Entregada en presencia de representantes de la Usaid Colombia, la Dirección de la Unidad de Víctimas, la Defensoría del Pueblo y grupos activistas, la investigación arrojó, entre otras cosas, que al no existir sistemas de información oficial que registren de manera diferenciada la forma como estas personas son víctimas de violencia, el Estado no puede tener mecanismos de prevención y protección efectivos.

Activistas de Colombia Diversa consideran que aunque se ha avanzado en el reconocimiento de derechos, el Estado, sus entidades y la gente del común, siguen teniendo “barreras” que les impiden aceptar tendencias de género diferentes a las tradicionales.

Además, el informe reportó que la violencia contra sus integrantes no solamente se da por odio, sino que tiene otro mensaje implícito: causar terror y zozobra en zonas específicas donde la presencia del Estado no es muy sonora. Esa, según los activistas, es el principal motivante de quienes actúan de forma agresiva con esa población.

“Esas cifras envían un mensaje de que las personas Lgtb no somos deseables y que el dolor, el castigo y posibilidad de borrar nuestras identidades está siempre latente”, explicó Mauricio Albarracín, director ejecutivo de Colombia Diversa.

¿Falta de preparación estatal?

Frente al tema de crimen contra esta comunidad, el informe concluyó que nuestro país aún no cuenta con sistemas de información oficiales que contemplen la orientación sexual e identidad de género de las víctimas. Esto, según el texto, impide el diseño de medidas efectivas que garanticen los derechos de las personas que ven vulnerados sus derechos a la vida e integridad personal.

Por su parte, Matías Matilda González, investigador y activista de Colombia Diversa, aseguró que el principal objetivo de la investigación es que la gente tome conciencia y asuma responsabilidad frente a los derechos de la comunidad: “Aún en Colombia por el hecho de ser Lgbt puedes recibir violencia en tu contra, que puede ir desde lanzamiento de objetos, homicidios, hasta violencia policial”, señaló.

Además, González hizo una crítica a la disposición y preparación de los funcionarios públicos encargados de tomar las denuncias y recopilar datos sobre las posibles violaciones a sus integrantes. Dijo que hay muchos de ellos a los cuales les falta preparación y “falta de interés” a la hora de escucharlos.

“Todavía encontramos funcionarios prejuiciosos que cuando hay crímenes contra personas Lgbt, presumen que las víctimas están relacionadas con la criminalidad”.

Más hallazgos

Asimismo el estudio titulado “Cuando el prejuicio mata”, afirma que los crímenes contra estas personas no son casos aislados, sino el síntoma y el resultado de una sociedad prejuiciada. De acuerdo con la organización, la violencia que se ejerce en este tipo de crímenes puede ser jerárquica o excluyente, de acuerdo a su finalidad.

“La primera se inflige para hacer sentir o para recordar el estado de inferioridad o subordinación y la segunda para liquidar lo que el otro cuerpo representa”, afirma el documento.

Frente a la prevalencia por zonas, el director de la entidad aseguró que hay departamentos con más tendencia a propiciar la violencia de género.

Los departamentos que reportaron más homicidios, achacables a persecución de género, durante el año 2012 fueron: Antioquia (26), Valle del Cauca (13) y Atlántico (12). Les siguen Cundinamarca (6); Cesar, Quindío, La Guajira, Magdalena y Quindío (reportaron 4 cada uno); Huila (3); Tolima (2) y finalmente Caldas, Chocó, Risaralda, Santander y Sucre (reportaron uno cada uno).

“Encontramos que hay departamentos abiertamente discriminatorios, donde las cifras suben. Por ejemplo Antioquia o Atlántico”, aseguró González.

EL LLAMADO

Con este “preocupante panorama”, Colombia Diversa hizo un llamado a las entidades del Estado para que empiecen a incluir dentro de sus variables a la población LGBT, “porque muchas veces se confunden las lesbianas, con los gay, los bisexuales y las personas ‘trans’ y así es imposible caracterizar los delitos y los individuos, pues responden a dinámicas muy diferentes”.

Igualmente voceros de la organización pidieron al Gobierno que ofrezca garantías reales para que los miembros de su comunidad vivan sin miedo. “Muchas veces los crímenes no buscan un objetivo específico si no enviar un mensaje para generar miedo. Eso quiere decir que en Colombia las personas LGBT aún vivimos con miedo”, concluyó Matías González.

VIOLENCIA POLICIAL

Además de esos hechos denunciados, la comunidad Lgbt también asegura que la violencia policial no ha cesado contra sus integrantes. Según el informe, el mayor número de casos conocidos y cometidos por agentes de la Policía se presentaron en Atlántico y Bolívar.

El texto también arrojó que personas ‘trans’ en ejercicio de prostitución son las principales víctimas de esta clase de acoso. Cuando se dirige a lesbianas, gay y bisexuales la violencia policial está motivada por la expresión pública de la orientación sexual.

“La violencia policial sigue siendo muy preocupante, ya que uno de los grandes problemas que tenemos es encontrarla y registrarla; de todas las denuncias que tenemos, la Policía solamente está registrando el 16% de esos hechos de violencia, lo cual es muy preocupante, porque nos dificulta el trabajo”, señaló González.

El activista manifestó que de este tipo de violencia, el 50 por ciento les ocurre a personas transgeneristas. Además, considera que la Fuerza Pública legitima sus crímenes en el prejuicio contra lesbianas, argumentando que éstas constituyen una amenaza o un peligro social. Además, los casos de violencia policial registrados por Colombia Diversa son contabilizados por hecho y no por número de víctimas, pues un solo hecho de este tipo puede involucrar a más de una persona, y cuando esto ocurre, normalmente no se detalla el número de personas involucradas.