Las iglesias de Colombia se abrazan por la paz

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Veinte líderes religiosos de distintas comunidades y credos de todo el país se reunieron en un evento histórico que convocó a la mayoría de creencias presentes en Colombia alrededor de un concierto de música sacra. Todos fueron capaces de abrazar la tolerancia.

En el mensaje más contundente que han enviado las Iglesias frente al tema de la paz, todos los líderes se estrecharon en un abrazo fraterno y enviaron mensajes de armonía y respeto durante la ceremonia, leyeron textos de otras doctrinas y dejaron en claro que más allá de su fe, son capaces de obviar las diferencias para hacer predominar la armonía.

Representantes del bahaísmo y del brahmanismo, del budismo zen japonés y del judaísmo, del hinduismo y del catolicismo, del islamismo y de la comunidad vaisvana, pero también evangélicos luteranos, anglicanos, metodistas, ortodoxos, presbiterianos, líderes Mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, shiitas, budistas tibetanos e incluso un anciano del Consejo de Mais de la comunidad Muisca, entre otros, participaron en el encuentro.

El padre católico Pedro Mercado, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal, envió un fuerte mensaje sobre la importancia del acto: “Somos el país que durante más décadas ha vivido en conflicto en el mundo y eso ha hecho que la violencia se convierta en una enfermedad social que no solo afecta a los actores armados, sino que también nos ha permeado a todos. Vemos al otro como un adversario o un enemigo, caemos en la descalificación y la polarización. Lo vivimos en los hogares y sabemos lo que nos cuesta respetar las diferencias de los otros. Esa es la real importancia del evento: es un aporte para cambiar la mentalidad de la sociedad civil y construir paz”.

Mercado, delegado de la Conferencia Episcopal de las relaciones Iglesia y Estado, precisamente ha venido liderando los encuentros del Comité Ecuménico, que reúne a 13 miembros de religiones cristianas, y al Comité Interreligioso, abierto a todos los credos presentes en Colombia.

Uno de sus miembros, el Sheij Ahmad Tayel, director de la mezquita Abu Bakr y presidente de la Asociación Benéfica Islámica, fue también enfático en su mensaje: “Queremos convencernos a nosotros mismos y luego convencer a los demás de que el Islam es un color más que puede enriquecer la convivencia en la sociedad colombiana y demostrar que en este país somos capaces de convivir pacíficamente, sin importar la religión a la que pertenezcamos. Hacerlo es una condición para que no se destruya la tierra”.

Densho Quintero, abad de la comunidad Soto Zen, por su parte, celebró el encuentro en “un momento trascendental en la historia de Colombia en la que buscamos la reconciliación y la paz. Por más que tengamos diferencias espirituales y de pensamiento, somos uno solo en el Universo y mientras no aprendamos a respetar y a entender que cada uno tiene la razón, independiente de lo que diga, no tendremos las bases para construir sociedad”.

Kasokaku Busintana Mestre Izquierdo, vocero de los Mamos de la comunidad arhuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta, aseguró por su parte que “un país multicultural y multidiverso como el nuestro debe hacer un llamado a la paz y al respeto de las diferencias y para que eso ocurra, los que pensamos diferente debemos llegar a un acuerdo. El llamado es a pensar en hermandad. Cuando fue creado el mundo nos dejaron diferentes formas de adorar a Dios, pero nuestra misión es unirnos en un solo pensamiento”.

Kripa Rama Das, representante de la comunidad Vaisnava de Colombia, dijo por su parte que: “Todos estamos buscando a Dios de una y otra manera y los líderes deben transmitir el mensaje de que, más allá del camino, lo que importa es encontrar la armonía”.

El trabajo de años lo corrobora Orlando Carrillo Vásquez, de la comunidad muisca Mais, para quien “hay necesidad de romper las barreras humanas y hacer hoy de los eternos abismos nuevos puentes de comunicación. Se ha derramado mucha sangre en la historia de la humanidad por las religiones y es hora de que se entiendan otros paradigmas”.

También Serkak Kökmen, coordinador internacional de la Cámara de Comercio Colombo-Turca, miembro de la comunidad musulmana, agregó que el aporte de los 200 miembros de la comunidad turca ayuda en este proceso.

“Turquía es un oasis en medio del conflicto en Medio Oriente. Nosotros, los hijos de Abraham compartimos conceptos con otras religiones monoteístas y es hora de ahondar en ellos”.

Ximena Osoria, representante de la comunidad Bahai, con 40 mil miembros en el país, invita a unirse todos en una especie de melodía para sintonizarse en la misma frecuencia. “Todos los bahais queremos contribuir a un país donde todos nos sintamos parte de una misma familia y todos podamos interpretar la misma melodía. Si así fuera, qué coro sería la humanidad”.

Marcelo Bulk, director de Brahma Kumaris, invitó a pensar que “ser pacífico no es suficiente. Tenemos que contribuir a crear una atmósfera de paz a través de nuestros pensamientos, palabras e interacción con los demás”.

Finalmente, el gran Rabino Alfredo Goldshmidt, del Centro Israelita de Bogotá, redactó un mensaje en el que explicó que esta labor “requiere de gran esfuerzo cuando el cambio lo manejamos en grupo colectivamente… pero apoyándonos se hace mucho más llevadero y transciende más allá del momento. Yo soy capaz y usted también”.

Al final del concierto de música sacra –que formó parte del Festival de Música Sacra– realizado en la Catedral Primada por la Orquesta Sinfónica Juvenil Metropolitana Batuta, que interpretó música de Pietro Mascagni (Cavalleria Rusticana) y de Antonin Dvorak (Sinfonía No. 9, del Nuevo Mundo), todos los representantes de los credos se abrazaron y monseñor José Daniel Falla, secretario general de la Conferencia Episcopal, dijo que así como los jóvenes de la orquesta se habían unido y habían emocionado al público a través de la música, “Nosotros lo haremos a través de la fe”.

Credito
BOGOTÁ

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