La batalla por Bogotá

FOTOS TOMADAS DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Con un potencial electoral de más de cinco millones de votos y sin dueño político, la capital del país se perfila como el campo de batalla más intenso en el pulso entre Zuluaga y Santos.

Uno de los resultados más impactantes de la temporada electoral de 2014 ha sido el nuevo mapa político de Bogotá. Tanto en las elecciones de Congreso del pasado 9 de marzo como en las de primera vuelta del pasado 25 de mayo, el Centro Democrático surgió como primera fuerza capitalina. Tras más de una década en poder de la izquierda, primero con el Polo Democrático y después con los Progresistas, la victoria de los uribistas no solo causó perplejidad, sino que también generó preguntas sobre quién ganará en segunda vuelta en la plaza electoral más populosa del país.

El potencial electoral bogotano es el más grande de las 33 divisiones administrativas que tiene de Colombia: 5,2 millones de los 32,9 millones ciudadanos habilitados para votar este 15 de junio. Aproximadamente la mitad de estos capitalinos acude a las urnas. En el actual escenario de reñida competencia entre las campañas del presidente Santos y Zuluaga, Bogotá es un crucial frente de batalla.

Hoy en día ninguna fuerza política es la dueña de los votos capitalinos, a diferencia, por ejemplo, de Antioquia y Atlántico, donde dominan con ventajas de más de 20 puntos porcentuales los uribistas y los santistas respectivamente. El mapa bogotano después de la primera vuelta es fragmentado: Óscar Iván Zuluaga obtuvo una estrecha victoria de 22 por ciento sobre Clara López del Polo, con el 20.4. El presidente Santos llegó en tercer lugar, con 18.8 por ciento, y cierran el exalcalde Enrique Peñalosa, con 16, y la conservadora Marta Lucía Ramírez, con el 14.94 por ciento.

Con una abstención que superó el 50 por ciento del potencial electoral, el espacio para crecer en el Distrito tanto de la campaña santista como del CD es amplio. Una masiva participación del electorado bogotano en unos comicios tan cerrados podría inclinar la balanza hacia cualquier lado.

La batalla por los votos capitalinos se pone más interesante si se tiene en cuenta su comportamiento independiente de los últimos años. Si bien Bogotá ha sido gobernada por una década por la izquierda, ni el Polo Democrático ni los petristas ganaron con mayorías arrasadoras. Desde 2006 varios fenómenos políticos han ido surgiendo en las elecciones distritales. El primero es que los comicios locales tienen una dinámica distinta a los nacionales. Mientras que en la decisión para alcalde la izquierda ha ganado con Samuel Moreno (43.9 por ciento) y Gustavo Petro (32.25 por ciento), en las presidenciales la ciudad ha girado a la derecha en 2006 con Álvaro Uribe (62 por ciento) y en 2010 con Juan Manuel Santos (40.39).

Otra diferencia se presenta entre las elecciones para el Ejecutivo Distrital y Nacional y las de cuerpos colegiados: Concejo y Congreso. Mientras que los triunfos de los últimos tres alcaldes y tres presidentes han sido contundentes, los bloques políticos son más fragmentados e incluyen partidos como Cambio Radical y nuevos grupos como Verdes o Progresistas. El Partido de la U obtuvo en 2010 la victoria más abultada de los últimos ocho años en las parlamentarias, con el 28.4 por ciento en el Senado. Es decir, la diversidad bogotana se traduce literalmente en sus bancadas.

Por último, la política capitalina es receptiva a fenómenos de opinión y a nuevas apuestas políticas. William Vinasco, Enrique Peñalosa, Antanas Mockus y Gina Parody son ejemplos de los primeros y los Progresistas, los verdes y Centro Democrático de los segundos. No obstante, una mirada a las últimas ocho elecciones en la capital muestra varios bloques: una izquierda consolidada alrededor del 20 por ciento, un voto más conservador que llega al 25 por ciento, otro sector de origen liberal cercano al 20 por ciento e independientes con otro 20.

