ICR y crédito barato, escudo arrocero para enfrentar TLC

Si el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, TLC, entrara en vigencia hoy con los arroceros del país se haría una papilla en un abrir y cerrar de ojos.

Se las tienen que ver con el segundo mayor exportador del grano del mundo, con otro agravante: lo tienen a la vuelta de la esquina, además de subsidiar la producción y las exportaciones. Así de sencillo.

Esa parábola de David y Goliat, acá se da, pero al contrario.

Los productores del agro no tienen infraestructura para enfrentar ese monstruo productor y una muestra de lo anterior es que los tres únicos distritos de riego que funcionan en el país fueron construidos en los años 50’s por Mariano Ospina Pérez. De ahí para adelante no se ha vuelto a levantar uno.

De acuerdo con Rafael Hernández Lozano, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, no se trata de salir a llorar en el último momento, sino que desde hace cinco años vienen clamando vías e infraestructura y el Estado no hecho nada.
    
Hay variedades

Para los productores, el problema no es de eficiencia tecnológica, porque se tienen variedades de alto potencial de rendimiento que pueden ser competitivas. El gran inconveniente es la infraestructura y la adecuación de tierras para la explotación arrocera.

Hernández Lozano dijo que han faltado verdaderas políticas agropecuarias.

“Caso contrario ocurre con dos vecinos nuestros. Perú hace 30 años no figuraba en el mapa arrocero del mundo y Ecuador no sembraba ni 30 por ciento de lo que planta hoy. Colombia lo abastecía, pero ahora ocurre lo contrario. Pero si usted va a Perú ve que terminaron hace poco un distrito de riego de 45 mil hectáreas y Ecuador lleva tres décadas con una política clara y expedita volcada para el agro”, agregó.

Para el directivo arrocero la única política clara fue “el AIS, que según dice la Ley era para mitigar y compensar los efectos negativos del agro que traería el TLC con EU, pero no se construyó una sola obra para el agro y es que 500 mil millones de pesos es muy poco para las grandes falencias”, agregó.

Sin infraestructura

Hernández Lozano dijo que en regiones productoras como en el Bajo Cauca y La Mojana hay sitios en que para sacar una tonelada de arroz a los centros de acopio hay que cancelar $100 mil pesos de flete, es decir, dos veces lo que vale llevar ese mismo peso a Europa o la China.

“Nos piden competitividad, pero acá caen dos aguaceros y queda bloqueada cualquier vía principal. Cuál competitividad podemos tener si la responsabilidad de la infraestructura es del Gobierno”, agregó.

Hernández Lozano dijo que el sector como está será destrozado, pero si logra acceder a créditos blandos y un Incentivo a la Capitalización Rural, ICR, no menor de 40 por ciento para la compra de maquinaria que les permita un mejoramiento de los suelos y buscar una mayor eficiencia se le miden a ese “león arrocero”.

La propuesta

Los arroceros le proponen al Gobierno un plan de Adopción Masiva de Tecnología, Amtec, que es similar al Proyecto 10 de Brasil y que está encaminado a impulsar una agricultura de precisión para bajar costos.


“Una sembradora de precisión en vez de utilizar 150 o 180 kilos de semilla por hectárea solo requiere 80 o 100 kilos y los siembra a la misma profundidad y fertiliza igualmente; pero para que funcione debe contar con un terreno nivelado,  subsolado y con camellones por láser  para que tenga retención de humedad.  Es decir darle un medio adecuado para que las variedades de arroz de alto potencial expresen sus bondades genéticas”, agregó Hernández Lozano.

Para el directivo de Fedearroz, los costos se bajan con mayor rendimiento o menos utilización de insumos y lo ideal es tenerlos ambos y eso se logra con alta ­adecuación de los suelos.

“En Brasil lograron en tres años aumentar hasta tres toneladas por hectárea y tuvieron como soporte el manejo de suelos plenamente adecuados”, agregó.

Hernández Lozano dijo que con un ICR mínimo de 40 por ciento y crédito blando, el arrocero puede acceder a un equipo que la vale $220 millones de pesos. Es la única manera de mejorar la competitividad”, sostuvo.

Credito
MARCO A. RODRÍGUEZ PEÑA

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