Esquemas de vacunación para niños y adultos

Gracias a las vacunas es posible protegerse contra enfermedades complicadas y tener una vida más larga y saludable. Por eso, el esquema de vacunación es permanente.

La importancia que ha adquirido la vacunación o inmunización activa en la prevención de la mortalidad y el crecimiento poblacional ha sido notable en los últimos 50 a 70 años. Desde los años 80, cuando la OMS desarrolló el denominado “Plan Ampliado de Inmunizaciones”, esta estrategia preventiva ha alcanzado elevadas coberturas en la población mundial y ha demostrado un impacto altamente significativo en la prevención de enfermedades tales como el sarampión, la difteria, el tétano y rubéola congénitas; la fiebre amarilla, la tos ferina, hepatitis B, entre otras.

Sin embargo, de acuerdo con la Dra. Dorian Viviana Niño Parra, médica cirujana con maestría en Homeopatía, dada la alta incidencia de enfermedades inmunoprevenibles en la infancia, la vacunación ha sido especialmente implementada, difundida y fortalecida en la población pediátrica. Sin embargo, aunque la mayor parte del esquema vacunal se encuentra diseñado para completarse antes de los 15 años de edad, existen razones muy importantes para realizar inmunizaciones activas en la edad adulta.

Según Niño Parra, “pese a que la vacunación en niños ha reducido ostensiblemente la incidencia de numerosas enfermedades, muchas de ellas aún no han sido erradicadas y pudieran causar morbilidad en adultos, sobre todo en aquella población con riesgos incrementados de complicaciones. Además, en el caso de ciertas entidades como la tos ferina, la difteria, el tétano, la hepatitis B, la fiebre amarilla, es necesaria la administración de dosis vacunales periódicas o adicionales que permitan mantener la inmunidad durante toda la vida”.

Así mismo, la especialista aseguró que ciertas inmunizaciones como la correspondiente a la Influenza y al Neumococo, tienen indicación en personas adultas, especialmente de edad avanzada y en la población con riesgos específicos de base como diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y otras condiciones de inmunosupresión. La mortalidad en la edad adulta ocasionada por este tipo de infecciones es de proporciones considerables y puede ser en gran medida prevenida por la vacunación.

La consideración de estos aspectos relevantes del tema dentro de la consulta médica y su difusión entre la población adulta, contribuiría a la concientización cada vez mayor de este grupo etáreo sobre la importancia de adherirse a la estrategia preventiva ofrecida por la vacunación, como parte integral del cuidado de su salud en todas las etapas del ciclo vital.

Tétano y difteria

Por tratarse de dos enfermedades graves, el esquema de vacunación no debe regirse sólo a la infancia sino que debe extenderse a la vida adulta.

Luego de las tres dosis de la vacuna que se aplica en los primeros años de vida, se requiere adquirir un refuerzo cada 10 años.

En las mujeres embarazadas se recomienda aplicar la vacuna durante el último trimestre de gestación para evitar el tétano del neonato, que resulta muy grave si ocurre la infección por falta de asepsia al momento de cortar el cordón umbilical.

Varicela

Se recomienda aplicar la vacuna en adultos y adolescentes que no hayan estado en contacto con el virus de la Varicella zoster, el cual pertenece a la familia de los herpes. La infección es mucho más severa y prolongada en adolescentes y adultos, al punto que puede ocasionar complicaciones serias, como neumonía, infecciones en la piel o inflamación del cerebro.

La forma más efectiva de prevenir la enfermedad en adolescentes y adultos es mediante la vacuna, la cual se aplica en dos dosis con un intervalo de cuatro a ocho semanas. Se puede administrar de forma simultánea con la triple viral, pero en un sitio diferente. Esta vacuna es particularmente importante en mujeres en edad reproductiva, personas que laboran en guarderías o que son trabajadores de la salud. Como beneficio adicional, cuando se presenta una epidemia y la persona se vacuna durante las 48 horas posteriores al contacto con el virus, es probable que los síntomas de la infección se reduzcan y no haya complicaciones. Por tratarse de una vacuna con virus vivos, está contraindicada en pacientes con bajas defensas y en mujeres que tengan planeado un embarazo en corto tiempo. En este último caso, lo prudente es que la mujer espere tres meses después de recibir la vacuna para entrar en el proceso de gestación.

Virus del papiloma humano

Es una infección de transmisión sexual frecuente que puede afectar el área anogenital tanto en el hombre como en la mujer, también puede presentarse en la cavidad oral y en la garganta.

El Virus del Papiloma Humano (VPH) puede tardar años en hacerse evidente y es el principal causante del cáncer de cuello uterino.

La mayoría de las infecciones por VPH son asintomáticas y transitorias. Sin embargo, se cree que un 10 por ciento de infecciones persisten y pueden conducir a lesiones precancerosas, y finalmente, a cáncer de cuello uterino si no se trata oportunamente.

Algunos VPH pueden hacer que aparezcan verrugas en los genitales, en el ano o cerca de ellos. En muchos casos las infecciones por VPH se eliminan espontáneamente. Según los expertos el 1% de la población adulta presenta verrugas genitales que inducen síntomas como picazón, ardor en la zona de la verruga y sangrado o secreción de pus a nivel vaginal o anal.

La vacunación acompañada de una consulta ginecológica anual y la citología, pueden ser la mejor forma de prevenir la infección con los tipos de VPH que causan cáncer. El diagnóstico temprano de las lesiones, a través de la citología, permitirán el inicio de tratamientos curativos.

En Colombia están disponibles vacunas para niñas y mujeres desde los 10 años en adelante, que inmunizan contra las cepas más peligrosas del virus: la 16 y la 18, responsables del 70 al 80 por ciento de los casos de cáncer de cuello de uterino.

Virus de la influenza

Muchas personas suelen confundir el resfriado común con la gripa y en ese mal entendido creen haber padecido varios episodios de gripa en el mismo año. Sin embargo, hay que apreciar que lo que se conoce como gripa es la infección causada por el virus de la influenza y se diferencia de las demás porque suele ser más severa y puede dar lugar a complicaciones importantes, que incluyen la muerte.

Cada año circula una variedad diferente del virus de la influenza. De ahí que la Organización Mundial de la Salud recomienda aplicar la vacuna que se produce de forma anual. En Colombia el virus circula durante todo el año, por lo que la revacunación se lleva a cabo tan pronto se distribuye la nueva vacuna (casi siempre está disponible entre los meses de agosto y septiembre). Es importante resaltar que la protección con la vacuna no es del ciento por ciento y en consecuencia algunos individuos vacunados pueden sufrir la enfermedad.

No obstante, la vacuna hace que la gripa sea más leve y que no genere las mismas complicaciones. Es importante que las personas con enfermedades crónicas (Epoc, enfermedades cardiacas, inmunocomprometidos, mayores de 60 años, enfermos renales, entre otros) y las mujeres embarazadas se vacunen.

A diferencia de otras vacunas, la de la influenza se puede aplicar con toda tranquilidad en personas con bajas defensas y durante la gestación.

Credito
Redacción Salud

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