Enfermedad terminal: ¿posibilidad de elegir la muerte?

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Aunque la muerte hace parte esencial de la vida de los seres humanos, hablar de ‘homicidio por piedad’, comúnmente confundido con la eutanasia sigue siendo un tabú en la sociedad. Sin embargo, en situaciones en las cuales algún familiar padece de enfermedades terminales cuyo dolor es imposible de sanar, dicha posibilidad toma fuerza. Pero, ¿cómo debe afrontarlo la familia?

Eduardo Méndez* tiene 25 años y desde su nacimiento sufre de parálisis cerebral, una enfermedad degenerativa que no tiene cura.

Nació en una familia humilde y la mayor parte del tiempo está postrado en una cama en su casa o en la Unidad de Cuidados Intensivos de alguna clínica de la ciudad. Allí lucha entre la vida y la muerte.

Sufre de dolores intensos, debe estar medicado todo el día, solo pronuncia un par de palabras además de los gritos que reflejan su padecimiento, no puede ir al baño solo, únicamente consume líquidos y no tiene control sobre el manejo de su cuerpo.

Su madre, Sandra Díaz*, una mujer de 47 años es la que se hace cargo de los cuidados de Eduardo. Sin embargo, confiesa que su situación es difícil.

Pese a los avances científicos, las opciones que tiene la mujer para calmar el dolor de su hijo no son muchas.

En estos casos el paciente puede continuar con el tratamiento o pedir que se le aplique un ‘homicidio por piedad’, un procedimiento permitido en Colombia y equívocamente confundido con la eutanasia.

El caso de Eduardo es solo el reflejo de la situación por la que atraviesan muchas familias colombianas que tienen parientes con enfermedades terminales cuyo dolor se torna insoportable. Por ello, deciden poner fin a sus padecimientos de manera definitiva.

*Nombres modificados.

 

Homicidio por piedad: derecho a la vida digna

Aunque este término suele ser confundido con la eutanasia, el ‘homicidio por piedad’ hace referencia a “la acción de quien obra por la motivación específica de poner fin a los intensos sufrimientos de otro”, según lo establece la Corte Constitucional mediante la sentencia C-239 de 1997.

Rodrigo Javier Parada Rueda, abogado especialista en ciencias penales, explicó que “aunque en Colombia no está reglamentada la eutanasia, existe la posibilidad de que un medico le de fin a la vida de una persona que está sufriendo de una enfermedad terminal, siempre y cuando la familia esté informada y haya una aprobación por parte de un comité médico”.

Pese a lo que señala la ley, este tipo de decisiones son difíciles de aceptar tanto para los familiares como para la sociedad.

 

El duelo de la familia

El sicólogo Augusto Montagu Cote, aseguró que en este tipo de casos en los que existe un pariente con una enfermedad terminal, los demás integrantes de la familia deben comprender que el ‘homicidio por piedad’ nace como una forma de acabar con su sufrimiento.

“Cuando hay alguien con una enfermedad terminal, sufre el paciente y sufre la familia. Esta alternativa puede ser útil dependiendo del concepto que se tenga. Si es un concepto religioso o uno más pragmático con el cual se decide finalizar la vida de esa persona a fin de quitarle el sufrimirnto a un familiar”, comentó.

Además, el especialista agregó que es importante “empezar a desconstruir todos los mitos que hay sobre la muerte. Hay que ayudarle a la familia a hacer el duelo. Al final, ellos terminan aceptando la decisión de sus seres queridos”.

Montagu Cote también subrayó que pese a ser considerada como una manera para darle un fin digno a la vida de las personas, sigue siendo un tabú por las creencias religiosas que priman en la sociedad.

 

La voz del experto

Ómar Fernando Gomezese Ribero, Médico especialista en dolor y cuidados paliativos de la Fundación Cardiovascular 

 El médico Omar Fernando Gomezese Ribero, es uno de los más experimentados en este tema. Fue presidente de la Asociación Colombiana de Cuidado Paliativo e hizo parte del comité que desarrolló el protocolo de ‘homicidio por piedad’ ante el Ministerio de Salud.

Por ello, aclaró que “la diferencia entre el ‘homicidio por piedad’ y la eutanasia, es que la primera aplica para pacientes con enfermedades terminales y la segunda para personas que quieren acabar con su vida sin necesidad de tener dicha condición”.

Aunque reconoce que tal procedimiento se efectúa para aliviar el dolor de pacientes con enfermedades incurables, aseguró que esta determinación se debe ofrecer como última alternativa.

