Teletrabajo, una opción necesaria que todavía tiene muchos obstáculos en el país

El trabajo a distancia no es contractual pero conlleva un consenso entre empleador y colaborador para establecer las condiciones en las que se realizará.
Crédito: COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La llegada y propagación del coronavirus a Colombia en la última semana obligó al Gobierno a tomar medidas preventivas.
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Una de ellas, con el fin de evitar aglomeraciones de personas, es la de implementar el teletrabajo, una medida que, según expertos, se emplea en al menos un 29% de las empresas privadas y públicas del país.

Los especialistas coinciden en que aunque es una opción válida, necesaria y útil, se deben superar barreras que obstaculizan que esta modalidad sea empleada de manera más efectiva en Colombia y que no se generen problemas de productividad.

Una falta de cultura de trabajo a distancia, débiles lazos de confianza entre empleador y empleado y una infraestructura incompleta que permita realizar las mismas acciones en casa que en la oficina, son algunos de los limitantes que identifican especialistas en recursos humanos sobre este tema.

“Lo primero que hay que evaluar es un tema de cultura organizacional, donde las empresas se preparen para darle las herramientas a sus empleados y confíen en sus colaboradores para que hagan trabajo desde su casa de manera autónoma, que estén mucho más enfocados en la generación de resultados a estar atendiendo desde un puesto las necesidades permanentes”, explica Juan Carlos Corral, gerente de Desarrollo Humano de la Universidad EAN, quien hace énfasis en que la confianza entre las personas es fundamental para que el teletrabajo funcione de forma efectiva.

La desconfianza, dice Corral, se da porque en Colombia persiste una cultura laboral muy basada en la asistencia a lugares de trabajo y el cumplimiento de un horario específico, en especial por parte de quienes están en altos cargos, quienes sienten temor de que el empleado no esté haciendo un buen uso del tiempo para las labores que debe desempeñar.

“Si se cree en los colaboradores y se trabaja en capacitación para tener permanente contacto y buena comunicación con ellos, la empresa se podrá orientar hacia los resultados y no hacia la cantidad de horas que una persona está sentada en un escritorio.

Si uno espera ver al colaborador a través de la cámara o vigilar si está en su puesto, lo que logrará es que él cumpla en tiempo, más no en objetivos”, indicó Corral.

Esta misma postura la comparte la docente de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de los Andes, Paola Rozo, quien está convencida de que hacer el tránsito hacia el teletrabajo podría llevar a que las empresas se beneficien de vincular personal con ideas nuevas, distintas e innovadoras, porque son más jóvenes y tienen una cultura de flexibilidad laboral.

“El cambio de mentalidad se está dando, no en todas las industrias, pero sí hay un cambio generacional, las personas millennials hacen contactos y crean sus redes a través de Internet y plataformas como LinkedIn, entonces a una persona de esta generación es muy difícil contratarla bajo estas condiciones de trabajos de horarios de oficina, y se corre el riesgo de que las empresas empiecen a perder talento por esa rigidez”.

Y aunque las medidas del Gobierno en el caso del teletrabajo no son obligatorias, el titular de la cartera laboral, Ángel Custodio Cabrera, precisó que “cualquier cosa puede pasar, todo es posible, estamos en la etapa de contención, cuando lleguemos a la etapa de mitigación estudiaremos esas medidas”, por lo que los expertos creen que el país debe aprovechar esta situación para avanzar en implementar el teletrabajo y el trabajo a distancia en más sectores.

 

Un paso necesario

De acuerdo con el Ministerio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (Mintic), en el país hay cerca de 13.000 empresas que implementan esta modalidad.

Según un estudio de penetración de teletrabajo en empresas colombianas, entre el 2012 y el 2018, 90.725 personas empezaron a laborar con este tipo de trabajo, yendo de 31.553 a 122.278 en ese periodo.

Sin embargo, uno de los obstáculos que se presentan para este crecimiento es el de la penetración de Internet en el territorio nacional, la cual es del 61%.

El Mintic señaló que actualmente están trabajando en mejorar la conectividad en los hogares, justamente pensando en avanzar hacia una mayor capacidad de teletrabajo.

“Aunque hay diferencias en los niveles y velocidades, teniendo en cuenta que la velocidad promedio es de 13 mb/s (megabit por segundo), se pueden cubrir las necesidades básicas de conectividad. Los trabajadores pueden hacer cosas como descargar documentos, consultar el correo electrónico, atender llamadas y videoconferencias. Estas actividades no tienen un consumo alto de datos, por lo que sí se pueden cubrir en el hogar”, indicó Germán Camilo Rueda, viceministro de economía digital del MinTIC en diálogo con Colprensa.

Pero el obstáculo tecnológico no solo está en las redes de Internet, también está en la infraestructura empresarial, que son las herramientas que las compañías deben garantizar a sus empleados para que hagan su trabajo en un lugar distinto a la oficina.

