Una hidroeléctrica, una exalcaldesa-candidata y un negocio que no convence a nadie

EL NUEVO DÍA
Roncesvalles es un municipio del occidente del Tolima, en la frontera con el Valle del Cauca, de poco más de 10 mil habitantes.

Está justo al Norte del Cañón de las Hermosas, el refugio del frente 21 las FARC, por lo que la presencia guerril­lera es una constante. Así que allí la mayoría de personas se dedican a la ganadería de lácteos, la siembra de amapola, o se van con la guerrilla (muchas veces obligados).

Pero Roncesvalles también en un lugar conocido como La Ensillada, en la vereda San Marcos, cuenta con una caída de 400 metros del río Cucuana, lo que permitió la construcción de una hidroeléctrica de filo, es decir, una que aprovecha el paso del agua y que no necesita de un embalse o una represa (y no destruye los ecosistemas aledaños).

La posibilidad de construir allí una planta generadora de energía estuvo en el aire desde mediados del siglo pasado, cuando la antigua empresa electrificadora del Tolima hizo estudios de prefactibilidad y factibilidad, pero no hubo avances en la construcción.

El proyecto sólo comenzó a moverse desde principios de la década pasada, después de que fue socializado un nuevo proyecto en el Municipio, principalmente por la organización ambiental Fundación Madremonte. La Fundación, preocupada por las especies en inminente peligro de extinción en la zona, decidió proponer el proyecto de la hidroeléctrica como una manera de volver económicos los recursos naturales sin tener que destruirlos y como una manera de generar riqueza para los habitantes de la región pues, según ellos, el principal enemigo del medio ambiente es la pobreza.

En cualquier caso, en el Municipio acogieron la propuesta y el Concejo Municipal, en un acuerdo del 7 de marzo de 2004, decidió declarar el sitio de la caída de agua y sus alrededores una reserva forestal (amparándose en el artículo 313 de la Constitución), para así asegurarse de que el Municipio pasara a administrar ese terreno y las ganancias económicas que generaría y evitarse que se declarara Parque Nacional y todo esto pasara a manos del Ministerio de Medio Ambiente.

En ese acuerdo, el Concejo también autorizó a la entonces alcaldesa, María Leyla Cubillos, para que constituyera una Sociedad Comercial de Mercadeo y Comercialización que pudiera vender bonos de CO2 en el mercado internacional a países que, según el Protocolo de Kyoto, no han cumplido con su cuota de reducción de emision de gases nocivos.

En otro acuerdo del mismo día, el Concejo autorizó a la entonces Alcaldesa para “participar en la constitución de una sociedad comercial (...) con el objetivo específico (de) proyectar, desarrollar y ejecutar el proyecto de la Hidroeléctrica del río Cucuana”.

El Concejo hizo explícitas dos condiciones para la constitución de esta sociedad: la primera, que “el Municipio tendrá un aporte al capital pagado ­mínimo del 10 por ciento, consistente en la materia prima ­vital para desarrollar el proyecto de Hidroeléctrica, porcentaje que será el beneficio que tendrá el Municipio en forma in­­de­finida”.

La segunda, que “la materia prima del objeto de la empresa que se autoriza constituir, se declara inalienable, imprescriptible, inembargable y este patrimonio no puede ser enajenado por ninguna circunstancia”.

También en la escritura pública de constitución de la empresa, que se llamó “Ecocucuana S.A.”, de mayo de 2004 -en la que participaron la alcaldesa Cubillos, la Fundación Madremonte y otros- se citan estas condiciones puestas por el acuerdo del Concejo y en ese mismo documento se le entregan la mitad de las acciones del patrimonio actual de la empresa al Municipio.

Todo esto, para asegurarse de que el Municipio recibiera a perpetuidad parte de las ganancias generadas por la hidroeléctrica y de que pudiera tener dinero para reinvertir en el desarrollo de la población.

