Las bacterias buenas crecen en el colon, sin embargo, al consumir manzana eventualmente llega al estómago y nos hace sentir satisfechos, lo que evita que comamos de más y aumenten las probabilidades de sufrir desórdenes intestinales.
La compota de manzana mejora la digestión
Gracias a su fibra mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Además, reduce el riesgo sufrir cáncer colorrectal. Se recomienda consumir dos manzanas diarias con cáscara, preferiblemente en ayunas.
Ayuda a combatir el cáncer
Una manzana provee un 10% de la vitamina C y la fibra que el cuerpo necesitan diariamente. La vitamina C fortalece el sistema inmune y está asociada con un menor riesgo de sufrir cáncer de esófago.
Esta fruta es una de las más ricas en boro, mineral que participa en numerosas funciones del organismo, entre ellas, facilita la asimilación del calcio y magnesio, lo que podría ser un factor de prevención de osteoporosis.
Reduce el colesterol
La fibra contenida en la manzana ayuda a reducir los niveles de colesterol malo. A las mujeres se les aconseja comer de 1 a 2 manzanas cada día.
Reducen el riesgo de sufrir ataques cardíacos
La manzana ayuda a reducir en un 50% el riesgo de sufrir ataques cardíacos, según estudios. Añadir 25 gramos de esta frutas a nuestra dieta diaria ayuda a reducir este riesgo.
Aumenta las capacidades cognitivas
El azúcar contenida en las manzanas funciona como un golpe de energía para nuestro cerebro. Nuestras capacidades cognitivas aumentarán y seremos más productivos.
Las manzanas rojas ayudan a la salud de la memoria, el corazón y el tracto urinario, y protege contra algunos tipos de cáncer.
La manzana verde mantiene los huesos y dientes fuertes, además aporta nutrientes a la visión.
Cómo la puedes consumir
La manzana puede ser consumida cruda, cocida como compota, en jugo natural, en ensaladas, en gelatina y en postres bajos en azúcar.
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