fue diversión, que tuvo una variación anual de 5.93% y ha contribuido de manera notable a la inflación en el país.

No obstante, desde Serfinco señalan que el Índice de Precios al Consumidor del grupo de transables, excluyendo alimentos y regulados, mostró una desaceleración, frente a los altos crecimientos del inicio de año.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que es probable que los costos de la energía y del combustible suban, ante probabilidades de ‘El Niño’ y ajustes en la gasolina.

Por su parte, la inflación básica, como lo señala el analista de Bbva Research Fabián García, se sostuvo en 3.72%, y eso significa estabilidad frente a lo que venía ocurriendo entre enero y abril.

Así mismo, “la inflación mensual de ese indicador fue de 0.23% en junio, la más baja del año”.

Credito
DAVID ORTIZ CASTAÑO

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