Hay que partir del reordenamiento territorial productivo

El Igac debe hacer un inventario nacional de tierras de acuerdo con su uso y vocación agroecológica potencial.

“La economía muestra un buen ritmo de crecimiento y tenemos unas bonanzas ad portas muy importantes, pero aunque no es el momento de generar ruidos a los negocios, es importante retomar el tema de los impuestos a la tierra para el cual es necesario partir de un reordenamiento territorial por parte del Igac y de un inventario nacional de tierras de acuerdo con su uso y vocación agroecológica potencial.

Con esto, se podrían establecer unas bases de promedio de rentabilidad nacional para cada actividad del sector agropecuario y ahí si fijar las tarifas del impuesto predial diferenciadas y progresivas en al menos tres categorías (pequeña, mediana y gran escala)”.

Así lo manifestó el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, al revelar algunos aspectos que debería incluir la reforma tributaria que planea el Gobierno, y que en su concepto deben incluirse para que el sector agropecuario y en particular el pecuario bovino, pueda realizar su actividad y desarrollarse y crecer hacia el futuro -como es su debido derecho-.

Se refirió a la necesidad de introducir un régimen de estímulos para la inversión, por el uso adecuado y el desarrollo sostenible y sustentable de la tierra.

Estímulos que permitan llevar inversión al campo. Precisamente, recordó su propuesta de inversiones sustitutivas de impuestos, que considera debería recuperarse y mejorarse.

Su recomendación es que no sólo sea una reforma extractiva sino que provea esquemas de financiación para infraestructura terciaria y secundaria, tema sobre el cual, reiteró la propuesta que le hiciera al Gobierno hace casi un año, de hacer una bolsa común con recursos nacionales, y regionales para reconstruir la malla vial terciara destruida por el invierno y para su mantenimiento.

En diálogo con la Página del Ganadero, el directivo gremial respondió las siguientes inquietudes:

Página del Ganadero: El ministro de Hacienda ha hablado de no subir los impuestos como lo prometió el Presidente Santos, pero sí, de aumentar la base gravable, ¿cómo cree que se hará eso?. Algunos expertos hablan de aumentar la base gravable cobrando el IVA a la mayoría de productos y aboliendo exenciones. Así mismo, que el impuesto a la renta sea más progresivo. ¿Qué opinión tiene sobre esto?.

José Félix Lafaurie Rivera:

En general los gobiernos intentan no elevar las tasas impositivas, pero si aumentar los ingresos del fisco. Esto lo resuelven por la vía de los mecanismos de ampliar el universo de productos o servicios sometidos al IVA y de la eliminación o reducción de exenciones tributarias, pero además intentan ordenar la casa con mecanismos que les permita reducir la evasión y la elusión, o también reducir los topes mínimos de la renta gravable o hacer que sea más progresivo.

Cada solución tiene su costo económico y político, pero la pregunta válida es si ahora, que está “tan buena la fiesta, por qué nos vamos”. La economía muestra un buen ritmo de crecimiento, tenemos unas bonanzas ad portas muy importantes, se abrieron los TLC y nos queda poco tiempo para prepararnos, tenemos una inflación controlada. No creo que se deba introducir ruidos a la marcha de los negocios.

Pero hay mucha tarea por hacer: controlar la evasión y la elusión, y mejorar la imagen y eficiencia de entidades como la Dian, donde su director reconoce que hubo un fraude de más de $7.5 billones, con las devoluciones por IVA. Eso también tiene que ver con el control de exportaciones para evitar exportaciones ficticias. Se ha señalado que las exportaciones de cuero superan la cantidad del ganado nacional.

Al hacer esas dos tareas, generaría ingresos fiscales reales importantes, tanto así que los $7.5 billones señalados serían dos reformas tributarias.

¿Cuáles son las propuestas concretas que hace a esta reforma?

El Gobierno, en forma prudente, ha preferido no difundir borradores, pero el Ministro de Agricultura ha señalado la necesidad de elevar el reparto de la sobretasa de la gasolina del 25 por ciento al 50 por ciento para que los municipios fortalezcan sus presupuestos para recuperar la malla vial de las zonas rurales y se permita la venta y comercialización de la producción agropecuaria.

De otra parte, siempre se ha intentado reducir o eliminar exenciones tributarias, con muy poco éxito. Por el contrario, los grupos de poder han logrado más gabelas tributarias, teniendo los gobiernos que recurrir al grupo que no tiene defensa, que son los trabajadores. Aquí aplica por ejemplo, la baja del tope mínimo de renta gravable.

