“Si se llevan el glifosato, queremos otro producto que cumpla su función”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Este jueves la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito presentó su informe anual sobre cultivos ilícitos en el país, revelando que en último año se incrementaron en un 44 por ciento, pasando de 48.000 hectáreas plantadas a 69.000.

El dato ha generado más polémica por coincidir con la decisión de acabar las aspersiones con glifosato, lo que podría significar un aumento aún mayor de estos cultivos.

Colprensa habló con el director de Antinarcóticos de la Policía Nacional, general Ricardo Restrepo, sobre las posibles causas de este aumento en la producción y de las acciones a seguir para lograr que este ilícito no siga afectado al país.

- Es una realidad que los cultivos de coca aumentaron en el país, ¿cuál podría ser la razón para que eso esté sucediendo?

El narcotráfico en Colombia ha existido, existe y existirá, mientras haya la demanda a nivel mundial que hay y mientras siga generando las ganancias económicas que genera. Es cierto que las plantaciones han aumentado, pero también es cierto que las incautaciones de coca y las destrucciones de laboratorios también lo han hecho. No es posible determinar una razón concreta del por qué, pero es la muestra de que lo que se hace no está siendo del todo eficiente, por lo que se replanteará e intensificará. Lo cierto es que la guardia en este tema nunca ha bajado y no bajará.

- ¿Cuáles son las zonas más críticas por plantación de cultivos?

Las históricas: Nariño, Putumayo, Norte de Santander, Guaviare, Cauca y Chocó.

- El uso de glifosato desató la polémica entre los ministerios de Salud y de Defensa Juan Carlos Pinzón. ¿Cuál es su posición, luego de haberse decidido el Gobierno por no asperjarlo más?

Insisto en que la aspersión para Colombia es muy importante, sobre el producto que causa la polémica no me voy a referir, porque lo importante no es el químico, sino que no se eliminen las fumigaciones aéreas, ante los problemas a los que se enfrentan los erradicadores manuales: ataques de la guerrilla, con francotiradores o emboscadas; minas antipersonas; distribución, que ahora no es de más de una hectárea y dispersas, y bloqueos por parte de campesinos cultivadores presionados por la guerrilla. Por eso la aspersión es fundamental, porque de manera manual es muy difícil hacerlo, si se llevan el glifosato, lo que queremos es que llegue otro producto que cumpla su función. En 2014 se suspendieron las aspersiones unos meses, porque había unos aviones dañados y otros estaban siendo blindados y la muestra es que aumentó la producción.

- ¿Cómo se comporta hoy el narcotráfico en el país?

Aunque Colombia sigue siendo un país cultivador y productor, hay que reconocer que el narcotráfico ha vivido en los últimos años un cambio contundente. No tenemos los carteles de antes; nos estamos enfrentando a narcotraficantes dispersos y a unas organizaciones de crimen organizado que participan separadamente en todo ese proceso: están los que se dedican a vender sus servicios, para la comercialización, para la seguridad en rutas, para transporte o lo que sea; hay especializaciones, ya no es un solo grupo de personas el que hace todo el proceso. Estamos viviendo una especie de inflexión del narcotráfico, que seguimos enfrentando de manera contundente.

- Señala usted que ya no hay carteles, pero sí grupos narcotraficantes como el Clan Úsuga. Para ellos diseñaron en febrero la operación Agamenón. ¿Cómo ha sido?

Hace diez años había 33 estructuras de crimen organizado y hoy solo quedan tres: ‘Erpac’, ‘Los Rastrojos’ y el ‘Clan Úsuga’, que están tan fuertes que podrían captar a las otras. Con ‘Agamenón’ lo que hicimos fue unir todas las direcciones de la Policía que siempre han trabajado de forma separada y a la Fiscalía, para no desarrollar procesos penales dispersos, es una integración de esfuerzos institucionales. Sin perder nuestro norte, que son las cabecillas, nos fuimos de lleno contra su estructura, consideramos que debilitando su componente en hombres, su componente económico y su capacidad criminal podemos llegar a los cabecillas. Además ahora estamos instalados en Turbo, Apartadó, Necoclí, Arboletes, San José de Apartadó, cuna de sus actividades criminales.

- ¿Cuáles han sido los resultado de esta operación?

En cuatro meses hemos realizado 315 capturas de integrantes del Clan Úsuga; hemos incautado 9.6 toneladas de clorhidrato de cocaína, 58 armas de fuego, hemos neutralizado a cinco integrantes de esta organización, han sido destruidos 56 laboratorios, hay 115 hectáreas de cultivo de hoja de coca erradicadas y 56 investigaciones abiertas contra miembros de esta estructura.

- Ha habido 300 capturas, pero cada día se conocen más casos de nuevos integrantes y la estructura no se debilita, ¿por qué?

Con la Fiscalía, la Policía y el Ejército hacemos regularmente un conteo de miembros; hemos determinado que hay cerca de 2500 personas en esta organización y se les siguen uniendo más, porque se ubican en zonas vulnerables, donde con cualquier oferta de dinero pueden tener gente; le ofrecen una cantidad de dinero a una persona X que la necesite, por solo pararse en un parque a controlar las acciones de la Fuerza Pública y así, además de mantener un control, agrandan la cantidad de personas dentro de la estructura.

Credito
COLPRENSA

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