La cirugía de epilepsia puede ser una opción para su cura

Las enfermedades cerebrales crónicas como la epilepsia afectan al 1,3% de los colombianos y representa una mortalidad del 0,8%, según el Ministerio de Salud.

Al menos un tercio de los pacientes que son tratados con fármacos para la epilepsia no responden al tratamiento, por lo que la cirugía de epilepsia suele ser una alternativa para ellos.

Sin embargo, de acuerdo con el neurocirujano Enrique De Font Réaulx, este es el recurso menos utilizado para tratar esa enfermedad, debido a que las personas no son referidas a tiempo al médico o tienen miedo de operarse.

El especialista explicó que entre el 50% y el 80% de las personas que se someten a esta cirugía pueden curarse. Sin embargo, “la gente tiene miedo de que tras la operación queden afectados de alguna manera”.

Cada año, el segundo lunes de febrero se celebra el Día Internacional de la Epilepsia, con el fin de concienciar al respecto de esta enfermedad.

La epilepsia es un enfermedad que ocurre cuando las neuronas del cerebro emiten descargas cuando no les corresponde y eso genera crisis, las cuales se manifiestan, en su mayoría, en convulsiones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que una sola convulsión “no significa epilepsia”, porque la epilepsia se define “por dos o más convulsiones no provocadas”.

El especialista detalló que uno de los graves problemas que enfrenta esta enfermedad es la falta de diagnóstico, pues debido a ello más del 65% de las personas con epilepsia activa no se tratan.

Esto, dijo, responde a cuestiones económicas, culturales y sociales.

Especialmente porque la gente no tiene recursos para acudir a un experto y, además, quienes sufren de este padecimiento suelen ser estigmatizados.

“Alguien con epilepsia suele ser relegado por la familia o la sociedad y se le niega el acceso a la atención médica”, refirió.

De Font consideró que es importante el diagnóstico no solo oportuno, sino correcto, ya que existen varios tipos de epilepsia y, por ello, no todas responden al tratamiento farmacológico.

El especialista señaló que aproximadamente dos tercios de las personas con esta enfermedad están bien controlados con uno o varios medicamentos anticonvulsivos.

Sin embargo, el otro tercio, pese al tratamiento, siguen con crisis recurrentes y son ellos los candidatos ideales para la cirugía de epilepsia.

Esta cirugía, agregó el neurocirujano, consiste en desconectar o remover una masa crítica suficiente del circuito epileptogénico del cerebro que es el responsable de la crisis.

“Aunque se puede realizar con láser, lo más seguro es abrir el cráneo, lo cual es tan seguro como operar el abdomen”, dijo.

Al paciente le toma una o dos semanas la recuperación y luego de ello puede curarse o reducir en gran medida el número de crisis.

En México, existen pocos centros especializados para realizar este tipo de cirugías, y uno de ellos es la Clínica de Epilepsia del Centro Médico ABC, de la cual forma parte el doctor De Font.

El especialista señaló la importancia del tratamiento, pues una persona que no es tratada puede estar en muchas desventajas.

“Hay quienes no pueden estudiar, conducir, trabajar o crear una familia”, describió.

Además, refirió, existe un importante riesgo de muerte si se tienen crisis muy seguidas. Además de que las lesiones que se producen pueden ser de gravedad.

Aunado a ello, existe un riesgo de muerte súbita e inesperada o de perder la vida por asfixia o arritmias.

Y, aunque no es muy común, algunas personas también pueden morir debido a la neumonía por aspiración, o pueden llegar a cometer suicidio derivado de la situación.

Es por ello que el especialista resaltó la importancia del diagnóstico oportuno y el tratamiento, por lo que invitó a la población a estar pendientes de los síntomas.

Entre estos, además de las convulsiones, pueden darse las crisis de ausencia, los movimientos involuntarios en pies, dedos, manos que pueden confundirse con tics, la ansiedad o los ataques pánico injustificados, la risa incontrolable o los fenómenos visuales.

 

Tratamiento multidisciplinario

 “Entre más joven sea el paciente, mayores son sus posibilidades de mejorar su calidad de vida. Es por esto que las etapas del plan de epilepsia refractaria facilitan un protocolo de estudio personalizado y acorde a su patología”, explica el doctor César Augusto Buitrago Guzmán, un reconocido neurocirujano que recibió su entrenamiento en epilepsia en el University of Kansas Medical Center (Estados Unidos).

El programa de epilepsia refractaria de 5 fases permite una valoración conjunta de múltiples profesionales en donde un neurólogo y un neurocirujano evalúan la cirugía según la pertinencia científica. Luego de la identificación de la epilepsia refractaria, las fases son:

Fase 1. Unidad de diagnóstico: para definir con certeza el tipo de padecimiento, se inicia con una valoración conjunta entre profesionales en neurología, neuropediatría, neurocirugía, neuropsicología y psiquiatría. Esta etapa incluye una resonancia magnética con un protocolo específico y especializado. En algunos casos se hace necesario estudios de la función metabólica del cerebro, con el PET Scan o SPECT

Fase 2. Video telemetría: luego de la valoración multidisciplinaria y la resonancia magnética, se inició la fase de video-telemetría de superficie, con registros detallados durante el tiempo que se requiera para establecer una hipótesis sobre las zonas eléctricamente anormales del cerebro durante los ataques epilépticos y evaluarlo a instancias de una junta médico-quirúrgica.

Fase 3. Estimulación eléctrica controlada: se realiza una implantación de electrodos intracerebrales. En esta etapa se evalúa la actividad eléctrica del cerebro normal y anormal entre y durante las crisis epilépticas. Sumado a esto, se efectúan estudios de estimulación cortical en las que se hacer llegar corriente eléctrica controlada al cerebro con el fin de realizar mapas de las áreas funcionales del cerebro. Luego de la definición del desbalance se inicia la identificación del punto exacto en donde la epilepsia se presenta en el cerebro. En esta etapa se implantan electrodos para definir la zona epilegiptogénica que permite tener un mapeo funcional de la enfermedad y de los ataques.

Fase 4. Procedimiento quirúrgico y de neuromodulación: al identificar con precisión el lugar de la enfermedad, se inicia el protocolo quirúrgico que se debe trazar en las fases anteriores. Allí se define la ruta quirúrgica o la neuromodulación, sea la remoción de una porción del cerebro o una estimulación dirigida por electrodos, con el apoyo de medicamento.

Fase 5. Seguimiento postoperatorio: luego de los procedimientos, se realiza el seguimiento mediante un estudio neuropatológico, que incluye también revisiones por parte de otras disciplinas como neurología, neuropediatría, neurocirugía, neuropsicología y psiquiatría.

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