Habla ‘Alape’, el guerrillero de la foto con Alzate

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
El jefe guerrillero Pastor Alape, quien fue controversia por su foto al lado del general Ruben Darío Alzate antes de la liberación, habló con El Colombiano, desde La Habana, donde explicó el proceso de desescalamiento del conflicto.

El jefe de las Farc ‘Pastor Alape’ no se llama José Félix Muñoz Lascarro como reposa en documentos y reseñas oficiales. En una salita del hotel el Palco de La Habana, cuenta que ese es el nombre de su hermano al que en vida capturaron dos veces porque las autoridades creían que era el guerrillero más importante de las Farc en el Magdalena Medio.

Pese a que le insisto, no me revela su verdadero nombre de pila. Ha sido notorio el protagonismo de ‘Alape’ desde la muerte del ‘Mono Jojoy’, el 23 de septiembre de 2010, a quien reemplazó en el secretariado. Acompañado de “Pablo Atrato”, jefe político del frente 57 y del mítico “Isaías Trujillo”, “Alape” relata que desde junio de 2012 recorrió, de oriente a occidente, todo Antioquia hasta llegar al Chocó. Bajó de la serranía de San Lucas, llegó a Anorí, cruzó hacia Tarazá para luego dar con Valdivia.

“Estuve visitando todos los frentes dando instrucciones y animando esta lucha. Mi estadía más larga fue en el frente 36; ocho meses”. Allá, en el monte, estuvo al tanto de los diálogos de paz y dice que siempre se le consultó sobre los avances en la mesa.

“Finalmente el camarada arribó a Murindó y hasta que llegamos a Cuba estuvo conmigo”, dice ‘Isaías Trujillo’, que el 17 de noviembre cumplió 70 años, 43 de ellos en la subversión. Es la primera vez en 14 años que un integrante del secretariado de las Farc accede a ser entrevistado por El Colombiano, sobre todo un jefe que hasta octubre estuvo al mando de tropa guerrillera en el país, porque fue seleccionado para viajar a La Habana y apoyar las discusiones. En una larga entrevista, junto con ‘Pablo Atrato’ e ‘Isaías Trujillo’, se le preguntó sobre el desescalamiento del conflicto, por el plagio y la liberación del general Alzate, de las denuncias sobre las relaciones de las Farc con el narcotráfico en Antioquia y Chocó, de las víctimas, y sobre cómo está esa guerrilla de cara a una ‘dejación de armas’.

Sin la barba de ‘che’ Guevara con que se distinguía, fumando a cada rato cigarrillo, habló de su origen antioqueño, de la Juco, de sus familiares asesinados y que la última vez que estuvo en Medellín fue de paso, cuando iba a la conferencia de las Farc en 1993.

- Cuando empezaron los diálogos exploratorios y la formalización, usted estaba al mando de tropa en Colombia. ¿Cómo se recibía la iniciativa del Gobierno y cómo veía la evolución en la mesa?

La mayoría de ese proceso, desde que se inicia, fue discutido a nivel de toda la dirección. La discusión siempre se hizo a nivel de estado mayor cuando estábamos en los diálogos exploratorios en vida del comandante ‘Alfonso Cano’. Asesinan a ‘Alfonso’ y volvemos hacer la discusión si manteníamos el debate en dirección a construir unos puntos de acuerdo. Hicimos el debate en la dirección de que las Farc siempre, desde su formación, han planteado que la guerra no es la salida en Colombia. La guerra las Farc la asumen porque son empujados esos campesinos en Marquetalia a tener que hacer resistencia. En esas líneas de conducta política que se establecieron en Marquetalia siempre nos hemos mantenido firmes. La guerra no es la salida, la guerra es una respuesta obligada de sectores en Colombia que se han manifestado con dignidad para no perecer frente a todo ese entramado jurídico de penas y de represión que ha establecido el Estado. Entonces partiendo de esa visión, dijimos que íbamos a mantenernos en la mesa y dijimos que el problema no éramos nosotros.

