Un “superarroz”, el nuevo estofado de los investigadores

Las plantas de arroz serán más productivas y eficientes a la hora de aprovechar aguas y fertilizantes. Los investigadores estiman que para atender la creciente demanda se tendrá que trabajar con arroces OGM en el futuro.

Al arroz lo acorralan unas cifras que no sólo son un verdadero reto para ese cultivo, sino que lo ponen en una especie de carrera contra el tiempo, pues medio planeta vive de su consumo y ese requerimiento crece a cada segundo.

Es decir, el mundo necesita arroz como arroz y para lograr atender su demanda, los investigadores trabajan en la búsqueda de variedades de mayor rendimiento, que consuman menos agua, buen proceso industrial y excelente ­cocción.

De acuerdo con César Pompilio Martínez Racines, genetista y director del Programa de Arroz del centro Internacional de Agricultura Tropical, Ciat, en Palmira, Valle, las nuevas investigaciones, un propósito mundial,  permitirán un 15 por ciento más de producción del grano, con lo cual podrán ser atentidas las necesidades del mundo.

En el Ciat se reunieron 30 de los científicos arroceros más sobresalientes del mundo y acordaron, así, esa cruzada tecnológica con el fin de aumentar por centímetro cuadrado el rendimiento de ese cereal.

“Una muestra de lo anterior son los avances que se han efectuado en Colombia, donde el Ciat trabaja desde 1967 con Fedearroz como socio estratégico y han llevado a que, en la actualidad, se tenga más de 10 variedades de alto rendimiento que pueden ser plantadas en el país arrocero y que han permitido triplicar las producciones por hectárea.

 â€œEn el país sólo se tenía una variedad importada y lograr una nueva es una labor que demanda un lustro trabajando todos los días”, agregó.

Para el investigador del Ciat, se estima que la demanda mundial de arroz aumente más del 25por ciento para el año 2035.

“Hoy se necesita producir 699 millones de toneladas de arroz en cáscara (439 millones de toneladas de arroz elaborado), lo que significa que en 24 años hay que tener disponibles otras 174 millones de toneladas anuales de arroz paddy (con cáscara)”, agregó.
    
La nueva ruta

Para Achim Dobermann, director general adjunto de investigación en el International Rice Research Institute, Irri, la investigación en la llamada “Revolución Verde” entre 1960 y 1970 y la era de las megavariedades” se acabó.

Por lo anterior, pidió un nuevo enfoque “para lograr mejoras graduales en genética sistemática para potencial de rendimiento”.

Según el directivo, debe haber mayor énfasis en la diversidad de enfoques de mejoramiento de arroz a escala mundial.

“Estos incluyen el desarrollo de arroz híbrido, por ejemplo, que hasta ahora ha sido aplicado con resultados prometedores, pero sólo en desarrollos regionales”.

Dobermann dijo que serám probadas todas las variables, incluso, el “aumento gradual de la fotosíntesis en el arroz, que si tiene éxito, podría ofrecer un salto cualitativo en el potencial de rendimiento”.

Los objetivos

Durante el taller en el Ciat, los investiga­dores arroceros le apostaron a tres ­categorías para el mejoramiento arrocero.
A. Van por una planta más eficiente a través del método de pirámide de los genes asociados, es decir, los rasgos más sobresalientes de cada planta llevarlos a una, basado en un amplio conocimiento de la ­fisiología de arroz.
Esta tecnología se trabaja desde 1990, pero en ese entonces no alcanzó las expectativas.

B. Igualmente los investigadores tendrán­, sobre la mesa, las herramientas más poderosas de la biología molecular y toda la nueva información tecnológica en los campos de la genómica de cultivos y phenomics.

Tendrán “centrales virtuales”. El arroz híbrido, desarrollada por científicos chinos,­ “se ha traducido en un incremento del ­rendimiento impresionante de 15 a 20 por ciento. El Programa en el IRRI busca extender estos beneficios a otros países asiáticos”, agregó.

C. Se apropiarán de la “selección recurrente” para los convencionales “pedigree” para la producción de arroz. Esta tecno­logía se trabaja en el mejoramiento del maíz.

Las espigas en Colombia

La evolución del arroz en Colombia es el fruto de investigaciones que vienen desde los años 60.

De acuerdo con Rafael Hernández Lozano, gerente de la Federación Nacional de Arro­ceros, Fedearroz, el país arrocero inició en los años 60 con unas variedades importadas de los Estados Unidos, pero muy susceptibles a las enfermedades propias de las zonas tropicales.

Sus producciones eran de 2,5 toneladas por hectárea.

Hacia los años 60, nació el triangulo de investigaciones compuesto por el ICA, Ciat y Fedearroz, entidades que trabajaron con variedades del IRRI; de ahí surgió el IR8 e IRR22, que llegaron a producir entre 4,5 y cinco toneladas por hectárea.
Luego vinieron los Sika 4, Sika 6 y Sika 8, que fueron arroces de mayor calidad indus­trial y muy buena cocción.
Según Fernández Lozano, seguidamente vino una gran serie de variedades, hasta llegar a tener cerca de 10, para todas las zonas del país.

Las producciones actuales tienen una media de 7,2 toneladas para arroz riego y 5,5 toneladas para las siembras secanas.

“Hace 10 años, los investigadores, a través de la vía genética, se propusieron aumentar la productividad de la planta en 20 por ciento; pero los resultados fueron tan excelentes que se llegó a 25 por ciento”, agregó.
Hoy, las indagaciones van por una planta que requiera de menos agua, menos insumos y sea más eficiente a la hora de producir granos.

Ahora le apuntan a las nueve toneladas por hectárea.

Credito
MARCO A. RODRÍGUEZ PEÑA

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