Pero en octubre de 2007, el Concejo Municipal, en un acuerdo nuevo, concedió facultades a la Alcaldesa para firmar acuerdos y convenios para hacer estudios técnicos y ambientales para desarrollar el proyecto de la hidroeléctrica. El Concejo determinó que sólo había un iversionista interesado en este tipo de acuerdos: la Empresa de Energía del Pacífico S.A., Epsa, una empresa que ya había trabajado con otras plantas hidroeléctricas en el país, como Hidroprado, en el Tolima, y varias otras en el Valle del Cauca y que además fue cercana a Angelino Garzón cuando fue Gobernador del Valle.

El acuerdo del Concejo, además, dice que “La Alcaldesa Municipal (...) podrá ceder, traspasarlos (sic) recursos comprometidos dentro del marco del proyecto, derechos y solicitudes de trámite que el municipio de Roncesvalles haya elevado ante las autoridades pertinentes, que sean indispensables para el proyecto”.

Con este permiso, en noviembre de 2007 Cubillos suscribió un acuerdo de cooperación con Epsa S.A. en el que, esencialmente, el Municipio vendió el proyecto de la hidroeléctrica a Epsa por mil 120 millones de pesos (la mitad fue al municipio y la mitad a los otros socios de Ecocucuana), dejando así de recibir el porcentaje de las ganancias que el Concejo antes había querido proteger.

Según varias personas en Roncesvalles consultadas por La Silla Vacía, los concejales (que tienen un nivel de educación de primaria, en la mayoría de los casos), decidieron firmar el acuerdo pues la entonces alcaldesa Cubillos les prometió que si Epsa pasaba a manejar la hidroeléctrica, sería rebajada la tarifa de electricidad en un 20 por ciento.

Sin embargo, en el acuerdo suscrito entre la Alcaldesa y Epsa, se dice que “no es obligación de Epsa ESP la prestación del servicio público domiciliario de energía eléctrica en el Municipio, y, en consecuencia, lo establecido en el Acuerdo Municipal No. 05 del 7 de ­marzo de 2004 sobre descuentos en materia tarifaria no le ­aplicarán bajo ninguna circunstancia”.

Así que en Roncesvalles no obtuvieron el descuento de la tarifa de la luz, pero también se quedaron sin los seis mil millones de pesos que los miembros de la Fundación Madremonte calculaban que le entrarían al Municipio cada año gracias a la operación de la hidroeléctrica.

Por esto, en 2008, la Fundación Madremonte entabló una demanda contra el Municipio de Roncesvalles y Ecocucuana S.A. (a pesar de que ellos hacían parte de esta empresa, no quisieron recibir el dinero que les correspondía tras la venta del proyecto) ante el Tribunal Administrativo del Tolima, que sigue en curso.

Cubillos respondió en 2009 denunciando a Ricardo Vanegas, representante de la Fundación, por injuria y calumnia. Además, en febrero de ese año, defendió su proyecto en el diario EL NUEVO DÍA, de Ibagué, diciendo que “la negociación con Epsa fue transparente. Logramos vender el proyecto a un inversionista con capacidad económica, pues ni el Municipio de Roncesvalles, ni Ecocucuana tenían la posibilidad de ejecutarlo”.

La campaña y la quiebra

Ahora Cubillos, quien llegó a la Alcaldía en 2003 por el Partido Liberal, quiere repetir y por el mismo partido, e inevitablemente en su campaña surge el tema de la hidroeléctrica.

La Silla Vacía le envió correos e intentó contactarla telefónicamente, pero no pudo hablar con ella. Sin embargo, en una declaración que dio a Ecos del Combeima, una emisora radial de Ibagué, hace tres semanas, defendió la venta de la hidroeléctrica y dijo que Roncesvalles todavía tiene el seis por ciento del proyecto, pues el tres por ciento le llegará directamente y el otro tres a través de lo que reciba la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, que lo tiene que reinvertir en proyectos que beneficien a Roncesvalles.

También dijo en la entrevista que el negocio con Epsa fue completamente legal y que se hizo gracias al apoyo de Angelino Garzón, entonces Gobernador del Valle, quien intercedió ante la Junta Directiva de Epsa para ayudar a rescatar el proyecto que Roncesvalles no tenía cómo pagar.

