Protección al ambiente y al bolsillo

Las cercas vivas y las barreras rompevientos son una opción técnica muy interesante para el ganadero.

Su siembra le permite ahorrar entre 30 y 70 por ciento de los costos de mantenimiento y reemplazo de cercas muertas, es decir de las tradicionales cercas hechas con alambre y postes ya sean de concreto, madera u otras especies. Pero no sólo se trata de una disminución de costos, sino de una posible fuente de ingresos de la finca. 

 

En efecto, las cercas vivas y las barreras rompevientos permiten la utilización de especies forestales que producirán maderas de alta calidad y generarán ingresos ­económicos adicionales a la ganadería. Se destaca el hecho de que muchas maderas preciosas de gran valor en ebanistería están en riesgo de desaparecer y esta es una buena manera de fomentar su reproducción y aprovechamiento.

 

Así mismo se puede utilizar como abono verde o forraje, debido a la existencia de especies for­rajeras proveedoras de alto valor nutritivo y muchas están disponibles durante temporadas de sequía cuando los pastos escasean.  De esta manera, funcionan como integradoras de la producción agrícola con la pecuaria. Se siembran en hileras simples, dobles o triples, en sentido perpendicular a la pendiente, con el objeto de contribuir al control de erosión y para facilitar la conec­tividad del paisaje rural frag­mentado.


¿Cómo ayudan?

 

Las barreras rompevientos ofrecen protección a cultivos, animales y a los productores, porque controlan el efecto de los vientos sobre pastos, cultivos y animales. Un ejemplo claro de su impacto es que disminuyen los efectos de la deshidratación, heladas y enfermedades respiratorias que afectan a los animales.

 

De la misma manera, contribuyen a disminuir las distancias entre los sitios de sesteo (descanso para la rumia) o sombra, reduciendo la energía que los animales gastan en los desplazamientos, incidiendo positivamente en el incremento de la productividad.

 

Desde el punto de vista de su contribución al ambiente, las cercas vivas y las barreras rompevientos generan un efecto microclimático que ayuda al mantenimiento de la humedad en el suelo, disminuyendo los requerimientos de riego en cultivos adyacentes.

 

También mejoran la estructura del suelo ­incrementando la fertilidad y actividad biológica en el suelo, a través del aporte de hojarasca y la fijación de nitrógeno de las leguminosas presentes en la cerca, con lo que evitan la pérdida de suelo por ­escorrentía y por la acción del viento.

 

La investigación sobre cercas vivas ha permitido reconocer sus aportes a la conservación de la biodiversidad, proveyendo hábitats para la reproducción, protección contra la intemperie y disponibilidad de alimentos como semillas, frutas y follaje. También funcionan como corredores biológicos para plantas, insectos, aves y mamíferos pequeños. Otra contribución ambiental importante es la conservación de nacimientos y cauces de agua. 

 

Su implementación y uso contribuyen a la disminución de la tala de árboles y de la presión sobre especies del bosque nativo, ya que reducen la necesidad de madera muerta para postes. No debe olvidarse el embellecimiento del paisaje, que incide en la valorización de las fincas.

 


¿Qué utilizar?

 

Algunas especies que funcionan adecuadamente para clima frío (trópico alto) son las siguientes: Acacia japonesa (Acacia melanoxylon), acacia negra (Acacia decurrens), aliso (Alnus acuminata), arboloco (Montanoa quadrangularis), eucalipto azul (Eucalyptus globulus), urapán (Fraxinus chinensis). Para clima templado y cálido (trópico medio y bajo) pueden ser:

 

Acacia mangium (Acacia mangium), almendro (Terminalia catappa), árbol del nim (neem) (Azadirachta), indica, balso blanco (Heliocarpus americanus), cedro, cedro blanco, cedro del Caquetá (Cedrela odorata), ceiba tolúa (Bombacopsis quinata), dinde (Maclura tinctoria), eucalipto (Eucalyptus tereticornis), guayacán rosado, roble morado (Tabebuia rosea), melina (Gmelina arbórea), nogal cafetero (Cordia alliodora), teca (Tectona grandis), yopo (Piptadenia trianae).

 


Fuente: Fedegán. Cartilla #3 Recurso ­Natural Flora. Medidas integrales para el manejo ambiental de la ganadería ­bovina.lista•  Efectuar el análisis de suelos y estado de compactación de los mismos para determinar los requerimientos y fertilizantes y abonos que puedan demandar los cercos por establecer.

 

• Seleccionar adecuadamente las especies adaptadas a las condiciones de la finca previa caracterización regional, fuentes científicas secundarias, expertos locales y preferencias de los propietarios.

 

•  Suprimir todas las labores de limpieza, quema y uso de herbicidas en los sitios donde se establecerán los cercos.

 

•  Adecuar un semillero que esté protegido de las aves y del ganado.

 

• Establecer el arreglo forestal (diseño físico) según las condiciones de dirección de los vientos para el caso de barreras, y de linderos para el caso de cerca viva.

 

• Las distancias entre franjas, la altura y complejidad de la barrera depende mucho de la velocidad y frecuencia de los vientos.

 

• Implementar un plan de manejo y mantenimiento de las cercas.

 

• Impedir el acceso del ganado (es ideal la cerca eléctrica).

 

• En todos los casos, la presencia de árboles contribuye al éxito del sistema.

 De cómo generar ingresos económicos adicionales a la ganadería, utilizando cercas vivas y barreras rompevientos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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