¿Qué podría contener una reforma laboral para reducir el desempleo?

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Desde diferentes gremios se han empezado a ambientar propuestas para flexibilizar el empleo y hacerlo menos costoso para las empresas, con el argumento de que haya más colombianos ocupados. ¿Qué tan viables son estas propuestas?

La tendencia creciente en las cifras de desempleo, que parece negarse a ceder, tiene al país económico pensando en la necesidad de una reforma laboral.

No han sido pocas las voces que en las últimas semanas se han pronunciado al respecto. El tema ha venido tomando fuerza a medida que se conocen los informes del Dane sobre Mercado Laboral, el último de los cuales dio como resultado un aumento del 1,6% en el desempleo para el mes de agosto, con una tasa del 10,8%.

Con este, ya van 17 meses consecutivos de aumento del desempleo en el país. Además, las cifras revelan que en agosto al menos 391.000 personas perdieron su empleo, lo cual implica que el total de desocupados es de 2,6 millones de personas en todo el país.

Frente a las razones que han llevado al país a presentar tasas tan poco alentadoras, no ha habido mucha claridad. Hace dos meses, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, admitió desconocer los motivos de esta situación.

Con el fin de frenar los índices de desempleo y buscar soluciones profundas, se ha planteado una reforma laboral como solución general y definitiva. A finales de septiembre se conocieron detalles de la primera propuesta de reforma, abanderada principalmente por Fenalco, en la que se proponía entre otras cosas la flexibilización de los procesos de contratación y el pago por horas. También se recomendaba eliminar las horas extra nocturnas y dominicales triples y la creación de dos tipos de salario mínimo: uno urbano y otro rural.

Desde el Ministerio de Trabajo se viene preparando una reforma laboral, que por lo que se ha anticipado apunta a la flexibilización laboral. Lo que se busca es poder contratar por horas, con una menor carga prestacional y a través de mecanismos menos complejos, que permitan reducir las tasas de informalidad. Según el Ministerio de Trabajo, de 23 millones de trabajadores en Colombia, solo 8’300.000 cotizan. El resto está en la informalidad.

El centro de pensamiento de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, terminó de calentar el debate esta semana al proponer un salario mínimo diferencial para trabajadores menores de 25 años, a quienes se les pagaría solo el 75% del salario mínimo legal vigente. El argumento de la propuesta es la carga de costos laborales para las empresas, la cual es considerada por la Anif como uno de los factores que más deterioran el rendimiento laboral en el país.

“En la actualidad, uno de cada cuatro colombianos está accediendo a los derechos pensionales. Eso es muy poco, necesitamos una reforma laboral que nos ayude a mejorar esas cifras”, expresó el presidente del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento Angulo, en la apertura de la asamblea de la Anif.

Pero, más allá del agitado debate que generan este tipo de propuestas, ¿qué tan viable es que se concreten?

El economista José Roberto Acosta asegura que no existe un fundamento técnico que demuestre que la reforma puede llegar a funcionar. “Lo que sí es cierto, por sentido común, es que si se le baja el costo a la mano de obra, probablemente aumente la demanda por esa mano de obra barata. Pero en la sumatoria, la demanda agregada o capacidad adquisitiva de los hogares no se va a incrementar. Simplemente se va a repartir la actual demanda agregada entre más gente por cuenta de esa disminución salarial”.

Por su parte, el director del Cerac, Jorge Restrepo, considera que hay algunas propuestas que, en general, podrían resultar convenientes para reducir las tasas de desempleo. Una de ellas es la expresada por el docente de la Universidad de los Andes, Marc Hofstetter, de reducir las jornadas laborales.

“En ocasiones las reducciones a la jornada laboral han sido propuestas como una herramienta para luchar contra el desempleo. Sin embargo, la evidencia muestra que los efectos sobre empleo tienden a ser pequeños. Ese no es un argumento ganador. Sí parece haber efectos positivos sobre ingresos por hora y productividad”, expresa Hofstetter en una columna titulada ‘Reducir la jornada laboral es un debate que debemos dar’.

Al respecto, Restrepo afirma que “eso probablemente tenga un efecto en la creación de puestos de trabajo, sobre todo en servicios, bien sean de comercio, de salud o educativos”. Sin embargo, el analista considera que el resto de propuestas realizadas no son realmente efectivas.

 

¿Cómo interpretar la ‘flexibilidad laboral’?

La mayoría de las propuestas coinciden en orientarse a reducir los costos para las empresas de contratar trabajadores. Si los pueden contratar por horas o pagarles menos del salario mínimo o con menos prestaciones sociales, la teoría es que los empresarios se van a ver impulsados a contratar más trabajadores. Algunos analistas, sin embargo, no creen que esto ocurra en realidad.

“Hay que recordarles a los empresarios que sus ventas y sus ingresos dependen de una buena remuneración de sus trabajadores. De modo que plantear la reforma laboral solo desde la perspectiva de oferta, sin tener en cuenta el componente de demanda, es un error craso desde el punto de vista técnico y desde el punto de vista de política por parte del gobierno”, afirma Acosta.

Y explica: “flexibilización del mercado laboral es un eufemismo para hablar de abaratamiento de la mano de obra; es una exigencia por parte de los empresarios para tratar de recuperar el margen de ganancia que ha venido en crecimiento a nivel global”. Eso, afirma Acosta, le daría un golpe a la demanda, lo cual repercutiría en una afectación al que, considera, es el principal motor de crecimiento económico de Colombia.

De otro lado, el director del Cerac afirma que “efectivamente se necesita una reforma al contrato de trabajo para permitir mayor flexibilidad con cumplimiento de los aportes a la seguridad social y sin evasión, particularmente en empleos ocasionales”.

 

Salario mínimo diferencial

Las propuestas que se han barajado también se orientan a reducir el salario mínimo, pero no de manera general, sino parcial. Para los más jóvenes, como lo propuso ANIF, o en algunas regiones, como lo sugirió Fenalco.

Sobre este punto, Jorge Restrepo cree que, en términos laborales, este tipo de salarios podrían traer beneficios, aunque, desde el punto de vista político enfrentarían dificultades en su implementación. “Tal vez una manera más sencilla de implementarlo sea descentralizar la decisión sobre el salario mínimo. Hacer una modificación a la manera en que se fija el salario mínimo”.

Acosta recuerda que esto ya se probó en México pero no funcionó como se esperaba. “No podemos seguir ensayando a costa de los trabajadores propuestas para beneficiar a un grupo económico en detrimento de la mayoría”, concluye.

Si bien hay cierto consenso sobre la necesidad de una reforma laboral, sacarla adelante, no solo por la dificultad de poner de acuerdo a los economistas, sino por el costo político que puede llegar a tener, no parece por el momento una tarea nada fácil.

Credito
COLPRENSA

Comentarios