Además, allí aseguró que en Roncesvalles ya se están viendo todos los beneficios de construir la planta: se ha creado por lo menos 140 empleos, se han pavimentado nuevas carreteras y reparado algunas viejas y cada vez se ven más negocios nuevos abriendo en el pueblo. Además, recuerda, no dejó al pueblo sin dinero de la hidroeléctrica, sino que le trajo a las arcas municipales 560 mil millones de pesos por su venta.

La plata se esfumó

Estos 560 mil millones se han vuelto motivo de controversia. Cuando Edwin Yaguara, del Movimiento Nacional Afrocolombiano, sucedió a Cubillos en la Alcaldía, el municipio encontró que le debía grandes cantidades de dinero a algunos contratistas, según dijo Yaguara a La Silla Vacía. Cubillos, en la entrevista ante Ecos del Combeima, dijo que le sorprendía que el actual Alcalde no haya pagado las deudas, pues ella dejó la plata para hacerlo.

Pero Yaguara, desde 2009, ha denunciado que Cubillos usó esa plata de la hidroeléctrica para pagar otras cosas y que, cuando él fue a buscarla, no encontró nada, así que no tiene cómo pagar las deudas del Municipio. “Si Edwin Yaguara tuviera cómo pagar las deudas del Municipio, lo haría”, dijo el actual Alcalde y se quejó de que, después de la venta, a la administración ya no le llegarán suficientes recursos para poder ponerse al día con las deudas.

Yaguara también dijo que ya le hizo conocer esta situación al Concejo y a la Contraloría del Tolima, que ya ha investigado el caso.

Cubillos, por su parte, recuerda que durante su administración el Municipio mejoró en prácticamente todos los índices departamentales y nacionales y se lamenta de que se haya perdido el rumbo y de que ahora, enfrentando estas deudas, el Municipio tenga que declararse en quiebra y pasar a hacer acuerdos de pago con sus acreedores. También cuestionó en radio el manejo que le ha dado Yaguara a los recursos públicos, pues ella insiste en que dejó lo necesario para ponerse al día.

Pero Yaguara se preocupa pues, según él, el seis por ciento del que habla la exalcaldesa corresponde a las regalías que comenzarán a llegar después de que comience a funcionar la hidroeléctrica y no se compara con el porcentaje de las utilidades de operación que correspondían al Municipio. Yaguara dijo que Roncesvalles enfrenta varias demandas que han agudizado la crisis fiscal, pero que el problema más grande que tiene el Municipio es la demanda de la Fundación Madremonte que, de perderse, le costaría a Roncesvalles unos ocho mil millones de pesos.

“De ser este el caso”, dijo el Alcalde a La Silla Vacía, “Roncesvalles no sólo tendría que entrar en Ley 550, sino que perdería la categoría de Municipio”.

Además, Yaguara dice que ha pensado denunciar a Cubillos por sus aseveraciones sobre el dinero de la hidroeléctrica, pues ya le han causado problemas de seguridad. También se queja de que hubo varias irregularidades más en el proceso de venta de la hidroeléctrica. Por ejemplo, dice que los otros socios de Ecocucuana que recibieron parte del dinero de la venta, María Ruby Achuri, Ana Zoad Barrera, Jorge Enrique Rodríguez y Luz Ángela Rodríguez, son prácticamente desconocidos en el pueblo y que en Roncesvalles ya hay rumores de que ellos son cercanos a personas que han trabajado con Cubillos y con el exgobernador del Tolima Fernando Osorio (quien llegó al cargo en 2005).

Sobre esto, Cubillos dijo en la entrevista radial que quienes recibieron dinero eran simplemente asesores que ayudaron a que el negocio pudiera sostenerse en curso y que era un pago justo.

Pero Yaguara, así como otras fuentes de Roncesvalles, dijeron a La Silla Vacía que Cubillos está haciendo campaña para estas elecciones ayudada por Epsa, pues ella está pidiendo hojas de vida entre los votantes, asegurándoles que podría conseguirles puesto en la hidroeléctrica.

La Silla Vacía no pudo obtener respuesta de Cubil­los sobre esta afirmación. Pero lo cierto es que, sin duda, la hidroeléctrica estará moviendo todo en las elecciones de octubre en Roncesvalles.

Credito
LA SILLA VACÍA

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