En primera vuelta el presidente Santos enfrentó no solo a esos bloques consolidados sino, también, a dos exalcaldes representativos de ellos: Clara López y Enrique Peñalosa. Además, el ascenso del voto conservador en la capital es innegable: el uribismo dio el primer lugar a Zuluaga (y aumentó 170 mil votos en dos meses) y Marta Lucía Ramírez se convirtió en la sorpresa de la jornada, al obtener el 15 por ciento: casi cuatro veces los votos azules al Senado en Bogotá.

Los 444 mil votos santistas del 25 de mayo reflejan más la maquinaria de los partidos de la Unidad Nacional que el respaldo de la opinión que apoyó a otros aspirantes. Santos llegó golpeado a la primera vuelta por el costo de la destitución de Petro. Tras criticar y sacar al mandatario local de su despacho, la campaña reeleccionista recibió la adhesión de los Progresistas, creando una nueva tendencia política en estas elecciones: el ‘petrosantismo’.

Sin embargo, el rechazo que generó en la opinión la entrada de Petro a las toldas de Santos podría transformarse en un activo para los votos bogotanos ante la segunda vuelta. La alianza petrosantista se sincroniza con el mensaje de apoyo al proceso de paz en La Habana, que la Casa de Nariño convirtió en el eje de la campaña hacia la segunda vuelta. Más de una decena de funcionarios petristas, entre estos tres miembros del gabinete distrital renunciaron para trabajar por Santos en las calles de la ciudad.

Posible victoria holgada

Sin Peñalosa ni Clara López en el tarjetón, y con la ayuda del Gobierno distrital, la campaña reeleccionista tiene el desafío de transformar el tercer lugar de la primera vuelta en una victoria amplia en segunda vuelta. Para lograrlo, los santistas sacaron la artillería pesada para seducir la renuente opinión capitalina. Dos excandidatos a la Alcaldía en 2011 con alto reconocimiento, la directora del Sena Gina Parody y el consejero para las regiones David Luna, salieron del Gobierno para reforzar el proselitismo. Junto al senador electo de Cambio Radical y otro exaspirante a la Alcaldía, Carlos Fernando Galán, constituyen las caras nuevas de la política capitalina con imagen positiva en sectores de opinión que recorrerán el norte y occidente de la ciudad para promover el voto por Santos.

La ‘toma’ reeleccionista de la capital cuenta con esos tres frentes de trabajo: mantener la maquinaria de la Unidad Nacional con ediles y concejales que ya salió en primera vuelta; seducir a los votos de izquierda con los petristas, el senador electo liberal Horacio Serpa, el exalcalde Lucho Garzón, el senador electo Iván Cepeda y los polistas cercanos al proceso de paz y capturar las mayorías del voto de opinión con la ‘nueva generación’ de Parody, Luna y Galán.

Por los lados del uribismo, la alianza Zuluaga - Marta Lucía Ramírez cimenta ese creciente voto de derecha que Bogotá ha desplegado en las últimas elecciones presidenciales y que podría superar el 30 por ciento. Además, el turno de convertirse en el fenómeno de opinión de la temporada en Bogotá es del Centro Democrático y su oposición al presidente Santos. Más que el candidato Óscar Iván Zulua ga, la fuerza uribista en la capital viene del propio Álvaro Uribe. La correspondencia entre los votos de la lista del Senado del Centro Democrático, encabezada por el exmandatario, y los de la Cámara de Representantes, supera el 80 por ciento. De hecho, el exmandatario recorrió la semana pasada barrios populares en favor de Zuluaga.

Pero el uribismo tiene otra carta para aspirar a que el rechazo de la opinión les al cance para repetir victoria en Bogotá en segunda vuelta. Se trata del exvicepresidente Francisco Santos, quien goza de alto reconocimiento en la capital. Pacho encabezó una campaña por la revocatoria del alcalde Petro cuando al resto de la dirigencia política, incluyendo su propio bloque, les dio miedo enfrentarse políticamente al líder de Progresistas.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios