Campo Elías Terán: El rey del noticiero popular en Cartagena

COLPRENSA
Campo Elías Terán Dix no sólo es el narrador deportivo más conocido de la región. También es el lector de noticias que, por la chispa y estilo que le pone a este oficio, tiene a la ciudad revolucionada.

Pero, además, es el hombre que tiene muchas historias para contar, todas llenas de picardía, y las que no tienen este ingrediente, pues él se lo pone sin ningún problema. 

Ciento ochenta y tres metros de estatura y 100 kilos de peso conforman la humanidad de este personaje nacido en el municipio cordobés de San Antero, aun-que en los tiempos en que él nació –14 de junio de 1949- todavía esa parte del territorio costeño pertenecía a Bolívar. 

Es tanto el contacto que tiene con su natal San Antero que se enorgullece en decir que fue uno de los creadores del legendario Festival del Burro, evento tan lleno de jocosidad que no queda más que decir que sería casi un milagro que no estuviera detrás de él.

La vida de Campo Elías Terán, según sus propias palabras, siempre ha estado acompañada de la suerte.

Llegó a Cartagena como llegaron tantos otros hombres sabaneros: a estudiar a los colegios de esta ciudad porque en sus poblaciones no había colegios de bachillerato, lo cual marca una diferencia entre los jóvenes de antes y los de ahora. “Antes nos veníamos a estudiar para salir adelante, y ahora se vienen es huyendo de la violencia a engrosar los cordones de miseria a una ciudad que ni siquiera conocían”.

De San Antero llegó directo al Liceo de Bolívar donde terminó sus estudios de bachillerato.

Sus primeros acercamientos con un micrófono se dieron desde muy niño en San Antero donde anunciaba las películas en el teatro de la localidad. “En ese tiempo decían: Campito tiene voz en el micrófono”, dice Campo Elías, sentado en su oficina del edificio donde funciona la cadena radial RCN. Allí, con los ojos entrecerrados comenzó a recordar lo que ha sido su vida al frente de un micrófono.

Cuenta que cuando iba a pasar vacaciones le gustaba ir a la emisora Radio Progreso de Córdoba, en Lorica, a donde llegó con la “cancha” que había logrado en la emisora Voz de Cartagena, bajo el mando de Pepe Molina, quien se entusiasmó con él cuando lo escuchó animar una tómbola pro fondos de la iglesia de Torices, y quien lo contrató para hacer “algunas cositas” el fin de semana.

Ya egresado del Liceo de Bolívar partió a la Universidad de Antioquia a estudiar Administración de Empresa, aunque, a los seis semestres se retiró y comenzó a estudiar Administración Hospitalaria. En ese mismo tiempo aprovechó la convocatoria que hizo el Ministerio de Comunicaciones para sacar la tarjeta de locutor.

Con el título de administrador hospitalario bajo el brazo, la vida le tendría una sorpresa.

Por cuestiones políticas, en 1972, San Antero quedó sin alcalde, por lo que varios amigos le ofrecieron ese cargo. Después de pensarlo, aceptó, pero a los tres meses le tocó dejarlo porque, como “los políticos se la sabían todas”, lo querían meter en líos. Esos días, sin embargo, los mitigaba con su pasión por la radio, dado que nunca se separó de la emisora Radio Progreso de Córdoba donde montó un programa de baladas.

Un día cualquiera recibió una llamada de una joven llamada Nereida que le pedía la canción “Si supieras”, de Claudia de Colombia. Esa voz le sonó a campanitas en sus oídos, por lo que se hizo amigo de la joven, pero por teléfono. Un día cualquiera se pusieron una cita para conocerse en una heladería.

Era tanto la emoción que cuando llegó vio a dos jóvenes, pero como aún no la conocía se abalanzó sobre la que él creía que era Nereida, cuando en realidad era la amiga que ésta había llevado para que la acompañara. Después de las consabidas risas, siguió conversando con la mujer con quien tiempo después contraería nupcias.

Ya fuera de la alcaldía, unos “tipos políticos” lo nombraron administrador del Hospital San Jerónimo de Montería, cargo que compartía con la radio. En ese tiempo narró su primer partido. Después de ocho años en el San Jerónimo pensó en el futuro no sólo de él sino de sus hijos –Campo Elías Jr., Egla y Eliana, esta última de una primera relación.

Aceptó entonces un ofrecimiento de Radio Cadena Nacional para trabajar en Barranquilla. Tiempo después, con el furor del béisbol que se vivía en Cartagena, se presentó aquí una vacante en la misma RCN, por lo que no lo pensó dos veces. Aquí está desde el 20 de abril de 1983, tiempo en el que ha narrado béisbol, boxeo y ahora fútbol.

Pero si bien su voz en conocida en el ámbito de los deportes, ha sido el oficio de lector de noticias en el Noticiero Popular de la misma RCN donde se ha consagrado entre las clases populares por el estilo jocoso y las ganas eternas de mamar gallo que siempre tiene.

Dice que es tal la audiencia que diariamente reciben entre 70 a 80 llamadas de personas que se quieren ganar el sancocho “trifásico” que rifan todos los días. Aun-que no faltan las llamadas de personas que se quejan porque está metiendo por mal camino a algunas personas, como la nieta que se quejó porque por culpa de él su abuelo comenzó a comer panela con aguacate porque él dice en su noticiero que esa mezcla tiene mejor efecto que el Viagra. Lo malo es que el abuelo de este cuento es diabético.

Igual sigue con el cuento de los “hombres mandarinas”, que son aquellos que se “dejan pelar rápido”, como los pensionados que, después de cobrar su pensión, se dejan embaucar con “pelaítas barriguitas afuera que les quitan todo...”.

Dice que ama a su profesión porque ella no sólo le ha permitido salir adelante sino hacer feliz a mucha gente. Es de las personas que no pueden amanecer de mal humor porque él tiene que irradiar lo que promulga: el buen humor.

Otro asunto que lo llena de orgullo es que el año entrante se gradúa de Comunicador Social en la Universidad de Los Libertadores. “Ese es el mejor ejemplo que le quiero dejar a mis hijos: que querer es poder”.

Ahora mismo está empeñado en bajar de peso, para lo cual trota 45 minutos entre su apartamento y la emisora.

Su día comienza a las cuatro y media de la mañana y termina a altas horas de la noche. Su vida familiar, dice, que no ha fracasado porque está muy bien fundamentada y porque en su casa todos transpiran deporte y radio. Su hijo mayor, abogado, ya le sigue sus pasos. Ya hasta tiene grabadas las voces y el llanto de sus nietos Quique y Chevi, hijos de su higa Egla.

Así, con su acostumbrada expresión de “!Hombre... vea...! y su sonora carcajada comienza el día Campo Elías Terán Dix, el rey del Noticiero Popular... 

Credito
EL UNIVERSAL

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