“Si no se gana la paz desde la política, la paz está perdida”: Rodrigo Uprimny

VerdadAbierta.com - EL NUEVO DÍA
El abogado Rodrigo Uprimny da algunas pistas para desenredar el nudo a la hora de ratificar los acuerdos de La Habana. ¿Cuáles son los riesgos de un ‘congresito’, un referendo o una asamblea constituyente?

En las últimas dos semanas, el Gobierno se la ha jugado formalmente por el ‘Congresito’ como la fórmula para debatir e implementar los eventuales acuerdos que se pacten en La Habana.

El presidente Juan Manuel Santos planteó el 8 de agosto que este es uno de los posibles mecanismos para aterrizar el proceso de paz. Menos de una semana después, Roy Barreras, copresidente del Partido de La U, lanzó en el Congreso el acto legislativo para crear la comisión legislativa especial, más conocida como ‘congresito’.

Estos temas serán debatidos a pesar de que es el último punto de la mesa de negociaciones entre las Farc y el Gobierno y que todavía no comienza a discutirse en La Habana.

Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno, aclaró que el Ejecutivo todavía no está casado con ningún método para que la gente apruebe o desapruebe lo que se pacta con la guerrilla ni mucho menos la manera para implementar los acuerdos.

Pero afirmó que es necesario adelantar los instrumentos para que cuando se firme la paz, si se firma, no se pierda tiempo en algo meramente instrumental.

Las opciones de la baraja son muchas: referendo, asamblea constituyente o consulta popular para que la ciudadanía ratifique lo acordado; y ‘congresito’ o facultades extraordinarias al Presidente para implementar el proceso de paz.

Además, existen algunas propuestas sobre el tapete para unir diferentes mecanismos de refrendación e implementación. Rodrigo Uprimny, presidente del centro de estudios de derecho DeJusticia, es uno de los que cree que la Constitución se debe reformar un poco para ratificar los acuerdos de paz y propone métodos alternativos más rápidos para que la gente decida.

VerdadAbierta.com: ¿Con lo que hay jurídica y políticamente en Colombia es suficiente o se tiene que modificar algo de la Constitución para ratificar e implementar lo que se negocia en La Habana?

Rodrigo Uprimny: Creo que uno de las paradojas de la Constitución del 91 es que a pesar de que en parte resultó del proceso de paz con el M-19 y el Epl, y de que está abierta a la idea de democracia participativa, no previó un mecanismo para ratificar e implementar un acuerdo de paz con los grupos guerrilleros que quedaban. Puede ser porque se pensaba que la Constitución era por sí misma la ratificación de una voluntad de paz o porque no había la tradición de que un acuerdo tuviera que refrendarse.

VA: Si en la Constitución no hay un mecanismo específico, ¿qué cree que se debería hacer?

RU: Hoy se impide jurídicamente la combinación de mecanismos de participación que serían útiles, como la consulta popular y el referendo. Eso se podría modificar. También está la posibilidad de votar en bloque.

VA: ¿Cómo se combinarían esos mecanismos?

RU: Se podría aprobar en bloque el acuerdo con una consulta popular que pregunte si aprueba o desaprueba lo negociado en La Habana; al mismo tiempo votar por ciertas reformas constitucionales a través de un referendo, y permitir un mecanismo especial para implementar después los acuerdos como el Congresito o el que se considere más apropiado. La refrendación e implementación debe pensarse en etapas.

VA: Pero, ¿los umbrales no son un obstáculo? Sólo para la consulta popular se necesitarían más de 10 millones de votos, cuando a duras penas se alcanza ese número en las elecciones de Congreso.

RU: Es difícil. Ningún presidente en Colombia ha llegado en su votación al 30 por ciento del censo electoral y para que un referendo se apruebe se necesita el 25 por ciento, en una asamblea constituyente el 30 por ciento y en una consulta popular el 33 por ciento. Aquí se vota poco y en referendos menos. Mi propuesta es que se cambie el umbral.

VA: ¿Bajando el porcentaje de votos?

RU: Sí, pero también solucionando un punto técnico. Aquí se estableció un umbral de participación. Es decir, para que un referendo se apruebe se necesita que gane y que el nivel de participación supere un porcentaje del censo electoral.

El problema es que si estás en contra del referendo y sabes que la participación está cerca de superar el umbral, prefieres no votar para que no se supere el umbral de participación y el referendo se hunda. Es un pésimo diseño constitucional.

En cambio existe el umbral aprobatorio, que hoy está previsto únicamente para la Asamblea Constituyente pero nunca se ha intentado. En ese método, se necesita que gane el sí y que los votos afirmativos superen un porcentaje.

VA: Usted habla de votar en bloque. Es decir, ¿un sí o no genérico por los acuerdos de La Habana?

RU: En Europa los tribunales aceptaron que se votara en bloque la famosa constitución europea, que se perdió. O se aceptaba o se rechazaba lo propuesto porque no era políticamente viable aceptar sólo unas partes. Lo mismo sucede con las negociaciones en Cuba. Uno acepta la fórmula de paz o la rechaza. Lo que se puede pedir es que la fórmula sea tan buena que todo el mundo la admita y ese es el arte de la negociación.

VA: Pero la Corte Constitucional negó en 2003 la votación en bloque del referendo que propuso el Gobierno de Álvaro Uribe, que iba desde ampliar las inhabilidades para participar en política hasta separar las funciones administrativas y legislativas del Congreso.

RU: No tenía por qué votarse en bloque porque eran reformas diferenciadas. Pero yo creo que una negociación de paz sí se debería votar así porque se acuerda un modelo para salir de la guerra y no uno que diga que está de acuerdo en que dejen las armas pero no en que participen en política.

Sería difícil hacer una refrendación en esos términos. Aunque sí es cierto que existe el riesgo de que la Corte niegue la posibilidad.

Reforma a la constitución 

VA: El Gobierno sostiene que se reformará la Constitución si es necesario para implementar los acuerdos. ¿Usted cree que sí se necesita o sólo se trata de modificar los mecanismos?

RU: Luego de saber si la ciudadanía aprueba o no los acuerdos, podría haber unas reformas directas a la Constitución que ya generen consenso y sean necesarias para lo que se pactó. Digamos, ampliar el tema de participación política para que quien haya cumplido con la justicia transicional no tenga ningún bloqueo para participar en política.

Ahora se dice que quien haya cometido crímenes de lesa humanidad no podría. Creo que es un error. Tiene que rendir cuentas pero si rinde cuentas en un proceso de paz, también se le debe permitir participar en política porque ese es el propósito. Lo importante es que lo duro se apruebe rápido: aceptamos o no el acuerdo y si aprobamos o no las reformas constitucionales indispensables.

VA: ¿No sería firmar un cheque en blanco sin saber cuáles son las reformas necesarias?

RU: No. Las que se aprueben en la refrendación están ahí. Luego el mecanismo especial de implementación trataría todo lo que no se reforme directamente en el referendo. Algo más expedito pero que tenga formas de legitimación democrática.

VA: ¿Como el congresito?

RU: Puede ser un congresito o facultades extraordinarias al presidente o una asamblea constituyente limitada. Todavía no se cierra la vía a cuál debería ser el mecanismo de implementación pero se le debería abrir un piso jurídico que tenga una legitimidad democrática.

VA: Pero nada de eso está andando. La nueva meta de la Unidad Nacional es la Comisión Legislativa Especial.

RU: Creo que es un error grandísimo porque la Comisión Especial divide y suena a cheque en blanco, sobre todo cuando el Gobierno ha tenido dudas sobre el mecanismo de ratificación. 

Credito
VERDAD ABIERTA

Comentarios