“Existe un temor en las personas a las que se les diagnostican enfermedades oncológicas o terminales. Lo primero que dicen es que se quieren morir para no sufrir, les preocupa es el dolor. Pero actualmente la mayoría de los dolores son aliviables. Cuando el paciente se entera de las alternativas que tiene, desiste de su idea de someterse al homicidio por piedad”, indicó Gomezese Ribero.

Además, el médico afirmó que otra de las opciones que tienen estos pacientes es la sedación paliativa, la cual consiste en dormir al paciente. “No lo matamos, solo lo dormimos para que no sienta dolor”, aclaró.

Una vez el paciente solicita el procedimiento, un comité médico debe aprobarlo. “El paciente es remitido a una junta médica en la que debe haber un médico de la misma especialidad de su médico tratante, un sicólogo, un siquiatra y un abogado”, explicó el especialista.

Allí, ellos determinan si cumple con los requisitos para que le sea aplicado el ‘homicidio por piedad’. 

 

Primera muerte asistida legal en Colombia 

El 3 de julio de 2015 Ovidio González, padre del caricaturista colombiano, Julio César González, conocido como ‘Matador’, se convirtió en el primer hombre al cual se le practicó una muerte asistida legal en Colombia, en una clínica de Pereira. A sus 79 años, el hombre le ganó la batalla al Comité pro Muerte Digna de la Clínica de Oncólogos de Pereira, donde se autorizó su procedimiento luego de cumplir cinco años con un cáncer terminal en su boca.

Este hecho, el cual no se había registrado nunca en Colombia, despertó una serie de críticas en la sociedad, lo que abrió nuevamente el debate sobre la legalidad de este procedimiento. Por su parte, ‘Matador’, a través de su cuenta de Twitter y sus caricaturas, manifestó el apoyo a la decisión de su padre. 

 

Recuperación de un cáncer terminal

Jorge Eliécer Díaz Wilches

Soy paciente con cáncer de colon. Cuando me fue detectado y luego de múltiples exámenes determinaron que yo tenía III estadio. Asistí durante siete meses a muchas sesiones de quimioterapia y luego radioterapia, Al final determinaron que había eliminado el tumor que tenía. Mi familia compuesta por mi esposo, mis dos hijos de 17 y 12 años, mis padres han sufrido mucho.

Gracias al acertado tratamiento que me indicaron los médicos especialistas en oncología, el personal de enfermeras y al acompañamiento permanente de un orientador familiar pude soportar las etapas en que me sentí al borde de la muerte. Entendí que para lograr el buen funcionamiento de mi sistema inmunológico requería control de mis emociones, serenarme, sentir el apoyo de mi familia y creer en los médicos que me atendían. Gracias a Dios y todos ellos por mi recuperación.

Respuesta

Distinguida señora: He ahí el testimonio de quien a pesar de la gravedad de su enfermedad supo afrontar momentos difíciles. Ante todo creyó, confió en los médicos que le atendían y asumió con fe y esperanza vivas el desarrollo del tratamiento.

De igual forma debemos exaltar el positivo acompañamiento de la familia que siempre demostró su preocupación escuchándole, motivándole y brindándole toda su atención y amor.

El apoyo dado a través del orientador familiar fue de suma importancia, ya que logró afianzar los niveles de comunicación entre paciente, familia y médico, generando un clima de tranquilidad y armonía.

Reflexión

Ante la incredulidad es apremiante aceptar, creer en su recuperación y conservar la fe viva. He ahí el comienzo de un proceso de rehabilitación exitoso, estimulando neurotransmisores como la serotonina que regulan el estado de ánimo, la ansiedad, el sueño, el apetito, el dolor y la presión arterial.

Le acompañan otros agentes químicos como la endorfina, dopamina y oxitocina, los cuales se activan al cantar, bailar, recordar y compartir momentos inolvidables, recibir masajes, experimentar amor, pasión, ver películas que le hagan reír como el humorista Ingles Míster Been o Cantinflas y recibir abrazos entre otros.

Difícil resulta confiar en la erradicación de la enfermedad.

Pero sí es posible al seguir las indicaciones de los médicos generando espacios de comunicación más cercanos, eliminando el cortisol como agente químico del estrés y estimulando la producción de aquellos neurotransmisores que facilitarán el restablecimiento de la salud en el paciente.

Acepte, crea y agradezca. Dios le acompañe.

Credito
EL NUEVO DÍA

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