La última semana de octubre, el Banco de la República confirmó una noticia sobre la que muchos economistas especulaban: las condiciones reflejaban que iba a incrementarse nuevamente la tasa de interés de intervención.

Efectivamente, la Junta Directiva del Emisor decidió subirla en 50 puntos básicos, y pasó de 4.75 al 5.25 por ciento, argumentando que se buscaba frenar la inflación.

Y aunque pareciera que esta acción no afecta al ciudadano del común, sino que es una decisión con incidencia en los vericuetos de la macroeconomía, no es así, hay consecuencias para todos.

Disminuir el gasto

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, explicó que la decisión del Banco tiene una intención específica, que es encarecer el crédito, para reducir la demanda y, así, frenar la inflación.

“Este es un mensaje claro y contundente a todos los colombianos de que esas expectativas de inflación tienen que comenzar a ceder de forma tal que vuelvan a estar dentro del rango de meta de política en materia de inflación, entre el dos y el cuatro por ciento”, dijo el alto funcionario.

Es decir, aunque el incremento no se verá reflejado inmediatamente, se calcula que en un periodo de 6 y 18 meses, la tasa de los créditos comenzará a aumentar. Los analistas son claros, en 2016 los créditos serán más caros.

Según Julián Cárdenas Fonseca, de Protección, cuando el Emisor sube las tasas de interés, esa acción tiene efecto en todas las tasas de la economía (créditos de consumo, libre inversión, tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, títulos de deuda pública, etc.).

“El mensaje del Banco Central es que el endeudamiento se modere. En esta ocasión, el mensaje es, en especial, moderar las expectativas de inflación. El Emisor busca anclar esas expectativas y ganar credibilidad”, dice.

Santiago Castro, presidente de Asobancaria, afirma que la medida era esperada por el sector, y que esta, efectivamente, controlará el crecimiento de las carteras.

“El sistema financiero está preparado para este aumento en tasas. El eventual encarecimiento del fondeo, resultado de una política menos expansiva, va en línea con la saludable moderación en el ritmo de crecimiento real de la cartera, que en todo caso continuará creciendo por encima del resto de la economía y permitirá mantener el dinamismo en materia de profundización financiera y bancarización”, indicó.

Por su parte, Rosa Quintero Reyes, asesora financiera, aconseja que la gente no se endeude más. “Si usted ya está superando su nivel máximo de deuda, endeudarse más en los próximos seis meses puede ser un error, con la expectativa de tasas de interés al alza. Mi mejor consejo es que si se va a endeudar a largo plazo, lo piense bien”, advierte.

Menos compras

Se cree que otro de los efectos del alza de tasas será la disminución en la compra de electrodomésticos, automóviles y viajes. Sin embargo, desde antes de que se tomara la medida, los colombianos ya habían visto señales del deterioro de la economía, del aumento de la inflación y del encarecimiento de los créditos.

Según Fenalco, aunque el consumo de los hogares es el gran motor del crecimiento de un país, de acuerdo con el Dane, el consumo final mostró una desaceleración, al pasar del 4 por ciento, en el primer semestre de 2014, al 3.7 por ciento, en el mismo periodo de 2015. El único componente que no se redujo fue el consumo de bienes no durables, es decir, artículos cuya vida útil es de apenas unos días o semanas. Además, se observó una pérdida de dinamismo en servicios.

De acuerdo con Rafael España, director de Estudios Económicos del gremio de los comerciantes, este comportamiento refleja las expectativas sobre un futuro algo más volátil. “Frente a una mayor incertidumbre, los consumidores optan por evitar endeudarse en demasía. Es preferible asegurar lo básico y posponer los ‘lujos’ para épocas de mejores vientos”, afirma.