Otro forraje para la ganadería

Este árbol es fuente interesante de proteína cruda y minerales, consumido voluntariamente por los bovinos.

Nos dice el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria, Cipav (Carta Fedegán 126), que existe un árbol poco conocido e investigado, que está siendo utilizado con éxito por algunos productores ganaderos del piedemonte caqueteño como especie forrajera y maderable.

Es el Piptocoma discolor, conocido como boca de indio, cenizo, cacique, mulato, gallinazo, susacá, quinde, palo quinde, palo negro, congo, amorseco, chasmiande, aliso negro o saucito, dependiendo de la zona en que se encuentre (andina, piedemonte amazónico y orinocense, los llanos orientales, la Amazonia, el Pacífico y los valles interandinos de Colombia); crece hasta mil 850 metros de altitud; sus hojas son alternas y tienen pelos blancos por el envés; y sus inflorescencias terminales (grupos de flores) son densas. Muy pocas especies producen a la vez forraje de calidad para ramoneo y buena madera.


El cenizo florece y fructifica durante todo el año, lo cual facilita la obtención de semillas y plántulas para la siembra de sistemas silvopastoriles y agroforestales.


La experiencia ganadera
Guillermo Núñez (en Morelia) y Orlando Martínez (en Belén de Los Andaquíes), ganaderos y buenos observadores de la regeneración natural en sus fincas, empezaron a notar que este árbol era capaz de crecer con rapidez en los potreros de lomerío sin afectar la oferta de pastos.

El ganado consumía las hojas con avidez y en pocos años las varas largas y rectas del árbol ofrecían madera para construcciones.


Esta información fue confirmada por otros productores y por Luis Hernando Ortiz, de Nestlé de Colombia. Este fue el inicio de un proceso de investigación participativa orientado a conocer mejor esta especie promisoria y bien adaptada a las condiciones de laderas con pastos y suelos degradados.


La finca San Germán, situada en el corregimiento La Mona en Belén de los Andaquíes, Caquetá, es pionera en el uso del cenizo o boca de indio como arbusto forrajero en sistemas silvopastoriles basados en el manejo de la regeneración natural, y en cercas vivas.


Esta finca tiene un sistema silvopastoril experimental con una extensión de dos hectáreas y una población entre cinco y seis mil individuos de esta especie, que están siendo evaluados para estimar su tasa de producción de forraje y documentar la respuesta al ramoneo.


Las observaciones preliminares de este sistema muestran que en los suelos compactados de este paisaje de lomerío, el cenizo o boca de indio recupera su follaje en 60 días, con una producción de forraje verde de 200 gramos en cada planta con un diámetro superior a dos centímetros.


Rusticidad
Los árboles en ramoneo tienen una altura promedio de 2,5 m. Este nivel de producción se ha logrado sin labores de renovación, enmiendas o fertilización, lo que sugiere que este forraje tiene un nivel adecuado de rusticidad.

A través de la selección de las plantas que regeneran en el potrero se está configurando un sistema silvopastoril con árboles maderables, donde se permitirá el desarrollo de algunos individuos como árboles de sombrío y se conservarán los demás como arbustos para ramoneo, mediante cortes de nivelación a una altura entre 40 y 80 cm.


Un cerco vivo plantado en 2007 a una distancia de 80 cm entre árboles tiene actualmente individuos de 11 metros de altura, con fuste recto y copa reducida que no interfiere con el crecimiento de las gramíneas.


El excelente desarrollo de este cerco vivo abre innumerables posibilidades para la restauración de bosques y la producción de madera a partir de esta especie de rápido crecimiento.


El fuste recto del árbol boca de indio, es apreciado como madera para construcción, para la armazón de techos y se destaca por ser resistente al ataque del comején.


En los potreros de esta parte del piedemonte, como en la finca Versalles, los cenizos rara vez superan los ocho metros de altura.


Sin embargo, cuando el árbol crece asociado con otras especies en altas densidades, es frecuente observar individuos con alturas entre 12 y 14 metros, y diámetros alrededor de 25 cm.

Credito
EL NUEVO DÍA

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