“Lo mejor que le puede pasar a Bogotá es otro periodo más de la Bogotá Humana”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
A pocos meses de que empiece de manera formal el calendario electoral, ya empiezan a sonar los nombres de los posibles sucesores de Gustavo Petro en Bogotá.

El movimiento Progresistas, del actual Alcalde, cuenta con tres cartas: María Mercedes Maldonado, quien ya fue alcaldesa encargada de la ciudad; Alfonso Jaramillo, exsecretario de Gobierno, y el periodista Hollman Morris, exdirector de Canal Capital.

Morris, quien ha sido uno de los escuderos más fuertes de Petro, renunció en octubre pasado a la Gerencia del canal al que devolvió la importancia y lo consolidó como una de las opciones de televisión pública más relevantes del país.

El periodista que se ha caracterizado por su álgida crítica al poder aspirará por primera vez a un cargo de elección popular, para continuar la misión de la ‘Bogotá Humana’ y hacer de la ciudad el espacio líder en la construcción de la paz.

- ¿En qué condiciones, políticamente hablando, está hoy Bogotá?

Estamos hablando del programa de Gobierno más transformador de Bogotá en las últimas décadas para conducirla a la modernidad.

Un programa de Gobierno que tiene en cuenta el medio ambiente, la superación de la segregación, la transformación del modelo de ciudad, estos tres ejes se convierten, para mí, en mis 46 años de vida, en el ejercicio más transformador e inspirador políticamente hablando y me llevan a tomar la decisión de lanzarme a la Alcaldía. Estamos en el punto político en el que en la ‘Bogotá Humana’, después de tantos ataques, se están viendo los resultados.

- ¿En qué momento específico llega esa decisión de ser candidato a la Alcaldía?

Se unen varias cosas. Hay un sentir de las bases progresistas que se identifican con Hollman Morris y que le piden que tome la iniciativa de defender la ‘Bogotá Humana’.

Nunca en mi vida me imaginé aspirando a la Alcaldía de Bogotá o en un cargo de elección popular. Otra condición es haber sentido en carne propia la incomprensión de un programa de Gobierno y la arremetida de los sectores antidemocráticos contra de una propuesta transformadora.

Darme cuenta de que si esta arremetida antidemocrática prosperaba, los anhelos de paz en este país se iban a frustrar; en ese momento me convierto en defensor de la ‘Bogotá Humana’ y me doy cuenta de que no me basta con el espacio del periodismo, sino que hay que dar un espacio más allá.

- Estas elecciones serán determinantes para la actualidad de Colombia...

Este país está cambiando y va a cambiar mucho más con la firma de la paz y la construcción de la paz que tenemos que emprender todos los colombianos.

Hago parte de una generación de colombianos de clase media que se han abierto espacios sin apellidos, con el sudor, con el trajo de sus padres, en colegios públicos, que venimos de lo público, que crecimos no en los clubes sociales sino en el parque y en la calle, en mi caso entre la avenida Caracas y el Campín.

- Muchas personas recuerdan a Gustavo Petro en sus momentos de senador, como un político crítico y elocuente con sus ideas; sin embargo, dudan mucho de sus capacidades de administrador. ¿Cómo garantizar que Hollman Morris va a ser un buen administrador y va a ejecutar todo lo que siempre ha criticado?

Durante décadas este país ha visto los clanes y la clase política de la Costa como la más corrupta, pero ha sido una desviación intencional para no darse cuenta de que los carteles de la corrupción y de la contratación enquistados con algunas de las mafias políticas de Bogotá son los más corruptos y más devastadores de todo el país.

Acá la clase política y algunos sectores de los medios de comunicación y de los carteles de contratación conviven en los mismos clubes sociales, donde hacen los negocios y eso genera una mafia terriblemente poderosa.

Creo que Petro mantuvo la crítica y elocuencia con un plan de Gobierno que es beneficio para las mayorías de la ciudad, sin querer decir que se está gobernando para los más pobres y desfavorecidos, se está gobernando para todos.

- ¿Cómo están las fuerzas al interior del progresismo?

En este momento creo que el progresismo tiene tres cartas maravillosas. Tengo un profundo respeto por Guillermo Alfonso Jaramillo, al igual que por María Mercedes Maldonado, y creo que los tres hacemos una foto muy interesante de lo que es el progresismo.

La habilidad política es Jaramillo, lo técnico es Maldonado y Hollman Morris está en el momento de unir cierta habilidad política, pero también la técnica, el liderazgo, la juventud, la fuerza y el reflejo de futuro para Bogotá.

Tenemos una cita pendiente para definir cuál es el mecanismo para elegir solamente a uno de nosotros. Me siento satisfecho por obtener en la última encuesta de Cifras y Conceptos el 46 por ciento del afecto y el conocimiento de los progresistas, muy cerca de Enrique Peñalosa. En este país la ciudad que más va a liderar el cambio de Colombia hacia la paz es Bogotá y especialmente las nuevas generaciones y las nuevas ciudadanías.

- ¿Ha hablado con otros sectores de izquierda?

Nunca he llamado a Clara López, como se ha dicho, la respeto y nos encontramos pero no hemos conversado sobre una alianza con el Polo Democrático; lo que he dicho públicamente es que la izquierda debe llegar unida a la elección de la Alcaldía y para eso existe el Frente Amplio.

- Luego de tantos gobiernos de izquierda, ¿sigue convencido de que es lo mejor para ciudad?

Soy un convencido de la defensa y la profundización de la ‘Bogotá Humana’. Lo mejor que le puede pasar a Bogotá es que se logren cuatro años más de la ‘Bogotá Humana’, donde se van a concretar obras realmente transformadoras en la historia urbanística, humanística y política de la ciudad.

De continuar la ‘Bogotá Humana’ veremos un metro, no como el que dice Clara López que para su financiación hay que restarle estaciones: nosotros creemos que se puede financiar con recursos de Bogotá y la Nación en todas sus estaciones. Una estación menos de la que está proyectada es segregar Bogotá.

Vamos a consolidar la salud pública, la ‘Bogotá Humana’ ya dio el primer paso para guardar los recursos con los que se podrán adquirir el San Juan de Dios como hospital público y crear la ciudadela hospitalaria en ese complejo con el Materno Infantil y el Cancerológico.

Debemos concretar el tema de los cables para Ciudad Bolívar, pero también en continuar con la revolución de los espíritus en la mente de los bogotanos: hoy nuestros niños no ven caballos que mueren en las avenidas ni están viendo maltrato; hoy les podemos explicar que no es admisible ver gente como desechos humanos, por eso no proponemos sacar ‘El Bronx’ y ponerlo en otro lado como hizo Peñalosa. Nosotros vamos al Bronx y convertimos a sus habitantes en sujetos de derechos.

Credito
COLPRENSA

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