“El Instituto sigue siendo muy pequeño para las necesidades del país”: Valdés

FOTOS COLPRENSA  – EL NUEVO DÍA
Enfrentar el dolor, sufrir el rechazo en ocasiones por su trabajo pero sin duda un gran aporte a la sociedad es lo que resume los 100 años de Medicina Legal en Colombia.

Se trata de las ciudades de Barranquilla, Cartagena, Medellín, Cali y Bogotá, que contaron con el apoyo de las universidades que existían para la época.

Un tiempo después se instauraron oficinas municipales que igual seguían siendo manejadas por los médicos, quienes fijaban los parámetros de estudio y las necropsias se hacían en los hospitales y las curias de las municipalidades.

Solo hasta el año de 1914 con la implementación de la Ley 57, los servicios fueron agrupados en la central de Medicina Legal, lo que se conoce hoy como el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el cual estuvo dirigido por varias personas, pero es con Guillermo Uribe Cuéllar, quien duró 46 años al servicio de la Institución, que se fortaleció y creció.

Por eso, esta semana varias personalidades del país, entre las que se encuentra el Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre; el vicefiscal general, Jorge Fernando Perdomo; y el defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora; recibieron la distinción Guillermo Uribe Cuéllar por su aporte al fortalecimiento de Medicina Legal.

Colprensa en entrevista con Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal, cuenta los avances, tropiezos y retos del Instituto.

- ¿Cuál es el balance de Medicina Legal en sus 100 años?

Es un balance en el cual el Instituto nació por la necesidad de contar con una estructura científica para apoyar a la administración de Justicia, en los ámbitos penal, familia, civil y laboral.

El Instituto ha sido una entidad silenciosa, callada, en algunos momentos ha pasado desapercibida y en otros ha sido protagonista.

Nació como una oficina dependiente del Ministerio de Justicia, pero desde ahí ha contribuido a aspectos muy importantes, por lo que hoy es reconocida en el mundo por los logros en la identificación humana, otro aspecto ha sido el desarrollo de disciplinas como la toxicología, biología, física, geología y las áreas de las ciencias tradicionales.

Tal vez por ese papel silencioso es que hoy día se reclama ese papel protagónico que ha tenido en la historia del país y el desarrollo de la justicia basada en la verdad.

- ¿Cómo han cambiado los servicios que presta actualmente Medicina Legal?

La gran preocupación ha sido la mejora de los servicios y extenderse a los sitios más alejados.

El Instituto sigue siendo muy pequeño para las necesidades del país, tenemos 1.989 funcionarios y hoy reclamamos ayuda del sector salud para lograr llegar a todo el país y todos los ciudadanos.

La mejora ha sido enfocada para la atención y consideración de las víctimas que no nos visitan por gusto propio, si no que vienen por una orden legal, a diferencia de cualquier institución del Estado donde las personas asisten por propia voluntad.

Nuestro Instituto no tiene los mejores salarios, no tiene las mejores instalaciones y no tiene el mejor reconocimiento de la sociedad, sin embargo, cada uno de nuestros funcionarios tiene mucho amor por lo que hace, solo así se entiende que las personas trabajen más de 10 o 12 horas viviendo los resultados de la violencia.

- ¿Cómo se encuentra en materia de presupuesto Medicina Legal?

En este momento el Gobierno nos asignó 165 mil millones de pesos para el año 2014, el cual está ejecutando en un 98 por ciento.

Por eso, en materia de presupuesto es lo peor, pues viene del sector Justicia que está conformado por la Rama Judicial, la Fiscalía y el Instituto y entre todos se debe distribuir el dinero asignado por el Gobierno.

Entonces la distribución es como si tuviésemos un león hambriento (la Fiscalía), un tigre hambriento (la Judicatura) y un gato con hambre (Medicina Legal), cuando se les entrega la comida para que se la distribuyan, ¿Cuánto comerá el gato de lo que pueden dejar de sobras el león y el tigre? y ese es el mejor símil.

- ¿En qué estado se encuentran las sedes regionales del Instituto?

Nosotros tenemos ocho regionales, 25 seccionales y 142 puntos de atención en unidades básicas. Lo grave de eso es que solo el nueve por ciento son sedes propias, y el 91 por ciento son en arriendo o son lugares que nos dejan las gobernaciones u hospitales que nos dejan funcionar.

- ¿En regiones del país se planea construir nuevas sedes de Medicina Legal?

La idea a futuro es construir las sedes de Santa Marta, Tuluá, Popayán, Neiva, Tumaco, Buenaventura, Guajira y Magdalena Medio, pero son a largo plazo, porque el presupuesto no nos alcanza.

- ¿Qué procedimientos se están dejando de hacer por falta de presupuesto?

