Trastornos de sueño en los niños: un problema mayor

TOMADA DE INTERNET-EL NUEVO DÍA
El insomnio infantil es un trastorno frecuente y puede afectar desde los 6 meses a los 5 años; las Parasomnias son fenómenos físicos o conductas no deseables que ocurren durante el sueño y lo alteran y el Síndrome de apnea obstructiva del sueño es el cese de la respiración total o parcial que se produce durante el sueño.

Si no se tratan a tiempo, es decir, en la infancia, los trastornos de sueño seguirán presentes en la adultez y arrastrarán problemas psicológicos derivados de enfermedades como enuresis (mojar la cama), los terrores nocturnos y el sonambulismo. 

Antes de los años ochenta se consideraba que los adultos mayores eran quienes más sufrían de trastornos del sueño y la vigilia. Sin embargo, investigaciones demostraron que estos problemas empezaban en la infancia, antes de los 10 años. 

Para realizar este diagnóstico es importante tomar en cuenta las diferencias entre el sueño de los niños y los adultos. Un bebé recién nacido duerme entre 16 y 20 horas; tiene de 5 a 6 periodos de vigilia-sueño y fracciones de sueño de tres horas de duración y con el avance de la edad, los periodos de vigilia van aumentando y los de sueño, disminuyendo. 

En los niños menores de dos años la fase del sueño más intenso o REM aparece a los 30 o 45 minutos desde que se queda dormido. Por el contrario, en edades superiores aparece de los 100 a los 120 minutos aproximadamente.

Una vez que esto está claro, se deben tener en cuenta otros factores externos o del ambiente. “Algunas investigaciones dicen que entre más se come, sobre todo lácteos, más es el tiempo en que se duerme y uno se queda dormido más fácil”, explica el pediatra Emilio Luna. También asegura que la cama, la iluminación, la fatiga y otros eventos pueden afectar al niño. 

El psiquiatra infantil Diego Ramírez explica que hay varias clasificaciones para los trastornos del sueño: “Están los trastornos primarios, que son alteraciones endógenas en los mecanismos del ciclo vigilia-sueño, que con frecuencia se ven agravadas por factores de condicionamiento, como los terrores nocturnos y el sonambulismo, muy frecuentes en los niños”. 

En esta calificación también entra el insomnio, tanto por hábitos incorrectos de sueño como por estrés. 

 “Otros problemas de sueño pueden deberse a una posible enfermedad que el niño esté padeciendo y que se manifieste en la alteración de sus fases del sueño o por un trastorno mental que debe ser diagnosticado a tiempo”, explica Ramírez. 

Glosario

•Narcolepsia: accesos de somnolencia irresistible durante el día. No se conoce la causa. 
•Síndrome de apneas obstructivas del sueño: el flujo de aire se pausa o disminuye durante la respiración mientras se está durmiendo porque la vía respiratoria se ha tornado estrecha, bloqueada o flexible.
•Movimientos periódicos de las piernas: una sensación desagradable con necesidad de mover las piernas, que aparece sólo en reposo y se alivia con el movimiento.
•Retraso de fase de inicio del sueño por trastorno del ritmo cardiaco: se caracteriza por un tiempo de inicio y finalización del sueño que está retrasado más de dos horas.
•Despertares confusionales: afectan a los mecanismos del despertar que impiden el control voluntario de la actividad motora.
•Sonambulismo: es un trastorno del sueño que se origina durante el sueño profundo y resulta en caminar u otros comportamientos complejos. 
•Terrores nocturnos: se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia. 
•Movimientos rítmicos del sueño: movimientos estereotipados y repetitivos que afectan a cabeza cuello y piernas. Se escenifica en golpes y giros de la cabeza. 
•Somniloquia: hablar dormido. 
•Mioclonías del sueño: sacudidas repentinas e involuntarias de un músculo o grupo de músculos. 
•Bruxismo: hábito involuntario de apretar o rechinar las estructuras dentales sin propósitos funcionales. 
•Enuresis: mojar la cama de manera incontrolada.

LA VOZ DEL EXPERTO

Rocío Sánchez, Neuropediatra

Los trastornos del sueño en el niño son diferentes a los del adulto en frecuencia, causas y consecuencias. En estos casos hay que tener en cuenta que: 

Los patrones y necesidades del sueño cambian evolutivamente y hay que tener en cuenta variaciones interindividuales y culturales.

Los trastornos más frecuentes hacen referencia al hábito del sueño.

Hay factores causales y del tratamiento que dependen de los padres y no del niño.

Los efectos de la falta o mala calidad del sueño tienen repercusiones sobre el desarrollo cognitivo y físico del niño.

Las apneas del Síndrome de apnea obstructiva del sueño (Saos) son menos perceptibles que en el adulto, con mayor frecuencia son hipopneas y pueden no acompañarse de ronquido. Su causa y tratamiento difieren de los del adulto.

La irritabilidad e hiperactividad son síntomas más frecuentes de la deprivación de sueño que la somnolencia.

El tratamiento es eficaz en la mayoría de los trastornos del sueño en el niño.

Higiene del sueño

Levantarse siempre a la misma hora. 
No hacer siesta. 
Despertar siempre a la misma hora, incluso los domingos. 
No acostarse con hambre y con sed. Comer al menos dos horas antes de acostarse. 
A la hora de dormir bajar los estímulos lumínicos. 
Dormir en un colchón firme y una almohada cómoda. 
Bañarse con agua caliente antes de acostarse y secar a los niños masajeándolos. 
Acostarse con sueño. 
Levantarse si lleva 30 minutos sin dormir. 

Credito
BELKYS P. ESTEBAN

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