El problema es el país. El pálpito es que se acabe esta guerra y nosotros no podemos hacer ningún análisis desde subjetividades. Y continuamos con la etapa exploratoria para ya establecer la mesa y luego la construcción del acuerdo, de agenda. Eso se hizo aquí en Cuba con el secretismo que implicó. Eso ocasionó que en las fuerzas guerrilleras se discutiera esto solo a nivel de estado mayor. Cuando ya se acuerda la agenda y se establece la mesa, entonces se informa al colectivo guerrillero, al colectivo de las milicias y al colectivo del partido. La gente lo recibió normalmente, como parte de nuestro accionar político.

- ¿Cómo ve los diálogos en este momento? Ustedes insisten en el cese el fuego y el Gobierno en el desecalamiento, y estamos hablando del tema de víctimas...

Los diálogos traían un ritmo muy esperanzador. Se desarrollaban en el marco de lo que el Gobierno ha insistido tanto de que se dieran en medio de la guerra. Que nada de lo que se diera en cuestión de orden público en Colombia afectaba la mesa. Nosotros, desde que iniciaron los diálogos, vimos que esa era una estrategia demasiado perversa del Estado porque eso le permitía jugar con la opinión. Y sobre todo con toda la estructura mediática para poder presentar cada acción de la institucionalidad como legítima y cada respuesta de la resistencia como ilegítima y condenable.

No es que nosotros estemos planteando que nos dejen tranquilos sin la guerra. No, lo que nosotros queremos es que esto de construir el tejido de la paz es demasiado complicado y no es un mensaje positivo para la gente, de que si estamos hablando de paz, se estén desarrollando acciones bélicas en el país. La última vez me decía un compañero, mire, en una comunidad indígena, explicando los avances que se habían logrado en la mesa de La Habana, un indiecito preguntó, pero bueno, si están hablando de paz por qué aviones siguen pasando haciendo dar miedo a niños y mujeres y tirando bombas aquí en territorio nuestro. Entonces expliquen qué es eso de la paz. Seguramente esa pregunta que se hizo ese indígena debe de ser esa pregunta de mucha gente en el país. Ese es el motivo por el que hemos insistido de que esa estrategia que tiene el Gobierno de dialogar así, es una estrategia incoherente y se confirma ahora con el caso del general Alzate.

- Pero el Gobierno dice no al cese el fuego, ¿ustedes estarían de acuerdo en desescalar el conflicto, de inhibirse en acciones armadas?

Ese es otro tema. Si el Gobierno dice no al cese al fuego, eso está implicando que el Gobierno está diciendo que no hay paz, porque es que es muy complicado. Mire usted cómo el Presidente repite: nada está acordado hasta que todo esté acordado. Eso lo peleó mucho el Gobierno y dijimos, bueno, hagámosle a eso por la paz de Colombia, hagamos algunos sacrificios y concesiones. Entonces nada está acordado hasta que todo esté acordado. Eso quiere decir que no hay cese al fuego y no hay nada. Entonces ahora cae en manos de la guerrilla, en área de combate, un general. Entonces dónde está aquello de que nada está acordado hasta que todo esté acordado. Lo de los gestos es otro proceso.

Lo que hemos venido discutiendo es que necesitamos gestos de parte y parte, no solo de la insurgencia, del Gobierno. Pero bueno, estamos hablando aquí pero las medidas económicas están afectando fundamentalmente a la mayoría de la población colombiana por los TLC que se han firmado. La crisis se ha generalizado en el campo, en los sectores obreros. Mire el fenómeno de la devaluación. Sí, claro, los sectores exportadores felices y el Gobierno dice que eso nos favorece, pero al bolsillo de los colombianos qué. Mire que ahora el precio internacional del petróleo está bajando, está bajando la gasolina, está bajando el Acpm, pero se mantiene en alza en el país. Entonces con esa devaluación ahora viene la discusión del salario mínimo.

Viene una crisis muy jodida. Son las condiciones que se están implantando desde el Gobierno, decimos que siempre van en contravía de las expectativas que se están tratando de generar desde la mesa de diálogo. Entonces por eso, cuando hablamos de gestos, es de parte y parte. ¿Cuáles son los gestos frente a una crisis humanitaria tan profunda que hay en Colombia?

General Alzate 

- ¿Al fin qué le dijeron los hombres que están bajo su mando sobre lo que pasó con el general Alzate; por qué llegó a Las Mercedes de civil?