Seguramente el Ministro se la va a jugar por el lado de las exenciones, con una baja de IVA pero aumentando el universo de productos y servicios, e intentando fortalecer a las entidades responsables para reducir los niveles de evasión y elusión. No veo espacio para implantar un esquema de elevar la progresividad al impuesto de renta.

Si bien he compartido la existencia de exenciones tributarias para la inversión en activos fijos, pues han demostrado que son valiosas para el desarrollo del país, el porcentaje que se estableció, que a partir del 1° de enero de 2007, es del 40 por ciento, se podría reducir unos puntos.

¿Qué debería tener la reforma tributaria para garantizar la confianza inversionista?

En general se habla de tres factores: seguridad y estabilidad jurídica, tasas y tarifas de estimulo pero sin exenciones; y proporcionalidad, es decir que no pretenda recaudar más, hasta llegar al límite de ahorcar. No se debe olvidar que la política fiscal juega un papel importante en la estabilidad económica del país y, que bien manejada, puede estimular la inversión y la generación empleo, que son parte de las bases de crecimiento de la economía.

Otro tanto está en el mantenimiento de la seguridad pública, que es una de las variables que más influyen en el momento en que los inversionistas toman la dedición de invertir su dinero. El país no puede darse el lujo de perder este grado de confianza que se tiene actualmente, y en este sentido, el Gobierno debe mantener las garantías para la libre producción en todo el territorio nacional.

En Colombia el impuesto a la renta es uno de los tributos más altos, ¿cuánto debería bajar?.
Pensaría que debe hacerlo pero cuando estemos en un escenario de TLC en marcha y con la plata de las bonanzas en el bolsillo.

¿Cómo ve la propuesta de gravar la tierra improductiva?.

El problema de este tipo de propuestas es que no consultan la realidad económica y están completamente desvinculadas a otras políticas. Los impuestos son un costo, que como tal, repercute en los precios de los bienes. Es ingenuo pensar que sale del bolsillo de los productores o del tenedor de la tierra. Pero además, son propuestas que se hacen con el prurito de distribuirla. Quien recibe o adquiere la tierra debe tener cómo ponerla a producir (además de tener que comprarla más cara) y requiere de más crédito a tasas razonables y ajustadas a los ciclos productivos, insumos menos costosos, vías de comunicación, etc.

Insisto, mientras no existan garantías reales y condiciones adecuadas para la explotación agropecuaria, es muy difícil que los capitalistas inviertan en una actividad donde sus recursos se enfrentan a muchas vicisitudes como las que tienen actualmente quienes se dedican a la producción en el campo colombiano. No se puede pensar en incrementar los impuestos de aquellos que poseen tierras mientras no se superen los meollos antes mencionados, además esto sería como volver a las épocas de la renta presuntiva, que como la historia reciente recuerda, no funcionó.

Una propuesta que contemple las condiciones productivas del campo, que me permití presentarla al Gobierno, debe partir del reordenamiento territorial productivo a partir de la actualización por parte del IGAC, del inventario nacional de tierras de acuerdo con su uso y vocación agroecológica potencial. Esto, sobre la base de fijar la rentabilidad promedio nacional para cada actividad del sector agropecuario anual, de establecer avalúos catastrales diferenciados, y fijar las tarifas del impuesto predial diferenciadas y progresivas en al menos tres categorías (pequeña, mediana y gran escala), para, finalmente, fijar un régimen de sanciones por contravenciones al régimen de vocación del uso adecuado de la tierra.

Así por ejemplo, un productor que utilice tierras catalogadas como agrícolas para ganadería extensiva, no sólo tendrá una mayor tasa impositiva –pues el impuesto que se debe aplicar a ese predio es el de “uso adecuado en agricultura”, sino que, además, se verá abocado a las penalidades por generar daños ambientales.

Pero también es necesario introducir un régimen de estímulos para la inversión, por el uso adecuado y el desarrollo sostenible y sustentable de la tierra.

¿Qué otros aspectos se deben tener en cuenta dentro de la reforma tributaria para que se impulse el desarrollo del agro colombiano?.    

Estímulos que permitan llevar inversión al campo. Hace unos años presente una iniciativa que desafortunadamente quedo recortada en una de las anteriores reformas tributarias –inversiones sustitutivas de impuestos-, que bien vale la pena recuperar y mejorar, para cumplir este propósito de capitalizar el campo.

De otra parte, se debe pensar en que no sólo sea una reforma extractiva sino que provea esquemas de financiación para infraestructura terciaria y secundaria. Le hemos propuesto al Gobierno hacer una bolsa común con recursos nacionales, y regionales para reconstruir la malla vial terciara destruida por el invierno y para su mantenimiento.

Credito
EL NUEVO DÍA

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