Curiosamente no se ha dejado de hacer nada y ese es el esfuerzo que no se valora a veces, a pesar de la falta de presupuesto nosotros atendemos todos los requerimientos que nos hace la Fiscalía, los jueces, civiles, laborales y de familia, aunque en algunos casos nos demoramos por la falta de personal.

Le doy como ejemplo: En Psiquiatría se están demorando 10 meses para una cita y 10 más para que salga un dictamen o sea en promedio un año.

Somos de las entidades que mejor ejecutamos el presupuesto de la Nación, tenemos un desarrollo tecnológico envidiable y somos reconocidos como la mejor Institución de Iberoamérica.

Por nuestra sede permanentemente están en entrenamiento profesionales de otros países. Hoy casualmente terminan la rotación una médica y una química del estado de Puebla, México.

Los extranjeros vienen buscando capacitación en temas que desconocen como las muertes en combate, las muertes por proyectiles en alta velocidad, los efectos de los explosivos.

- ¿Han pensado unirse al paro judicial para reclamar lo que necesitan?

Nosotros no somos de los que hacemos paro, presentamos resultados científicos. Curiosamente cuando se convocan a los paros nunca toman en cuenta al Instituto de Medicina Legal. Sin embargo, cuando ellos logran una prebenda eso impacta al sector justicia y por ende a Medicina Legal, y terminamos siendo los damnificados. Si ustedes estudian las pretensiones del paro en ningún punto aparece Medicina Legal.

- En lo que se refiere a capacitación y nuevos profesionales. ¿Cómo se encuentra el Instituto?

Nos hacen falta profesionales de todas las áreas de la salud. Pero esta vez vamos de la mano de la Fiscalía en el proyecto educativo, de no ser por su ayuda el Instituto ya habría colapsado. Además, contamos con una alianza de 172 universidades en el país, para la formación de profesionales.

NECESIDADES URGENTES

- ¿Qué necesita Medicina Legal para funcionar como se debe?

Necesitamos la ampliación de la planta, nuestra capacidad humana, para poder llegar a las áreas que sufren la violencia del país y vienen siendo atendidos solo por médicos. Para ellos estamos preparando una reforma con la que se ha comprometido el fiscal Eduardo Montealegre y estamos preparando el cambio, no en modernización tecnológica sino administrativa, porque queremos un Instituto autosuficiente no solo para ofrecer servicios al Estado si no a particulares.

- En el tiempo que lleva como director de Medicina Legal, ¿qué podría resaltar?

Son 100 años como actores principales de la vida del país. En los más de tres años que llevo en la dirección, he comprendido que aquí el dolor humano es la constante y cada caso parte el alma, porque le estamos poniendo mucho cuidado a nuestros funcionarios quienes han pasado desapercibidos y reclamamos para ellos mejor consideración, mejor salario; son personas calladitas, científicos comedores de libros, ellos no levantan la voz y el director debe hablar por ellos.

- El país se encuentra en el marco de la discusión de los diálogos de paz, ¿cómo se está preparando el Instituto para el postconflicto?

Yo siempre he afirmado que el proceso de paz pasa por el Instituto de Medicina Legal, ya que el consenso de todos los colombianos, aquellos que creen y los que no creen, los une una sola vocación, y es la justicia.

Para ello se requiere la verdad, no una verdad de las personas que se acojan al proceso de paz, no una verdad personalizada y llena de intereses, no una verdad política, se requiere una verdad científica que desnude cuál ha sido la violencia de Colombia, que devele las identidades, las modalidades, los procedimientos y que además señale juicios de responsabilidad que se requiere para derivar la reconciliación y el perdón, ya que nadie puede perdonar lo que desconoce.

- ¿Cuáles son esos mecanismos?

Hemos estructurado procesos y procedimientos que hoy nos ponen en un liderazgo científico en temas como de identificación humana, de la tortura, casos crueles e inhumanos o degradantes. También hemos avanzado mucho en la investigación del delito sexual, lesiones personales, maltrato a niños, en atención a comunidades étnicas, afro, indígenas y tenemos el lujo, en la actualidad, de tener procedimientos legales que se ajustan a comunidades como la Wayúu. Y eso es prepararnos para la paz y es reco nocer las identidades y culturas del país.

- ¿Desde los inicios del proceso de paz han reducido los hechos violentos del conflicto armado?

La información que obtenemos es que las variables de la violencia han sufrido modificaciones. Hay períodos que nos permiten en este momento señalar que no hay un incremento de acciones como se veía en otros años. Además no es el primer proceso de paz en que está Colombia y el Gobierno y todos los agentes del Estado se han preparado para ello.

Credito
EL NUEVO DÍA

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