Eso significa que si uno de los empleados necesita computador, tablet, plan de minutos o Internet en el celular, o un software específico, debe garantizarlo.

La profesora Rozo dice que para superar esta limitante, es necesario que las empresas públicas y privadas del país hagan un mapeo de sus empleados y las funciones que cumplen, con el fin de identificar cuáles labores se pueden hacer a distancia y, de esta manera, definir objetivos de ambas partes.

“Las empresas tienen que mapear a sus actores, tiene que saber qué labores se pueden hacer remotamente y cuáles no. Para las actividades que se puedan hacer fuera de la oficina hay dos opciones y tienen implicaciones jurídicas distintas, que son el teletrabajo y el trabajo a distancia”, manifestó.

Rozo añade que aunque es responsabilidad de las compañía garantizar que el empleado tenga las herramientas para realizar su trabajo, con la llegada del coronavirus se hace urgente que haya acuerdos de cumplimiento de responsabilidades, y añadió que esta coyuntura debe servir para que se creen protocolos que lleven a que haya más empleados haciendo teletrabajo o trabajo a distancia, que aunque parecidos, son conceptos distintos.

Sobre este tema, Mónica García Mónica García, directora de la Federación Nacional de Gestión Humana -Acrip- agrega que otra manera de garantizar el éxito del teletrabajo es que las reglas de juego queden claras. En el caso de las empresas, estas tienen la responsabilidad de ser claras y precisas con los objetivos, las actividades y los indicadores de gestión, que el empleado comprenda y las acepte, para que el teletrabajo pueda funcionar de manera óptima.

Mientras que de parte de los empleados existe una responsabilidad con sus actividades y sus reportes de gestión para que la productividad de la empresa no se vea afectada.

 

Universidades y empresas ejercen el teletrabajo

Universidades como los Andes, EAN, y organizaciones como el AMV (Autorregulador del Mercado de Valores) han implementado en sus instituciones el teletrabajo como medida preventiva para evitar el contagio de coronavirus.

Juan Carlos Corral, gerente de Desarrollo Humano de la Universidad EAN, explicó que en la EAN se tomó la medida porque los gerentes y altas directivas de la institución estuvieron convencidas de que el teletrabajo es un tipo de empleo flexible, confiable y efectivo para la productividad.

“Cuando hay una confianza en la funcionalidad del modelo, eso se ve reflejado en los líderes de cada uno de los procesos y en los mismos colaboradores porque hay una organización para que las tareas a realizar sean exitosas. Cuando salió la normatividad que permitía el teletrabajo en 2008, la universidad no solo apostó a la educación virtual sino también al trabajo desde casa. Al inicio teníamos 15 maestros, ahora toda nuestra planta docente labora mediante este tipo de empleo”, recalcó Corral.

Sep

Recomendaciones

El viceministro de economía digital del MinTIC, Germán Camilo Rueda, recomienda a las empresas adoptar horarios flexibles con el propósito de disminuir el riesgo por exposición en horas pico, bajar el número de reuniones presenciales o concentración de varias personas en espacios reducidos de trabajo y con baja ventilación y evitar áreas o lugares con aglomeraciones en los que se pueda interactuar con personas enfermas.

“En cuanto a los trabajadores que adopten el teletrabajo se sugiere acordar con los empleadores las condiciones en las cuales se va a tomar este modelo de empleo. Además se debe hacer un aprovechamiento máximo de la tecnología para el beneficio de todos y hacer una demostración de que se puede lograr este paso para cumplir con las funciones establecidas, ser productivo y lograr la transformación digital basada en la confianza.

 

No es lo mismo que trabajo a distancia

Mónica García, directora de la Federación Nacional de Gestión Humana -Acrip-, resaltó que lo que une al teletrabajo con el trabajo a distancia es que hay una relación laboral y una supervisión. Sin embargo, aunque son parecidas, estas dos modalidades tienen sus diferencias.

“El teletrabajo es una nueva modalidad laboral a distancia que permite a los trabajadores a través de los usos de la tecnología y los avances en tema de comunicación desarrollar todas las actividades desde su domicilio o desde un lugar diferente a la oficina. El Home Office es una modalidad que ya muchas empresas han implementado y consiste en que el trabajador va a la oficina y cualquier día de la semana se les da la oportunidad realizar sus actividades desde su hogar”, explica García.

Además de esto, la docente de la Facultad de Administración de empresas de la Universidad de los Andes, Paola Rozo, resaltó que a diferencia del trabajo a distancia, en el teletrabajo la ARL debe determinar si en el hogar del colaborador se cuenta con las condiciones de ergonomía y salud ocupacional para realizar sus labores.

“La ARL tiene que verificar en dónde están trabajando las personas, verificar que tengan el computador, una silla ergonómica que cumpla con todas las disposiciones en temas de seguridad y acceso a Internet. Cabe resaltar además que los teletrabajadores tienen los mismos derechos y deberes que quienes están en una oficina y deben recibir los debidos pagos de seguridad social”.

Credito
COLPRENSA

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