El general Óscar Naranjo, el superministro a la sombra

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La nueva estructura de la Presidencia de la República trajo consigo no solo simples ajustes institucionales, sino nuevas figuras de peso que, como es el caso del general (r) Óscar Naranjo, buscan mostrar ‘superpoderes’ en sus respectivos terrenos.

Sin embargo, no todas las cartas han jugado a favor del ministro Consejero para el Posconflicto, quien, desde que asumió en este cargo, ha recibido críticas por no mostrar avances concretos de su gestión y permanecer con su hoja de ruta en la absoluta confidencialidad.

Para el consultor internacional en seguridad y defensa, John Marulanda, el asunto de la creación de un ministerio para la Seguridad nacional vinculado a la consejería del postconflicto, es una parte de la etapa de construcción de la paz en el país.

“Lo que ocurre es que a estas alturas, así los diálogos estén muy avanzados, es muy temprano para diseñar una estrategia adecuada hasta que no se sepa en qué condiciones quedan las partes”, explica el experto.

Además crecen al interior de varios sectores de las Fuerzas Militares, voces de crítica y rechazo a la creación de este ministerio, que estaría a la cabeza de Narajo, puesto que dejaría en manos de la Policía la etapa del postconflicto.

“Ellos consideran que es un inconveniente, porque eso va a ser una manera que tendrá el Gobierno para apartar a los militares del conflicto interno (…) El Ministerio de Defensa va a quedar desarticulado en ese aspecto y las Fuerzas Militares, como se ha dicho, están en rediseño y su función será seguramente para temas de seguridad fronteriza y territorial”, argumentó Marulanda.

En ese sentido, el copresidente de la comisión de Paz del Senado, Antonio Navarro Wolff, asegura que es muy pronto hablar de resultados cuando aún no se llega al fin de la guerra en el país.

“El reto más grande del postconflicto es empezar el día uno con lo que hay que hacer, si no empezamos el primer día, se nos va a empezar a dispersar una parte de los que quieren la paz y si se nos dispersa, surgirán otro tipo de grupos”, señaló Navarro.

El congresista también asegura que Naranjo deberá diseñar un plan para el postconflicto donde se incluya mayor presencia del Estado en los grupos donde más se vivió la violencia en el país. Incluso aseguró que la comisión de Paz vigilará de cerca la gestión de la consejería y sus dependencias.

Las críticas a su gestión también se hicieron mayores luego de que sectores políticos denunciaran un ‘derroche burocrático’ en reformas a la planta de personal de la Presidencia, que incluyeron la reubicación y contratación de 873 funcionarios.

En el caso del Ministerio para el Postconflicto, que contará con más de 90 cargos entre asesores, secretarios y personal técnico y profesional, el Gobierno argumentó que a este fueron asignadas las antiguas labores de la Vicepresidencia en materia de Derechos Humanos.

FIN NO ES SEGURO

En ese punto el senador de Centro Democrático Alfredo Rangel indicó que el fin de la guerra aún no es seguro, por lo que hablar de temas de postconflicto, cuando hay importantes diferencias que dirimir en la mesa de diálogos, es un error del Gobierno.

“Hablar de postconflicto en este momento es como ensillar antes de montar las bestias; la firma de un acuerdo de paz no está a la vuelta de la esquina como hace dos años y medio lo ha anunciado el presidente Santos incumpliendo cinco plazos consecutivos”, dijo, y agregó que en ese orden de ideas, la función del general Naranjo es “supremamente prematura y sin pertinencia alguna en este momento”.

Sin embargo, el analista político John Mario González considera que si bien Naranjo debe “dibujar los planos de la construcción del postconflicto”, puede cumplir un papel más protagónico en la fase del desescalamiento del conflicto.

Es tos pasos ya se estarían gestando al interior del Gobierno, puesto que fue Naranjo quien la semana pasada ofreció una rueda de prensa para reiterar que se sostendrá la ofensiva militar, pero con el pie en el acelerador en el punto de discusión del cese bilateral y definitivo.

“La salida que tuvo la semana pasada el general Naranjo respecto a lo que el Gobierno piensa puede ser positiva, así como un eventual papel de facilitador entre las partes o vocero del gobierno en los avances puntuales de la negociación”, comentó el analista.

Así las cosas, el general Naranjo, quien carga sobre sus hombros el título de ‘mejor policía del mundo’, deberá ser también el jugador más destacado en el terreno del postconflicto para que, más que construir confianza, demuestre que el abandono en temas de seguridad no será una consecuencia de la firma de un acuerdo final de paz.

Credito
COLPRENSA

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