“La paz nos permitirá reunificar a Colombia”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Sergio Jaramillo, alto Comisionado para la Paz, analiza los acuerdos con las Farc, su significado para el país, para las regiones y para el futuro de la política en Colombia.

SEMANA: La negociación terminó de afán y hubo temas que quedaron en brocha gorda. ¿Qué quedó por definir?

SERGIO JARAMILLO: Para terminar miramos qué cosas podían ser objeto de discusión en la fase de implementación. Eso fue lo que hicimos creando la comisión de seguimiento, implementación y solución de disputas para resolver los detalles.

SEMANA: ¿Cómo hacer para que cuando se presenten desacuerdos sobre esos puntos no entorpezcan la marcha de lo que ya está acordado?

S.J.: Lo que va a pasar en los próximos 180 días, a partir de la firma en Cartagena, está claro. Ahí no hay ninguna ambigüedad. Lo que ocurre normalmente es que hay incidentes, y puede haber diferencias de interpretación a la hora de implementar y uno necesita un mecanismo para resolver eso.

SEMANA: ¿Hay condiciones para que las dos partes cumplan?

S.J.: No hay otra opción. La pregunta es: ¿futuros gobiernos van a cumplir? ¿Cuáles son las garantías?, y yo creo que son tres. Las que más les gustan a los colombianos, que son las jurídicas. En segundo lugar, las de financiación que quedaron en el capítulo de implementación, donde hay un compromiso para que los futuros planes de desarrollo incorporen los acuerdos. En tercer lugar, el plebiscito. Si la gente dice Sí, es el mandato popular para los siguientes gobiernos.

SEMANA: ¿Cómo debe ser el próximo gobierno?

S.J.: Tiene que tener una gran capacidad de ejecución, que es una de las características menos colombianas que hay.Pero también tiene que ser sensible a las expectativas de las regiones. El que crea que esto se podrá hacer con una especie de dictadura desde Bogotá, está totalmente equivocado.

SEMANA: ¿Y las Farc van a cumplir?

S.J.: Yo creo que las Farc van a cumplir. Además, montamos el sistema más robusto de verificación que ha habido en Colombia que es una misión política especial de Naciones Unidas, bajo la supervisión del Consejo de Seguridad. 

SEMANA: ¿Cuál era el mayor interés de las Farc en la negociación?

S.J.: Las Farc de manera genuina insistían en que su interés no era qué iba a ocurrir con ellos, y por razones distintas el Gobierno tenía la misma opinión: que este es un acuerdo para terminar el conflicto armado y no simplemente para que las Farc entreguen las armas y se reincorporen a la vida civil.

Se trata de sentar las bases para una paz estable y duradera, que permita una reunificación de Colombia. Felipe González dice que el acuerdo de paz con las Farc equivale para Colombia a la caída del muro de Berlín, y tiene toda la razón.

SEMANA: ¿Siente que perdió la batalla de buscar una justicia con más sanciones?

S.J.: Si la pregunta es: ¿yo hubiera querido que quedara exactamente así? La respuesta es no. Pero lo que se acordó es suficiente para poner en marcha un sistema transicional de justicia, que permita investigar los crímenes más graves y representativos ocurridos durante 50 años de guerra, acompañado por la Comisión de la Verdad, la unidad de búsqueda de desaparecidos, las unidades de reparación, de manera que el foco no esté solamente en investigar y castigar sino en decir la verdad, reconocer responsabilidades y, sobre esa base, crear los elementos de convivencia que nos van a permitir movernos hacía el futuro. 

SEMANA: ¿Cómo es que se logra que militares y empresarios se metan al proceso?

S.J.: Si estamos en una transición hacia la paz, que quiere decir que hay que hacer justicia y mirar para atrás, pero al mismo tiempo trazar una línea que nos permita ver hacia adelante, todos tenemos que estar adentro. Si no, el sistema no funciona.

SEMANA: ¿Va a cambiar la política?

S.J.: Sí. En los últimos 25 años las campañas presidenciales han girado alrededor del tema de la paz y la seguridad y eso ya no va a estar ahí. El conflicto era un velo que había ocultado muchos aspectos de nuestra realidad y ese velo se cayó.

Ahora va a haber demandas sociales enormes que hay que responder y eso necesariamente se va a reflejar en la composición y en la suerte que van a tener a futuro los partidos políticos.

SEMANA: ¿Cree que habrá más conflictos sociales?

