“Estamos viendo una región que nunca hemos visto antes, una región que realmente no podemos imaginar estar allí. Es como asomarse a las puertas del infierno, el fin del espacio y el tiempo”, en medio de la conmoción y la sorpresa, esas fueron las palabras pronunciadas por el científico del proyecto Event Horizon Telescope (EHT), Heino Falcke, en una conferencia de prensa en Bruselas.

8.812 kilómetros son los que separan a Colombia de Bruselas, pero esta vez la distancia no fue impedimento para que de extremo a extremo del planeta se pudiera observar un círculo de negro profundo, difuso y con una aureola roja y naranja: quedando plasmado para la historia la primera fotografía tomada por el hombre a un agujero negro. Justo en ese momento se partió la imaginación con la realidad haciendo tangible un fenómeno que se creía invisible.

A 55 millones de distancia años luz, mucho más allá de la vía láctea donde se aferra el sistema solar, y en una galaxia vecina denominada Mesier 87 se albergaba el cuerpo celeste que marcó historia y el cual desde hace unos días pasará a ser impreso en alta definición en los libros de astronomía.

Fueron 8 radiotelescopios, en palabras sencillas antenas gigantes, que se alinearon alrededor del mundo para realizar una del tamaño de la tierra. En volcanes en Hawái y México, montañas en Arizona (Estados Unidos), en la Sierra Nevada de España, en el desierto de Atacama en Chile y en la Antártica fueron los puntos clave junto al trabajo de cerca de 200 científicos. Cinco días tomó hacer las piezas que luego serían unidas y fue un 10 de abril de 2017 cuando las partes flotantes cobraron forma dando a conocer la imagen que se asemejaba a las que ya se habían soñado en películas como Interestelar.

¿Pero, por qué es tan importante la imagen? ¿Qué nos enseña sobre el universo? Astrónomos colombianos explican este acontecimiento histórico en nuestro conocimiento sobre el espacio.

¡Sorpresa!

Dos años fue lo que demoró el análisis y la construcción de los artículos científicos para que la imagen fuera revelada al mundo, suceso que sorprendió a más de uno y que abrió, según científicos colombianos, la puerta a una nueva astronomía.

“La primera fotografía de un agujero negro es sumamente importante para la ciencia por varias razones. Primero, porque por primera vez observamos el objeto de estudio de quienes estudiamos agujeros negros y además porque la observación directa permite obtener una gran cantidad de datos científicos que permitirán comprobar si la relatividad general es la teoría que describe la gravedad en esos escenarios y además para comprender mejor como funcionan estos objetos llamados agujeros negros”, destacó el profesor del Observatorio Astronómico Nacional de la Universidad Nacional, Eduard Alexis Larrañaga.

Pese a que emociona el descubrimiento de la imagen, sobresale la duda de lo que significa un agujero negro y su impacto en el espacio. En términos sencillos, tomados desde la teoría de Einstein, un cuerpo celestial como un agujero negro es donde la materia, el espacio y el tiempo llegan a su fin y se desvanecen.

“Los agujeros negros son objetos colapsados completamente con una gravedad extremadamente fuerte, tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar de ellos. ¿Ahora, como se forman?”, explicó el docente. Pero, antes de esa respuesta el experto partió de las dos clases de este fenómeno: los agujeros negros estelares y los agujeros negros supermasivos.

“Los agujeros negros estelares son los que surgen de la muerte de una estrella que termina teniendo una masa entre decenas y centenas de masas solares. Por otra parte, están los agujeros negros supermasivos, estos son los que se encuentran en el centro de la galaxia como, por ejemplo, el que está en nuestra galaxia o el M87. Sin embargo, el origen de esos agujeros negros supermasivos no se entiende actualmente por completo, aunque hay algunas teorías, pero ninguna aceptada completamente”, agregó Larrañaga.