Esa es una situación muy contradictoria. Los militares están desarrollando el plan de consolidación que es hacer acciones políticas en las áreas de incidencia guerrillera para desmovilizar a la población en sus luchas y que la relación con la insurgencia se bloquee. Entonces el general sencillamente es un hombre que se tomó eso a pecho y se puso a tratar de desarrollar proyectos allá en el Chocó. En el Chocó la cultura de la corrupción de la clase política y de la administración pública es lo que manda. Entonces al tipo le dio ese día por irse a mirar un proyectico que estaban montando. Una pequeña bobadita ahí con unas turbinitas, para ponérselas al río para que la corriente ponga a girar esas élices. Entonces el hombre por ahí dijo, ‘será que sí me estarán cumpliendo con ese proyecto’, y pregunta cómo está y le dicen, ‘eso está bien general’, porque como todo está construido de mentiras: la guerrilla está acabada, aniquilada, no tiene apoyo de masas, nadie los quiere. Bueno, toda esa propaganda que han hecho. Y como dice el dicho, uno de mentir tanto vuelve verdades las mentiras. Entonces digo que le dijeron que eso estaba controlado y entonces el general fue pero ahí estaba la guerrilla; es que en el mismo Quibdó mantiene la insurgencia. Entonces llegó el hombre y la guerrilla dijo ‘ve y este qué’, ‘venga pa acá’. El hombre es víctima de la propia estrategia de las Fuerzas Militares y del Gobierno.

- Es decir que sí es cierto, según las Farc, que él fue a revisar la intervención social en Las Mercedes...

Sí, es que parta de esto: ¿Que se fue a hablar con unos narcotraficantes?, pero si eso lo controlan ellos desde Bogotá. El narcotráfico para el Pacífico y para el Golfo de Urabá, eso lo resuelven ellos desde allá. ¿Que él se fue a resolver un tema de la minería ilegal?, pero si todas las retroescavadoras en Chocó llegan a Quibdó y ahí pagan el impuesto, cinco millones de pesos les pagan por cada retroexcavadora que llega a Quibdó; de ahí pa abajo le pagan cinco millones a la institucionalidad. Eso se lo reparten entre Policía, Ejército y Gobernación. Entonces qué más iba hacer allá el general.

- ¿Y qué piensa que un General de la República haga ese tipo de intervenciones sociales?

Creo que el General es un hombre con mucha confusión por las mismas estrategias del Estado. Creo que es tal vez de esa línea de generales que se va construyendo ahí, que se preguntan, esto cómo lo hacemos. Creo que estaba convencido de que era posible ganar la población a través de esas acciones. No quiero utilizar la palabra ingenuo, pero es un hombre que se confundió y creyó en lo que le estaban orientando desde arriba. Eso hizo que cometiera semejante error de meterse allá y creer al de inteligencia esas cosas.

- Pero eso muestra que hay generales que entienden que el conflicto también se resuelve de otra manera...

Mire, por eso el general Bonet Locarno sale a defender al general, porque es de otra línea de generales. El general Alzate, en lo poco que pude hablar con él porque respeté mucho su condición de prisionero, decía que tuvo muchas críticas de los militares por lo que él estaba haciendo, que le reclamaban ‘es que usted va es a guerrear. Usted no es un político, es un militar’. El hombre decía que el Chocó es muy complicado. Él incluso hizo un estudio, el hombre habla con propiedad de los aspectos sociales y medio ambientales que vive el Chocó y él dijo, ‘esto aquí no es militar. Esto aquí se requiere una participación del Estado seria’, usa la palabra seria. Esto es una bomba social que en cualquier momento explota con consecuencias muy complicadas.

- ¿De qué más hablaron el general Alzate y usted?

Fue muy poco lo que hablamos porque me limité a exponerle el protocolo, a mostrarle cómo era la salida pero usted sabe que se juntan dos colombianos y no deja uno de encontrarse en muchos puntos de la nacionalidad: García Márquez, de pronto José María Vargas Vila, de pronto que Mutis, que la geografía.

- ¿Hablaron de esos temas?

Sí, en general. Entonces uno lleva una orientación, y además el respeto al aprehendido. En los estatutos de las Farc se establece un punto de que al prisionero de guerra hay que respetarle sus convicciones políticas y religiosas.

