Alianza del Pacífico le apuntó al multilateralismo

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Para Manuel Valencia, especialista en Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, la Alianza del Pacífico está colmada de "buenas intenciones" que deben "traducirse a la realidad".

Las actividades conjuntas entre los países con el fin de armar bloques económicos, resolver problemas y otros aspectos relacionados con la dinámica de la región es una práctica que nace después de la Primera Guerra Mundial.

El multilateralismo se consolida en el mundo abierto de mercados para enfrentar problemas de manera colectiva.

Muestra de lo anterior se vivió cuando los dos bloques económicos de integración más importantes de América Latina acordaron en Puerto Vallarta, en el Pacífico mexicano, una mayor integración; es decir, incrementar sus relaciones económicas y comerciales para ser más fuertes económicamente.

Es así como la Alianza del Pacífico, AP, (Colombia, Chile, México y Perú) y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) presentaron lo que llamaron Visión 2030, iniciativa que profundizará en la integración del bloque, incrementará la conectividad digital y aumentará su área de influencia en los próximos 12 años.

De concretarse esa unión, esos ocho países, dueños del 90% del Producto Interno Bruto, PIB, de América Latina, se harían más robustos para negociaciones con la UE y de ser posible con los Estados Unidos, de llegarse a superar la guerra comercial promovida por el gobierno de Donald Trump que inicio con los aranceles al aluminio y que involucró a la Unión Europea, México y Canadá. Estos, a su vez, respondieron con la misma medida de protección económica para diversos productos provenientes del mercado americano.

A su vez, es probable que a finales de 2018, la AP acepte como estados asociados a Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Singapur. También entrará a analizar la petición de Ecuador y Corea del Sur para ingresar ese grupo económico.

A partir de ahora, la Alianza del Pacífico, creada en 2011 y que representa la octava economía del mundo, con una población de 223 millones (38 del PIB y 50% del comercio total de América Latina), se constituye como un fuerte bloque comercial que quiere enfrentarse, de acuerdo con los analistas, al proteccionismo de los Estados Unidos y su abanico de aranceles.

Lo anterior lo dejó entrever el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, durante el acto inaugural de la XII Cumbre de la Alianza del Pacífico, realizada esta semana: “hoy los presidentes enviamos al mundo una clara señal que juntos impulsamos la integración regional y el libre comercio”.

Esa profundización de la relación entre la AP y Mercosur es un claro mensaje contra la ola proteccionista que se practica en otras latitudes y en un país muy cercano a Sudamérica: los EE.UU. El mensaje es contrarrestarlo en grupo.

No habrá nuevos TLCs

De otra parte y en sus primeras declaraciones frente a los tratados de libre comercio, TLC, el electo presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, puso sobre el escritorio su postura: no negociará nuevos acuerdos comerciales, sino que se dedicará a aprovechar los que ya tiene firmados el país.

Duque Márquez expresó que "nos vamos a dedicar a aprovechar los (TLC) que tenemos con diplomacia sanitaria, con acceso a mercados, y que eso se traduzca no solamente en mayores exportaciones, sino en la generación de mejores y más empleos formales en el campo colombiano".

En el conversatorio, en que participaba la Sociedad Agricultores de Colombia, SAC, anunció que en su administración tendrá una mesa permanente de trabajo con el sector agropecuario, donde hay subsectores muy sensibles frente a las potencias agrícolas con que se firmaron los acuerdos comerciales.

El modelo 4 en 1

Frente a la entrada de países asociados, analistas consultados estiman que con Nueva Zelanda y Australia, los acuerdos sobre leche, carne y azúcar no se firmarán e igual ocurrirá con la llegada del Mercosur donde hay gigantes agrícolas como Brasil y Argentina.

Para nadie es un secreto que Brasil es el mayor exportador de carne del mundo y número uno en producción de soya. Lo anterior significa que es un país de cuidado debido a su eficiente aparato productivo. Argentina anda por esa misma senda. De acuerdo con Indalecio Dangond Baquero, experto en asuntos agropecuarios, la situación es clara: Colombia no tiene cómo competir en azúcar, leche y carne con Australia y Nueva Zelanda. “Nos tendrían que dar por lo menos una década para podernos equiparar con la competitividad de ellos. Hay que buscar animales que se adapten al cambio climático y muestra de ello es que las condiciones ambientales cambiaron en la zonas ganaderas, como por ejemplo, en la Costa Atlántica donde las temperaturas de 30 grados hoy superan los 35 grados”.

Dangond Baquero propone que se trabaje en genética para buscar animales que produzcan leche y que a su vez soporten el cambio climático. También hay que buscar variedades de pastos acordes a esas necesidades.

Estima que se debería trabajar en un nuevo modelo de productividad que ha denominado “4 en 1” y que se sale de las explotaciones tradicionales. Consiste en pasar de producir 4 litros por hectárea a 16 litros en la misma área. “Hoy en día un pequeño ganadero tiene 50 hectáreas y 50 vacas. La idea es que tenga 4 vacas por hectárea; es decir, solo ocuparía 12,5 hectáreas y las restantes, las dedique a un programa de reforestación de bosques protectores y comerciales para recuperar la biodiversidad de su finca”, agregó. Para el experto, tendría tres ingresos adicionales: uno por certificación a su carne y leche; la segunda, por la venta de bonos de carbono de esas hectáreas; y la tercera, la cosecha de la madera el día de corte.

Credito
REDACCIÓN ECONOMÍA

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