“Se acabó la era de comprar y vender todo con mermelada”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La senadora de la Alianza Verde habla de cómo fue su llegada al Congreso, de los retos que tiene el Gobierno y del papel que cumplirá la oposición. Advierte que no volverán las épocas en que con mermelada se compraba y se vendía todo.

Son muchos los sentimientos y emociones que tiene Claudia López. Una, la emoción que le significa ser miembro del Senado de la República, otro el impacto que le provoca estar sentada junto a muchos de los dirigentes políticos a quienes ha cuestionado por su proceder proclive a la corrupción o por tener antecedentes judiciales no claros, y también porque espera que al final de estos cuatro años en que va a estar como senadora, valga la pena haber prestado este ‘servicio político a la Patria’.

Hace una semana comenzó a legislar, en la comisión considerada la más importante de la corporación: la Primera, en la que se tramitan asuntos constitucionales y de organización territorial. Ya radicó proyectos de ley.

Y puntualiza que no llegó al Senado con hambre por “comer ministro”, pero sí con afán de mostrar que la clase política tiene que cambiar, especialmente la tradicional que se deja llevar por la mermelada que le ofrecen los gobiernos.

Y para aclarar hasta dónde llegan sus reparos, dice que sin pena alguna irá adonde los ministros para pedirles obras y acciones para diversas comunidades y que será ella misma quien en su página web publicará cuando lo haga, informando dónde quién irá y qué le pedirá.

¿Cómo se siente ya con una semana vigente como senadora?

Muy honrada, El 20 de julio estaba emocionada y conmovida. Porque esta es una responsabilidad muy grande, porque me conmueve la generosidad de la gente y porque me atortola un poco el nivel de expectativas.

¿Sintió que era lo suyo cuando empezó a ejercer?

Uno se siente un poco raro, porque es ajeno a ese espacio, no sabe su dinámica, pero también porque de entrada uno tiene que empezar a amoldarse a unas dinámicas: por ejemplo, el 25 por ciento de los congresistas electos aún tiene relación con grupos armados ilegales o con cargos de corrupción muy severos, pero los eligieron y su credencial es tan legítima como la mía.

Es chocante que la sesión inaugural del Senado la presida Laureano Acuña, que es un corrupto de quinta categoría, y que el segundo día termine presidiendo la sesión Teresita García, la hermana del ‘gordo’ García. Lo digo con el mayor respeto con ellos, pero eso no deja de ser chocante.

¿Cómo fue estar con Álvaro Uribe en la misma condición de senadores?

Normal. No sé por qué le han puesto tanta expectativa. Él y yo siempre hemos tenido un trato personal amable y respetuoso.

Entiendo la espuma alrededor de Uribe y su llegada al Congreso y sé que es un hecho político muy peculiar y notorio para la fuerza mediática, pero en algún momento se tiene que ir decantando y debemos entender que estamos 100 senadores iguales y que él es uno más.

¿Cree que los partidos de oposición en este Congreso serán convidados de piedra que desconocerá el Gobierno?

Eso era cuando el Gobierno no tenía control político y a punta de mermelada compraba cualquier cosa en el Congreso, pero eso se acabó. Ha sido malo para el Gobierno y produce un mal gobierno, como en efecto fue el primero de Santos. Así como la unidad nacional es variada, la oposición también va a ser variada; seguramente la del Centro Democrático va a ser mucho más acérrima, porque su apuesta es a que fracasen el gobierno y la paz.

Pero hay otros, como nosotros o el Polo, que no queremos que la paz fracase, sino que haremos control político para que sea seria y estable. No tengo interés de llegar a ‘comer ministro’, lo que tengo es interés de influir en la política pública y en que los programas gubernamentales sean serios, bien ejecutados, eso es lo que me importa. Se acabó la era en que todo se compra y se vende con mermelada.

Fue muy duro el primer enfrenamiento entre el uribismo e Iván Cepeda…

Es totalmente legítimo el debate que está planteando el senador Iván Cepeda. Ese debate no se debe obviar, el paramilitarismo sigue siendo un fenómeno en Colombia, pero sí creo que el Congreso no es un centro de constancias históricas.

No nos podemos quedar sólo en debates; el país está esperando que el Congreso dé una solución a qué tratamiento jurídico van a tener los combatientes de los grupos armados ilegales, las estructuras políticas y allegados y beneficiarios políticos de los mismos. Es decir, el tratamiento que se dará a la Farcpolítica y a la parapolítica.

Lo que voy a proponer es que en la reglamentación del Marco Jurídico para la Paz se establezca con claridad que debe haber un mismo rasero de justicia transicional para los combatientes y que debe haber un mismo estándar para los parapolíticos y para los Farcpolíticos.

¿Cree que ya ‘le está cayendo el sol’ al proceso de paz con las Farc?

No. Cuando uno compara con estándares internacionales, tres años de negociación y llevar cubierta más de la mitad de la agenda es bastante rápido, pero con toda razón los colombianos tenemos un alto grado de impaciencia, porque quisiéramos que a esta altura del proceso hubiese un desescalonamiento del conflicto y que se empezaran a sentir los beneficios de que baje el rigor de la guerra; eso no está ocurriendo.

