Amarillo Claro

Hace tres años, en medio de aplausos y pancartas, el senador Jorge Enrique Robledo entraba por la puerta grande al Tercer Congreso del Polo Democrático.

Había liderado la consulta interna con 42 mil 278 votos y acababa de ser bautizado por la opinión pública como el mejor senador de esa legislatura y el segundo más votado del país. Ese mismo día invitó a los 700 delegados a apoyar a Clara López para la Presidencia de la República y terminó el anuncio con un abrazo a su candidata. En ese entonces el partido caminaba unido. Hoy, luego de medirse el pulso en las consultas internas del pasado domingo, el Polo llega dividido a su Cuarto Congreso. Este siguiente encuentro partidista, al que asistirán los 766 delegados elegidos en las urnas, tomará decisiones importantes del partido y será testigo de cómo se tramita la actual división entre el senador y la exaspirante presidencial.

El balance de las elecciones internas del Polo es positivo. Los 420 mil votos depositados en todo el país por la izquierda duplicaron con creces los 161 mil que obtuvieron en la anterior consulta de 2012. La votación se concentró, como era de esperarse, en las dos caras más visibles: Clara López y Jorge Robledo. La primera ganó el pulso al segundo: 124 mil 740 votos frente a 105 mil 166. La hoy candidata a la Alcaldía de Bogotá surgió victoriosa.

Aunque Clara tiene hoy las mayorías de las bases eso no significa que tenga la última palabra en el partido. No hay que olvidar que aparte del ala de Robledo, construida sobre el Moir, en el Polo conviven otros sectores alternativos que no quieren que la discusión se concentre en esas dos grandes tendencias. Ese es el caso del senador Alexander López, cabeza de la tercera lista más votada del país con 23 mil votos. “El caudillismo nos hace mucho daño. Clara y Robledo no son todo el Polo y hay corrientes que quieren replantear eso”, le dijo a Semana.

En el encuentro, que será este 15 y 16 de mayo, se tomarán tres decisiones importantes. Primero, si el partido seguirá siendo de oposición. Segundo, si es viable convocar una unidad de la izquierda en el contexto del proceso de paz.

Y por último, cuál será la política de alianzas de cara a las elecciones regionales de octubre. El primer punto se da por descontado, pues desde que se fundó el Polo se construyó sobre la base de ser un partido de ruptura al establecimiento. Lo que será complicado es llegar a un acuerdo sobre los dos últimos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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