- ¿Pero qué le dijo él porque según el video de la liberación se ve una conversación con la abogada y el cabo, pero nada con el general?

Por respeto no voy a hablar de eso porque me parece que una persona en esas condiciones puede decir muchas cosas porque hay una situación emocional muy complicada. Hablando con uno y él pensando ya mañana me liberan y qué va a pasar conmigo.

- Ahora, ¿por qué cree que al país le molestó tanto la foto antes de la liberación?

Porque Colombia es un país donde se viene promocionando cada segundo el odio y la guerra, y esa imagen de que es posible la paz dolió a quienes medran con el conflicto. Esos son los que salieron a rechazarla. Quienes creen en la razón de la paz como un estado social que permita que todos los derechos de la población se puedan respetar y construir, manifestaron otras cosas. Entonces aquí salen dos o tres personas hablar del tema y creen que ese es todo el país. Entonces que el expresidente Uribe salió a tuitear. No, ese es el presidente Uribe, que tiene sus confusiones mentales, que dicen que tiene que estar tomando medicamentos para aplacar sus angustias.

- ¿Cuál fue la instrucción que le dio “Timochenko” antes de ir a Vegáez, donde se dio la liberación?

Cuando se toma la decisión de que a esa acción debía de ir un representante de la mesa con incidencia en la fuerza guerrillera, era exactamente porque liberar ese nivel de prisionero era cortar la esperanza de todos los combatientes que con ese acto político militar se podían regresar muchos guerrilleros que están hacinados en las cárceles colombianas con unas condiciones infrahumanas. Que eso podía insistir a que se mirara, si no el regreso de ‘Simón Trinidad’, ‘Iván Vargas’ y ‘Sonia’ a Colombia, por lo menos mejorarles sus condiciones de reclusión. Esa era la esperanza de la mayoría de guerrilleros que decían, bueno, ‘ahora sí tenemos a uno grande, vamos a ver si lo van hacer matar’. Es que eso no era fácil, simplemente decir, vayan y suelten a ese señor, -pero ¿cómo? Entonces se tomó la decisión de que ahí tenía que ir un integrante de la organización que pudiera exponer con claridad a los integrantes de la militancia, de por qué era necesario en estos momentos devolver al general y a los soldados lo más pronto posible. Esas fueron las razones.

Preguntas y respuestas 

- Pero insisto, en el campo militar, que es donde el país lo reclama, ¿las Farc contemplan desescalar el conflicto, por ejemplo con desminar los campos?

Pero es que desescalar eso implica de parte y parte. Hay unas cosas que consideramos que nos es bueno empezarlas a tocar todavía públicamente. Somos respetuosos en eso y hemos hecho un compromiso con el Gobierno. Lo que digo es que nosotros tenemos disposición de desarrollar gestos; estamos planteando por ejemplo las minas, sí vamos a tomar una decisión de desminar y hacer unos desminados. Lo de los niños en la guerra, nosotros en el derecho internacional hemos planteado que lo que se establecieron fue de 15 años. Estamos haciendo esa consulta para retirar a todos los niños, a todos los muchachos de menos de 15 años y eso va hacer un complique interno por las situaciones de miseria. En Antioquia hay hambre total, hay muchas regiones con hambre donde están todos esos niños que quedaron huérfanos de la masacre del Aro, de todas esas masacres que se dieron en Ituango, en Valdivia, en el Oriente antioqueño; ¿a dónde van a parar esos niños? Hablemos de Bienestar Familiar, ¿cuáles son esas políticas con esos niños?, eso es como dice el pueblo: carreta. Ahí no hay asistencia para la niñez porque además los presupuestos no alcanzan; entonces parte de eso es lo que estamos evaluando y estamos hablando también de la afectación de los bombardeos. Sobre todo de la afectación a la población civil, del impacto medio ambiental que tienen. Por cada bombardeo quedan afectadas más o menos seis hectáreas, más la radiación. Llegará un momento en que personas comprometidas con la ciencia van a evaluar eso. Las consecuencias son muy duras tanto para la población como para la fauna y la flora. Con el Gobierno trabajaremos eso.

Credito
JORGE IVÁN POSADA ENVIADO ESPECIAL - LA HABANA

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