Siento que las Farc están en una lógica equivocada y deberán entender que este proceso de paz no se decide en La Habana, no de decide en el Congreso, se va a decidir en las urnas con el voto de los colombianos. Eso que están haciendo en este semestre, muy seguramente es con la idea de que si dan más plomo ganan más capacidad de negociación en la mesa y dudo de que sea así.

¿Cómo cree que debe ser el postconflicto?

El postconflicto no es sólo cumplir a las Farc; es cumplir a los colombianos que han estado abandonados en las regiones, porque no hay Estado. Si queremos paz, vamos tener que echarnos al hombro, al alma y al bolsillo la construcción de ciudadanía, Estado y mercado en la mitad del país y ese es el plan que quiero ver, porque el Gobierno no lo tiene.

¿Cómo le fue a Alianza Verde en la reunión con el presidente Santos?

Justamente por el contexto del país, por la paz, porque apoyamos el proceso, pero no precisamente al Gobierno, tenemos que hacer un poco de innovación institucional en cómo relacionarnos con él. Lo que fuimos a decirle es que no queremos participar de su administración, no queremos tener cargos de responsabilidad política, pero queremos influir en una agenda de temas críticos para la paz y para un país incluyente. Le propusimos crear una mesa de concertación política en esos temas, con fuerzas políticas que no están en el gobierno, pero que le apoyaron por la paz.

Dije al Presidente que no nos mande a funcionarios de quinta categoría para que nos entretengan un ratico, que de eso no se trata, sino que sea algo de alto nivel, con una metodología seria y que vayamos definiendo en qué estamos de acuerdo.

“Santos le debe la elección a la paz”

¿Qué partidos estarían en esa mesa? 

 La gente de la Unión Patriótica y del Polo Democrático -aunque hay posiciones muy encontradas sobre cómo relacionarse con el gobierno-, Progresistas, Compromiso Ciudadano, que es otra fuerza cercana a Alianza Verde y que tiene su autonomía.

¿Por qué sería malo llegar al gobierno Santos II? 

No creo que sea malo, es legítimo hacerlo en algún momento, pero la principal razón por la que no vemos posible tomar esa decisión hoy es porque realmente no sabemos cómo va ser el segundo gobierno; si va a ser como el primero, tenemos profundas diferencias, por eso no tiene sentido que asumamos responsabilidad política por un gobierno cuando tenemos tantas diferencias. Si el segundo gobierno entiende que debe hacer cambios sustanciales en muchas de sus políticas, cuando los haga lo veríamos.

¿Cree que la luna de miel a Santos en su segundo gobierno le durará poco? 

El Gobierno debería mostrar a los colombianos los reales beneficios de la paz para ellos, porque los beneficios para la gente de las Farc son muchos, pero la paz tiene que llegar a todos; por eso, el Gobierno tiene que decir cómo vamos a proveer justicia y seguridad pública y cómo tener un modelo de desarrollo que dé oportunidades. Segundo, tiene que formular una política de seguridad integral y que funcione. El tercer reto es lograr plantear un modelo económico moderno y productivo.

¿Con qué sectores debería arrancar el presidente Santos su segundo gobierno? 

Dijimos al Presidente que gobierne con el que quiera, porque no nos importa a quién nombra: la obligación del presidente es pensar cuáles son los colombianos más capaces y mejor preparados para sacar las políticas de gobierno adelante. Debemos tener menos cuidado a qué manzanillo y partido se le da representación y mucho más empeño en quién tiene mejor visión, formación gerencial y ejecutiva para sacar las metas ambiciosas que tiene.

¿Pero no importa que esté muy endeudado con muchos sectores? 

Una de mis valoraciones del porqué no debemos participar es porque este es un gobierno pacato, que no tiene la visión estructural de cambio, que tiene un margen de maniobra política muy reducido; la verdad es que le debe la elección a la paz, pero en términos de fuerzas a una cantidad de políticos corruptos regionales y a los sectores democráticos de centro-izquierda que creemos en la paz.

¿Usted buscará partidas para las comunidades, se reunirá con los ministros para pedirlas? 

Por supuesto, es completamente legítimo. Propongo que la gestión política del congresista sea pública y lo haré en mi página. Allí cada ciudadano podrá saber si fui con alguien de una comunidad a plantear qué necesidad y qué me están diciendo, los ciudadanos y el Ejecutivo deben saber que ‘me interesa cinco’ saber con quién contrata las necesidades de la comunidad que yo represento.

Quiero promover la política pública de equidad de género e igualdad, para eliminar la discriminación racial y contra la población Lgbti, voy a hacer esa gestión e iré con muchas organizaciones, si de esa gestión sale una contratación, no tengo el menor interés en decir con quién se contrata, lo que me interesa es que el Gobierno contrate al mejor contratista posible, no me importa quién. Haré gestión propositiva y control político y que el Ejecutivo decida con quién lo hace de la mejor manera. 

Credito
BOGOTÁ

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