En ese sentido, el M87 concuerda con la teoría de la relatividad de Albert Einstein y con la comprensión a la que ya han llegado los científicos de que un agujero negro es un objeto que consume todo tipo de masa, hasta la luz misma. “Los agujeros negros, al igual que cualquier otro objeto astrofísico que tenga gravedad, puede ganar masa absorbiendo. En el caso de la fotografía lo que se ve claramente es el material que está cayendo. La luz naranja o rojiza que se veía a su alrededor es la materia que va dentro del agujero y que se calienta, emitiendo radiación y estando sin fondo”, apuntó el experto.

A la par de esta definición, el director del Observatorio Astronómico de la Universidad Sergio Arboleda, Raúl Andrés Joya Olarte, expresó que este es el resultado de varios años de trabajo y esfuerzo condensados en una imagen tras cientos de años de solo teoría y ecuaciones.

“Este es el primer agujero que se puede evidenciar, resultado de una suma de mucha información de radiotelescopios. Esta imagen no es el dibujo de un artista, no es la representación que pueda hacer un astrónomo sobre un papel, sino que realmente es una suma de imágenes que lo muestran como una foto final. Con esto estamos dándole la razón a los años de teoría que llevan los científicos estudiando este campo de la relatividad general”, apuntó el experto en astronomía.

Pese a las explicaciones que intentan ser lo más claras posibles para la comprensión, la mente humana no asimila del todo el tamaño del M87 o su distancia, donde la masa de este agujero equivale 6.500 millones de veces la masa del Sol. Este dato, para Joya Olarte, evidenció que es uno de los agujeros negros más grandes y pesados que existen.

“La forma más fácil de comparar el tamaño de ese agujero negro sería con el de nuestro sistema solar. Aunque no lo comprendemos todo, podemos imaginarnos la órbita del planeta Neptuno, que es el que está más lejos del sol, y en donde perfectamente cabrían varias veces nuestro sistema solar a lo largo de ese agujero negro. Es decir, que tenemos un tamaño macro, macro de agujero. No es fácil conseguir ese tipo de agujeros en otras galaxias que fue para el caso de la M87”, indicó el profesor de la Universidad Sergio Arboleda.

Ante esto, los científicos concuerdan en que este tipo de trabajos permitirán reevaluar todos los modelos de la creación, formación y final de las galaxias en el estudio del universo con aplicaciones prácticas para los seres humanos con un gran impacto en la investigación.

“Colombia es un país que está cosechando astrónomos profesionales, quienes se encuentran la mayoría en el extranjero y esto va a permitir que realicemos grandes aportes a futuros hallazgos. La fotografía del M87 cambio la visión que teníamos de años de teoría y la comprobó, hizo tangible tantos pensamientos. Con esto está empezando un buen tiempo para astronomía”, puntualizó Joya Olarte.

En busca de Sagitario A *

Con la imagen revelada, un sinfín de dudas continúan navegando por el universo científico en donde continúa la búsqueda de la foto de Sagitario A* (se lee Sagitario A estrella) o Sgr A*, el agujero negro masivo en el centro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.

Aunque parezca extraño, según el docente de la Universidad Nacional, es más difícil lograr una imagen de Sagitario A* que de un agujero negro en una galaxia distante. “Esto se debe a que, por razones aún desconocidas, el anillo de fuego en torno al agujero negro de la Vía Láctea es más pequeño y menos brillante, además de la contaminación que hay para poder profundizar en la ubicación”, explicó.

A la par, los científicos del EHT han manifestado que aún les quedan detalles por revelar con respecto al M87 en donde el mayor impacto del hallazgo fue la expansión de conocimiento alrededor del mundo en el gremio científico.

“La observación continúa y la colaboración de telescopio horizonte de eventos también. Los encargados de esta investigación seguirán observando otros agujeros negros. Se pretende mejorar la resolución, incluyendo más radiotelescopios o disminuyendo la longitud de onda, lo seguro es que en los próximos meses empecemos a escuchar de más fotografías”, concluyó el docente Eduard Alexis Larrañaga.