S.J.: Parte del problema que hay en Colombia es de representación. La situación dramática del campo colombiano, que tiene indicadores pésimos, producto en parte por el conflicto, ha impedido que se hagan inversiones, que la gente utilice su tierra como debe ser. Por eso tampoco nadie se ha preocupado por representar políticamente al campesinado colombiano.

Cuando uno va a los territorios y habla con la gente, más que un beneficio inmediato material, la gente quiere es reconocimiento, tener voz, que la tengan en cuenta. Si uno habla de manera honesta tiene que decir: esto no va a ser fácil, aquí no va a llegar el niño Dios a repartir regalos. Vamos a hacer lo que podemos con lo que tenemos, pero lo vamos a hacer con ustedes. La gente le jala a eso. 

SEMANA: ¿Y las élites le jalan?

S.J.: Creo que cada vez más. Nuestro empresariado tiene visión, sabe que Colombia tiene que modernizarse. Todo el mundo tiene la película clara, lo que toca ahora es hacer las cosas.

SEMANA: ¿También los ganaderos?

S.J.: Yo les he preguntado ¿si alguien tiene mil 500 hectáreas, es concebible que yo diga, bueno voy a poner 150 hectáreas y me dan garantía de que se van a utilizar en beneficio de la gente, de las víctimas, eso es algo posible?, y no me han dicho que no.

SEMANA: Ni que sí.

S.J.: Hay que romper barreras, sentar a la gente en una misma mesa porque la víctima y el desplazado desea que lo oigan, pero el ganadero probablemente también quiere que lo oigan y que la gente entienda qué fue lo que le tocó y eso es el fin de la guerra.Yo creo que si sentamos a todo el mundo en una misma mesa en las regiones, se encuentran soluciones.

SEMANA: ¿Quién lidera eso?

S.J.: El Gobierno tiene que ayudar, pero eso tiene que nacer desde las mismas regiones. No funcionaría si es impuesto y se va a necesitar mucho liderazgo de los empresarios, de la Iglesia, de los líderes políticos y de los movimientos sociales y de las víctimas. Los líderes naturales de las regiones tienen que coger las riendas de su propia paz.

SEMANA: ¿Dónde cree usted que debe estar este país en 10 años?

S.J.: Si los acuerdos se implementan de una manera razonable, la gente en 10 años se dará cuenta de que esto era realmente mucho más importante de lo que puede parecer hoy, porque se habrán hecho cosas que históricamente no se han hecho.

El ejemplo más obvio es de la recuperación de las zonas rurales de Colombia. También tendremos una democracia más rica. 

SEMANA: ¿Cuál sería el factor crítico de sabotaje a esta transición?

S.J.: Uno, los gobiernos en Colombia tienen una histórica dificultad en engranar con los territorios. Ahí hay una correa de trasmisión que no funciona y hay que ver cómo se hace para fortalecer a los gobernadores, trabajar con los alcaldes y poner en marcha los esquemas de participación.

Segundo, hay que asegurar que los dineros que se van a necesitar -que no son astronómicos pero sí importantes- no sean desviados por la corrupción o por el sistema político. Y tercero, no podemos perder de vista el tema de seguridad, para que la implementación sea posible.

SEMANA: ¿Qué les reconoce a las Farc?

S.J.: Que trabajaron muy duro. Me impresiona la disciplina con la que las Farc afrontaron la negociación, buscaron las mejores opiniones y defendieron sus posiciones.

SEMANA: ¿Le enseñaron algo?

S.J.: Aprendí mucho sobre ellos, pero más sobre el país. La situación de Colombia no era sostenible: un archipiélago de ciudades desarrolladas, conectadas por modernas 4G y el resto del país a la buena de Dios con ciudadanos de segunda.

Un país no puede avanzar de esa manera hacía la modernidad. La paz nos va a permitir reunificarnos como nación, así suene eso un poquito grandilocuente.

SEMANA: Defina en una palabra: ‘Timochenko’.

S.J.: El hombre que llevó a las Farc a la paz.

SEMANA: Santos

S.J.: Si a Colombia llega la paz como va a llegar es gracias a la terquedad de Juan Manuel Santos.

SEMANA: ‘Iván Márquez’

S.J.: Un hombre transformado.

SEMANA: ‘De la Calle’

S.J.: El hombre más valioso que hay en Colombia hoy.

Credito
REVISTA SEMANA

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