“Creo en la ley de atracción”, Franklin Ramos

Sus gustos por la estética vienen de su origen, nació en una familia matriarcal. No tiene hijos de sangre, pero sí muchos de corazón, y no descarta algún día conocer a su descendencia.

La vida sin sueños es para Franklin Ramos aburrida, por eso es un soñador empedernido. Sus aspiraciones no se limitan a alcanzar la fama, lanzar libros, productos de belleza y asesorar a estrellas.

En Colombia es sinónimo de buen gusto y sofisticación, pero este reconocimiento no es fortuito, sino el resultado del trabajo, la constancia y de aprovechar las oportunidades.

Su look causa sensación por donde pasa y eso quedó en evidencia en Colombiamoda, donde cautivó más miradas que las mismas modelos de 1.80 metros de estatura. Él es consciente de esto y no hace nada para evitarlo; todo lo contrario, dice abiertamente que no nació para pasar desapercibido.

Quienes no se mueven en su mundo podrían pensar que su día es harto y estresante pues a la par de desarrollar las labores por las que le pagan, y muy bien por cierto, debe sonreír todo el tiempo, quizá más que una reina de belleza, posar para en promedio 100 fotos diarias y dar infinidad de trucos de qué lucir, cómo peinarse y maquillarse a cuanta seguidora o seguidor se le aparezca.

Sin embargo, para él esto es “lo máximo” porque le hace sentir que va por camino firme “haciendo lo que me gusta y apasiona”.

Un elemento clave en su vestuario son sus gafas, ¿qué se esconde tras ellas, un simple lujo?

Una necesidad visual a la que aprendí a sacarle gusto.

¿Cómo?

Adoptando a mi look las gafas que necesito para ver. Yo las disfruto, las amo y colecciono; ya sumo más de 250 y las renuevo todo el tiempo, ellas son parte de mí.

¿Alguna vez ha sentido que la moda le incomoda o que ha sido víctima de la moda?

Para nada…

¿Quién creó su estilo?

Yo mismo. Desde los 11 años diseño mi ropa, recuerdo que mi mamá peleaba con la modista del barrio porque me hacía caso, ya que yo le mandaba a hacer ropa y ella iba y cobraba.

Además de usted, ¿a quién más vestía?

A mi hermana yo le hacía vestidos con sábanas, y fíjese, ella es diseñadora de modas. Yo siempre he estado abierto a todo lo que la moda nos muestra: me encanta, la disfruto, hace parte de mí.

¿Qué es lo más loco que ha hecho?

Creo que mostrarme tal como soy, siendo auténtico, no tener filtro para decir las cosas, y ante todo no olvidar el pueblo de donde vengo: Mompox.

¿Usted de dónde salió, viene de cuna?

Franklin Ramos es un niño que nació en una familia matriarcal, de ahí nació el amor por la estética femenina. Soy de una familia normal, colmada de valores y fundamentos sólidos, que me permitió soñar y eso me formó como un hombre que quiere dar el todo por el todo.

Y cuando les dijo ‘quiero ser estilista, asesor de imagen’, ¿cuál fue la reacción?

Apoyo total, porque en mi casa siempre han habido artistas: hay músicos, escritores, pintores y hasta tíos que recitaban, y así lo vieron en mi casa. Además, yo creo que el respeto te lo ganas tú mismo, de cualquier profesión puedes hacer algo importante, llevando la frente en alto y sin hacer algo indebido ni pasar por encima de nadie.

Dice que es un hombre sin filtros para decir las cosas. ¿Franklin Ramos es heterosexual u homosexual?

Yo creo que soy simplemente un ser humano, (risas).Poner nombre a las cosas es discriminar, yo simplemente soy un ser humano que vive, goza y disfruta de todos los momentos de la vida que Dios le da.

¿Se ha sentido discriminado?

Jamás ni por mi familia ni la sociedad. No creo en la discriminación, esta se la crea uno mismo en la cabeza.

¿Hijos para cuándo?

Si Dios me los da algún día quiero tenerlos. Siento que es una responsabilidad muy grande y es un compromiso que se debe asumir a conciencia.

¿Haría como Ricky Martin?

Pienso que hay muchas formas y también tengo mucha gente alrededor, muchas amigas. De hecho tengo muchos hijos así no lo crean, entre ellos mi sobrino Juan Daniel al que amo; los hijos de la chica que me ayuda en la casa, y Sofía Estrada que es la hija de Paola Turbay.

¿Y más allá del corazón?

Si encuentro la persona con la cual pueda compartir mi vida claro que sí.

¿Tan exigente para las parejas como para el look?

Creo que uno siempre debe ser exigente, no conformista porque eso es apoyar la mediocridad.

¿Le hacen muchas propuestas?

Muchísimas: buenas, malas e indecentes, pero bueno, de eso se trata... de divertirse.

¿Lo han acosado?

No, nunca he puesto mi vida privada en público, entonces no pasan los límites, por eso lo que recibo de la gente es amor incondicional.

¿Se siente realizado?

En parte, porque pienso que uno todos los días tiene ganas de más, quiere dar más, entonces creo que todo suma, grande o pequeño son logros hasta el hecho de respirar y dormir tranquilo.

¿Y cuál es su mayor logro?

Creo que todo, hasta que una clienta se pare feliz de mi silla.

Todo el tiempo se le ve posando para fotos y repartiendo besos. ¿No se aburre?

No, mira que eso hace parte del reconocimiento al trabajo y eso me encanta.

¿Qué le hacen sentir?

Recibir las manifestaciones de cariño de la gente me llenan y me dan alegría de saber que estoy haciendo las cosas bien. Ese cariño me enriquece el alma y el espíritu.

¿Pensó en la vida que tiene ahora?

Por supuesto. Yo todo lo que soy y tengo lo he soñado desde niño. Siempre había querido estar en este trabajo y creo en la ley de la atracción y atraigo todo lo que quiero a mi vida.

En pocas palabras

¿A qué le teme?

Solo a Dios

¿Qué le falta por hacer?

Uffff, la lista es larga: tirarme de un paracaídas, crear una escuela, abrir una fundación para niños, ellos me encantan, y ‘perder la virginidad’...

¿Qué no perdona?

No soporto la mentira.

¿Le duelen las críticas?

Para nada, no me afectan.

¿Para quién se viste?

Para mí, porque cada prenda es un reflejo de mi personalidad, de lo que siento, de lo que amo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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